Eusebio
e-mergencista experimentado
Espera mortal
• Un hombre fallece en su casa de L'Hospitalet, a cinco minutos del hospital de Bellvitge, mientras aguardaba la ambulancia, que tardó más de 40 minutos en llegar
De luto María López, con el retrato de su difunto marido, junto a sus hijos Carlos y Manuel y tres nietos, ayer en su casa de L'Hospitalet. Foto: ELISENDA PONS
EDWIN WINKELS
L'HOSPITALET
En un undécimo piso del Polígono Gornal de L'Hospitalet, a tres kilómetros, es decir, a cinco minutos del hospital de Bellvitge, falleció el 11 de septiembre José Barbero, de 68 años, padre de ocho hijos y abuelo de 10 nietos. A su lado estaba su esposa, María, desesperada, con dos de sus hijos y varios vecinos. Llevaban tiempo esperando a la ambulancia. Ésta, según la familia, llegó 50 minutos después de la primera llamada de urgencia, a las once de la noche. En el registro del 061 consta un lapso de 34 minutos entre el aviso (23.21 horas) y la llegada de un coche medicalizado (23.55). La ambulancia llegó aún más tarde, demasiado tarde para un hombre que sufrió dos infartos.
No fue sólo la fatal espera de aquella noche lo que ha indignado a la familia de Barbero, sino también el "silencio administrativo" ante sus reiteradas peticiones de información sobre lo ocurrido.
"Ha pasado un mes, hemos hechos llamadas, hemos escrito cartas, hemos enviado una reclamación oficial, pero nadie nos contesta", cuenta Manuel Barbero, hijo del fallecido. Por eso, y mientras su madre "aún no reacciona por lo que pasó esa noche", la próxima semana la familia interpondrá una denuncia en el juzgado y ha convocado una protesta ante Salut.
Falta de agilidad
Anna Puig, directora de operaciones del 061, reconoce que ha faltado agilidad a la hora de contestar a la familia, "sobre todo porque se trata de la muerte de una persona". Y aunque niega que la tardanza en atender la urgencia fuera de 50 minutos, admite que esa media hora larga no es el tiempo habitual para un caso catalogado como prioridad cero, el más urgente.
Según los informes recopilados por el 061 a raíz de la queja de la familia Barbero, la demora se debió a un cúmulo de factores. No había ambulancia disponible en el momento del primer aviso y se envió la primera que quedó libre a las puertas del hospital de Bellvitge. Ésta, además, tuvo problemas para hallar el domicilio en el Polí-
gono Gornal, debido a los desvíos por las obras de la Gran Via.
Argumentos que, por supuesto, no le sirven ni consuelan a la familia. "Al ver que no había ambulancias, podrían habernos dicho que lleváramos a mi padre nosotros mismos en coche a Bellvitge. Un sábado por la noche, sin tráfico, son sólo cinco minutos. Y 15 minutos al hospital de la Cruz Roja de L'Hospitalet, o 20 hasta el Clínic. Todo menos que ese tiempo que mi padre tuvo que esperar en casa hasta que no aguantó más", dice Manuel Barbero.
José falleció a las 23.40 horas. El actual sistema de ambulancias permite a las empresas utilizar el mismo vehículo tanto para urgencias como para transporte sanitario ordinario. El modelo, además, dificulta a las centrales de emergencia poder saber con exactitud el número de ambulancias disponibles. Con el nuevo concurso, convocado la semana pasada, las empresas deberán separar las ambulancias de urgencias de las ordinarias y la efectividad debería mejorar. Pero eso ya no le servirá a José.
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Fuente: www.elperiodico.com
Link: http://www.elperiodico.com/default....S&idnoticia_PK=249435&idseccio_PK=12&h=051014
• Un hombre fallece en su casa de L'Hospitalet, a cinco minutos del hospital de Bellvitge, mientras aguardaba la ambulancia, que tardó más de 40 minutos en llegar
De luto María López, con el retrato de su difunto marido, junto a sus hijos Carlos y Manuel y tres nietos, ayer en su casa de L'Hospitalet. Foto: ELISENDA PONS
EDWIN WINKELS
L'HOSPITALET
En un undécimo piso del Polígono Gornal de L'Hospitalet, a tres kilómetros, es decir, a cinco minutos del hospital de Bellvitge, falleció el 11 de septiembre José Barbero, de 68 años, padre de ocho hijos y abuelo de 10 nietos. A su lado estaba su esposa, María, desesperada, con dos de sus hijos y varios vecinos. Llevaban tiempo esperando a la ambulancia. Ésta, según la familia, llegó 50 minutos después de la primera llamada de urgencia, a las once de la noche. En el registro del 061 consta un lapso de 34 minutos entre el aviso (23.21 horas) y la llegada de un coche medicalizado (23.55). La ambulancia llegó aún más tarde, demasiado tarde para un hombre que sufrió dos infartos.
No fue sólo la fatal espera de aquella noche lo que ha indignado a la familia de Barbero, sino también el "silencio administrativo" ante sus reiteradas peticiones de información sobre lo ocurrido.
"Ha pasado un mes, hemos hechos llamadas, hemos escrito cartas, hemos enviado una reclamación oficial, pero nadie nos contesta", cuenta Manuel Barbero, hijo del fallecido. Por eso, y mientras su madre "aún no reacciona por lo que pasó esa noche", la próxima semana la familia interpondrá una denuncia en el juzgado y ha convocado una protesta ante Salut.
Falta de agilidad
Anna Puig, directora de operaciones del 061, reconoce que ha faltado agilidad a la hora de contestar a la familia, "sobre todo porque se trata de la muerte de una persona". Y aunque niega que la tardanza en atender la urgencia fuera de 50 minutos, admite que esa media hora larga no es el tiempo habitual para un caso catalogado como prioridad cero, el más urgente.
Según los informes recopilados por el 061 a raíz de la queja de la familia Barbero, la demora se debió a un cúmulo de factores. No había ambulancia disponible en el momento del primer aviso y se envió la primera que quedó libre a las puertas del hospital de Bellvitge. Ésta, además, tuvo problemas para hallar el domicilio en el Polí-
gono Gornal, debido a los desvíos por las obras de la Gran Via.
Argumentos que, por supuesto, no le sirven ni consuelan a la familia. "Al ver que no había ambulancias, podrían habernos dicho que lleváramos a mi padre nosotros mismos en coche a Bellvitge. Un sábado por la noche, sin tráfico, son sólo cinco minutos. Y 15 minutos al hospital de la Cruz Roja de L'Hospitalet, o 20 hasta el Clínic. Todo menos que ese tiempo que mi padre tuvo que esperar en casa hasta que no aguantó más", dice Manuel Barbero.
José falleció a las 23.40 horas. El actual sistema de ambulancias permite a las empresas utilizar el mismo vehículo tanto para urgencias como para transporte sanitario ordinario. El modelo, además, dificulta a las centrales de emergencia poder saber con exactitud el número de ambulancias disponibles. Con el nuevo concurso, convocado la semana pasada, las empresas deberán separar las ambulancias de urgencias de las ordinarias y la efectividad debería mejorar. Pero eso ya no le servirá a José.
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Fuente: www.elperiodico.com
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