Estoy acostumbrado a ver sangre, a oir gritar y llorar. A eso estoy acostumbrado. Ahora hay cosas que me afectan más. En las guardias de noche la miseria y la soledad son más aparentes. Atender a pacientes ancianos solos, y que ven con desolación como su única compañía enferma gravemente... se me hace penoso. De noche la suciedad de las casas, el deterioro de los muebles y el olor también tienen más peso.
Miseria y soledad.
No me gusta tener guardia de noche.
Miseria y soledad.
No me gusta tener guardia de noche.
