Un grupo de bañistas apalea a un anciano y a una socorrista en una playa de La Ribera
Los agresores, de etnia gitana, la emprendieron a golpes después de que el hombre les pidiera que no gritaran y la voluntaria se acercara para ayudarle
D. VIDAL/MURCIA
Lleva siete años trabajando como socorrista en la zona de Santiago de la Ribera. Una ocupación que, cuando llegan los meses de verano, desempeña con verdadera pasión. La misma pasión que ayer le llevó al hospital, después de intentar ayudar a un anciano «que vi llegar hasta el puesto de salvamento con la cara hinchada de golpes, con heridas y llena de sangre».
Decenas de personas que el lunes por la tarde se encontraban en la conocida playa del Castillico, en Santiago de la Ribera, pudieron contemplar cómo un grupo de bañistas, que se encontraba en una pinada próxima a la playa y que los presentes identificaron como «de etnia gitana», propinaron una brutal paliza a un anciano que se encontraba cerca de ellos, disfrutando de un día de playa junto a su mujer.
«Iban colocados»
Este grupo de peronas estaba compuesto por dos parejas, un joven de unos 18 ó 19 años y un bebé de pocos meses. Al parecer, y según varios testimonios recogidos por La Verdad, «se notaba que alguno de ellos iba colocado o alterado por el efecto de las drogas. Estaban molestando continuamente a los bañistas». Una mujer, que se encontraba muy cerca de ellos, les pidió que «no gritaran», ya que su marido tenía un problema en el oído. Fue el joven el que, según los presentes, la emprendió a golpes con el marido de la señora que les había apercibido, que tras recibir varios golpes acudió al puesto de los socorristas para que le curaran las heridas y para pedir ayuda.
Sofía -nombre ficticio, puesto que no quiere que se conozca su verdadera identidad-, trabajaba el lunes como socorrista y, al ver al anciano y tras practicarle los primeros auxilios, se acercó al lugar donde estaban los agresores. Fue entonces cuando una de las mujeres agarró a la voluntaria y, no contenta con el incidente anterior, también golpeó a la socorrista, que tuvo que ser trasladada a urgencias por las heridas que le provocaron.
Ambos interpusieron sendas denuncias ante la Guardia Civil, que cuando llegó al lugar no pudo localizar a los agresores porque huyeron del lugar.
Los agresores, de etnia gitana, la emprendieron a golpes después de que el hombre les pidiera que no gritaran y la voluntaria se acercara para ayudarle
D. VIDAL/MURCIA
Lleva siete años trabajando como socorrista en la zona de Santiago de la Ribera. Una ocupación que, cuando llegan los meses de verano, desempeña con verdadera pasión. La misma pasión que ayer le llevó al hospital, después de intentar ayudar a un anciano «que vi llegar hasta el puesto de salvamento con la cara hinchada de golpes, con heridas y llena de sangre».
Decenas de personas que el lunes por la tarde se encontraban en la conocida playa del Castillico, en Santiago de la Ribera, pudieron contemplar cómo un grupo de bañistas, que se encontraba en una pinada próxima a la playa y que los presentes identificaron como «de etnia gitana», propinaron una brutal paliza a un anciano que se encontraba cerca de ellos, disfrutando de un día de playa junto a su mujer.
«Iban colocados»
Este grupo de peronas estaba compuesto por dos parejas, un joven de unos 18 ó 19 años y un bebé de pocos meses. Al parecer, y según varios testimonios recogidos por La Verdad, «se notaba que alguno de ellos iba colocado o alterado por el efecto de las drogas. Estaban molestando continuamente a los bañistas». Una mujer, que se encontraba muy cerca de ellos, les pidió que «no gritaran», ya que su marido tenía un problema en el oído. Fue el joven el que, según los presentes, la emprendió a golpes con el marido de la señora que les había apercibido, que tras recibir varios golpes acudió al puesto de los socorristas para que le curaran las heridas y para pedir ayuda.
Sofía -nombre ficticio, puesto que no quiere que se conozca su verdadera identidad-, trabajaba el lunes como socorrista y, al ver al anciano y tras practicarle los primeros auxilios, se acercó al lugar donde estaban los agresores. Fue entonces cuando una de las mujeres agarró a la voluntaria y, no contenta con el incidente anterior, también golpeó a la socorrista, que tuvo que ser trasladada a urgencias por las heridas que le provocaron.
Ambos interpusieron sendas denuncias ante la Guardia Civil, que cuando llegó al lugar no pudo localizar a los agresores porque huyeron del lugar.