Una cadena de fallos impidió que el fuego del Windsor se detectara a tiempo
La falta de medios de extinción automática, la escasa ventilación en la escalera y de presión de las bocas internas propiciaron el avance de las llamas, afirmó Gallardón
Sorprendente. Inexplicable. Esos eran ayer los adjetivo que corrían de boca en boca en los grupos de curiosos. En su mentes no cabía imaginar cómo uno de los edificios más emblemáticos y representativos de Madrid, el rascacielos Windsor, de 106 metros de altura y 31 plantas, hubiera sido pasto de las llamas. No hallaban una razón lógica a lo sucedido, mientras, el esqueleto del singular edificio, que gozaba de protección especial, lucía sus entrañas negras y retorcidas en medio de la neblina del humo.
Una de las interrogantes planteadas se centra en determinar la hora exacta en la que se originó el incendio. Lo cierto es que el primer aviso recibido en la central de bomberos llegó a las 23.19 horas. Era de un vigilante de seguridad del inmueble. «Fuego en planta 21. Evacuamos ahora mismo», fue su lacónico mensaje, según ha podido saber ABC de fuentes de la investigación.
Las primeros dotaciones de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid llegaron cinco minutos después: el edificio estaba ya, entonces, seriamente amenazado en su parte superior, mientras que el fuego avanzaba, voraz, por la inferior. «El rascacielos llevaba «mucho tiempo» ardiendo sin que las llamas fueran detectadas. Hasta que no rompió y halló una salida al exterior, a través del estallido de cristales, que oxigenó el interior y avivó las llamaradas, no dio la cara al exterior». Así lo aseguraron las mismas fuentes.
Desigual batalla contra las llamas
De ahí que, a pesar de la lucha denonada de todos efectivos, que se introdujeron en el interior de la inmensa mole de hierro y hormigón, soportando altísimas temperaturas de hasta mil grados en su estructura, la batalla se presnetaba muy desigual. Este extremo coincide con lo manifestado por vecinos de la zona de Chamberí y Nuevos Ministerios, que indicaron que «el olor a humo era perceptible desde poco después de las 20.30 de la noche del sábado». Otros, que se encontraban en otras zonas de ocio de la capital, un poco más alejadas, como Alonso Martínez, Iglesias y Bilbao, coincidieron en la misma línea. Este hecho, explicaría, el hehco de que cuando se dio la voz de alerta, el siniestro estaba muy avanzado, según indican las fuentes de la investigación.
Sobre qué pudo suceder para que nadie se percatara de lo que acontecía en el interior del edificio, que estaba en fase de remodelación para ganar dos plantas de altura y reforzar sus medidas de seguridad, nada se sabe con certeza. Igual ocurre con el sistema de detección automática de incendios, exigida por la normativa autonómica de 2003. ¿Por qué no se activó? ¿Y la alarma?. Las incógnitas se suceden sin respuestas, por el momento.
En este sentido, el de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que acudió varias veces al lugar del siniestro, avanzó ayer las primeras impresiones oficiales. «Las posibles causas del incendio están siendo objeto de investigación. Lo que sí sabemos es que en el momento en el que fueron alertados los servicios de emergencias, no existía ninguna persona en las plantas 21 y 22, lugar donde se produjo el incendio».
Causas por determinar
Como ya adelantó ABC, en un primer momento se atribuyó el origen del fuego a un cortocircuito, aunque luego se habló de una posible colilla mal apagada. De ahí que el regidor, añadiese: «Ahora, lo que hay que determinar es si el incendio se produjo a esa hora -23.20-. Si así fuese, habría que pensar en causas técnicas y fortuitas -dijo-. Pero si se produjo en momentos anteriores, en el que pudieran estar otras personas, se podrían considerar otras popsibilidades, y en su caso, pensar en negligencias, pero eso lo tendrá que precisar la propia investigación. Lo que sí sabemos es que en el momento de activar los servicios no existía ninguna persona en estas dos plantas», recalcó.
Madrid, 13 feb (EFE).- Rociadores de agua automáticos, detectores de incendios en todas las plantas, ascensores de emergencia para bomberos y un mínimo de dos escaleras accesibles desde cualquier punto de cada planta son algunas de las medidas que recoge la normativa actual de incendios de la Comunidad de Madrid para edificios de más de 100 metros de altura.
Así lo aseguró a Efe el jefe de bomberos de la Comunidad de Madrid, Javier Sanz, que afirmó que "el edificio Windsor estaba actualmente acometiendo las reformas para adaptarse a esta normativa contra incendios", si bien no precisó si la torre incendiada contaba ya con estas medidas.
Explicó además que la normativa de la Comunidad recoge tres tipologías de exigencias de seguridad según la altura de los inmuebles: de más de 28 metros; de más de 50; y, la más estricta, de más de 100 metros de altura.
Todas las plantas así como las escaleras de incendios, dijo Sanz, "deben estar sectorizadas", lo que junto a los rociadores de agua automáticos y los detectores "deben dar las condiciones para que el edificio se autoproteja en caso de incendio" ya que, se supone, el acceso de los bomberos es muy complicado.