La DYA se desplaza a IRAN

DYA Internet

e-mergencista experimentado
Por primera vez la DYA se desplaza fuera de nuestras fronteras ante una catástrofe y acude a la castigada Irán por el fatidico terremoto.

Fotografias e información en:

www.dyabarakaldo.com
 
Un día en el hospital de Bam

Un día en el hospital de Bam
Así era un día en el área de urgencias de Bam y éstos son el equipo español que trabajó con los supervivientes
Reportaje MIKEL AYESTARAN


SERCAM-SUMMA 112 BOMBEROS DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA CONDUCTOR TRADUCTORES DYA (Asociación de ayuda en carretera) AECI

---------------------------------------------------
Manuel Marchante López

35 años, separado

Nací en Madrid y vivo en Móstoles

Enfermero del helicóptero de SERCAM y director de formación de los Cuerpos Especiales de Rescate

Apoyo sanitario durante el desastre del 'Prestige'

Su visión | Una ciudad fantasma con gente muy viva. Los niños no sonríen.

-----------------------------------------------------------------------
Raúl Muñoz Romo

36 años, soltero

Madrid

Es doctor y trabaja en SERCAM-SUMMA 112

Estuvo en Ucrania, Lvov, tras la caída de un avión de exhibición. Hubo cien muertos. Tras el 'Prestige' formó parte del grupo sanitario en el Parque de Corrubedo

Su visión | Necesitan refuerzo humano.
---------------------------------------------------

Oscar Riquelme García

31 años, soltero

Madrid

Traumatólogo en el Gregorio Marañón, vengo con Summa 112

Primera experiencia

Su visión | Aquí queda aún mucho trabajo por hacer, nos iremos y seguirá haciendo falta ayuda.

-------------------------------------------------

Pedro Serrano Arias

29 años, soltero

Madrid

Enfermero de SUMMA 112

Primera experiencia

Su visión | Veo un futuro malo. Yo he dejado un trozo de mi corazón allí. Ojalá se reconstruya el hospital y pueda venir a verlo.
--------------------------------------------

Angel José Villa García

33 años, soltero

Madrid

Traumatólogo del Gregorio Marañón. (SUMMA 112)

Primera experiencia

Su visión | Un futuro sólo regular. Puede ir bien si mejoran lo que tenían gracias a las ayudas o, lo más probable, es que les dejen tirados y les vaya mal.
---------------------------------------------

Alvaro Díaz de la Torre

28 años, soltero

Madrid

Técnico de Emergencias del SUMMA 112

Estuvo en el camping de Biescas,

Su visión | Es muy difícil que realojen a todo el mundo. Les espera un largo tiempo de vida en campos antes de rehacer sus vidas.
--------------------------------------

Miguel Angel Dólera Gil

42 años, casado y con tres hijos

Madrid, residente en Brunete

Técnico de Emergencias del SERCAM-SUMMA 112

Primera experiencia en catástrofes

Su visión | Tendrán que construir una ciudad nueva y no será fácil.
----------------------------------------------

Maribel Ortiz Sánchez

33 años, soltera

Barcelona

Enfermera voluntaria de Bomberos de Cataluña

Estuvo de enfermera en el conflicto de Ruanda

Su visión | Da pena dejar a toda esta gente aquí. Lo tienen muy complicado.
-----------------------------------------

Silvia Panadés Benoliel

38 años, madre de un niño de seis años

Barcelona

Enfermera de Bomberos de Cataluña

Primera experiencia

Su visión | Esto está dejado de la mano de Dios.
-----------------------------

Vicky Morón Faura

34 años, adoptó un Fox Terrier hace año y medio

Barcelona

Enfermera de Bomberos de Cataluña

Primera experiencia

Su visión | ¿Uff!. Bam quedará perdido en el olvido.
-------------------------------------

Miquel Vidal Domínguez

43 años, casado y con dos hijos

Barcelona

Médico de Bomberos de la Generalitat de Catalunya

Primera experiencia

Su visión | A este lugar no le veo mucho futuro. La gente seguirá viviendo aquí porque es una ciudad fronteriza pero las condiciones serán peores.
----------------------------------------

Abutorab Sotudeh

Tiene 53 años y seis hijos

Sirjan

Conductor

Llegó a Bam un día después del terremoto y se pasó dos jornadas enteras ayudando a la gente.

Su visión | En cuanto termine su labor como taxista quiere pasar 24 horas como taxista gratuito en la ciudad.
----------------------------------------

Mohamed Abdoli Amin

50 años

Nacido en Teherán

Empleado de la Embajada Española en Teherán desde hace 18 años,.

En los años 90 estuvo en el terremoto de Rudbar

Su visión | Piensa que Bam tendrá un buen futuro porque se construirán nuevas casas.
--------------------------------------

Reza Kermanshahi

47 años, separado y con un hijo

Nacido en Teherán, pero vive en Kamalsha

Carpintero de profesión. aprendió español tras pasar varios años trabajando en España

Primera experiencia en catástrofes

Su visión | No lo tengo claro, está muy mal organizado.
---------------------------------------------------

Mohammad Reza Rajabi Nasab

25 años

Nacido en Teherán

Colabora con la Embajada Española. Habla con acento mejicano porque allí aprendió castellano tras dos años en México

Primera experiencia

Su visión | No veo el futuro muy claro.
---------------------------------
Reza Rahmavard Kar

39 años, soltero

Nacido en Teherán

Pintor y escritor, pasó 15 años en Valencia

Primera experiencia

Su visión | Bam tiene 3000 años de historia. Hay que hacer las cosas con detalle porque la gente tiene unas raíces muy profundas.
------------------------------------
Juan Diego Gallardo

30 años, casado

Nació en Mollet del Vallès y vive en Caldes de Montbui (Barcelona)

Director del departamento de Bomberos de Securitas y coordinador nacional de DYA

Séptimo terremoto, dos en Turquía, dos en El Salvador, en Argelia y en Taiwán.

Su visión | Ahora, a empezar desde cero.
--------------------------------------------------

Pedjman Massarrat Saian

48 años, casado con tres hijos

Nació en Teherán pero vive en Bilbao desde hace 28 años

Médico de DYA

Primera experiencia

Su visión | Cuando nos vayamos no se podrá seguir con este trabajo tan intenso. La gente hace colas y colas.
---------------------------

Jordi Ruiz Sánchez

20 años, soltero

Nació en Barcelona y vive en Mollet del Vallès

Bombero de Securitas y voluntario de DYA Cataluña

Estuvo en Boumerdes, Argelia, en el terremoto de mayo de 2003

Su visión | Nos iremos y seguirán necesitando ayuda.
-----------------------------------------

Eduardo Armijo

37 años, casado y con tres hijos

Nacido y residente en Pamplona

Doctor y voluntario de DYA Navarra

Primera experiencia

Su visión | Les auguro un futuro muy negro.
------------------------------------------

Oscar Padura

41 años, viudo y padre de un hijo

Natural de Donostia

Técnico de DYA Gipuzkoa

Primera experiencia

Su visión | Un futuro incierto.
------------------------------------------

Sonia Jiménez Delgado

34 años, soltera. Los cumplió el 6 de enero y su regalo fue traer a su primer iraní al mundo.

Vive en Fuerteventura

Doctora de DYA Cataluña

Experiencia en El Salvador durante el terremoto de 2001

Su visión | La gente acabará volviendo a su vida normal.
--------------------------------------

Héctor Rincón Zubeldia

31 años, soltero

Nació en Donostia pero vive en Errenteria

Técnico de DYA Gipuzkoa

Primera experiencia

Su visión | Aquí te das cuenta de la insensibilidad de occidente y los medios tiene mucha culpa. La lección de convivencia del equipo ha sido enorme.
-----------------------------------------
Juan Bartolomé

67 años, soltero

Torrelodones

Coordinador de la AECI en Bam

Desde el año 1992 trabajando para la AECI, Afganistán, Irak y Argelia son sus últimas catástrofes. Encargado de la ayuda humanitaria y emergencias.

Su visión | Bam: desolación, muerte y miseria.

===================================
Después de dos semanas de trabajo en la zona de urgencias del hospital de Bam, el equipo sanitario español regresó a casa. El viaje de vuelta, como el de ida, fue a bordo de un Hércules de las Fuerzas Armadas. Este es un diario de trabajo tipo de una de sus maratonianas jornadas de trabajo en medio del caos. Y estos son los rostros del grupo de voluntarios que, en condiciones extremas, fueron capaces de prestar cuidados a más de tres mil pacientes en el tiempo que tuvieron abierta su consulta.

06.30. La vida comienza en el campamento. Entre el trino de los pájaros y los ronquidos de los más cansados y soñadores, el jefe del equipo sale de su saco de dormir. Es el primero que empieza la dura jornada. Juan Bartolomé viste normalmente de pana, con camisa y pantalón verde cazador. Sale de la tienda, comprueba si por casualidad funciona el agua fría -la caliente es una quimera- y se pone en marcha.

07.30. Oscar Padura, uno de los técnicos del equipo se levanta y comienza a preparar el desayuno. El propósito de cada noche antes de acostarse es que parte del equipo se despierte a las 6.00 para poder dar una vuelta por la ciudad, pero el cansancio puede y el cobijo de las mantas es demasiado tentador. El día vuelve a presentarse azul.

La mesa de reuniones, comidas y tertulias descansa sobre un piso de cemento. Está junto a la pared del laboratorio, tan pegada a ella que si uno mira hacia arriba, la cornisa del edificio, visiblemente torcida por el temblor, le invita a no sentarse por temor a que se desplome. Desayunos, comidas y cenas tienen lugar bajo la parte del tejado que aún está en pie en el hospital Jomeini. Junto con el técnico, uno de los traductores Mohamed Amin, quita el polvo que se almacena sobre la mesa. Más que polvo, arena.

08.00. El equipo se va acercando a la mesa a desayunar. Hoy, como todos los días, toca ración individual de combate de las Fuerzas Armadas. Cada caja contiene 2 sobres de café soluble, un tubo de leche condensada azucarada, una tarrina de confitura, un paquete de galletas dulces y una chocolatina con leche. Es el momento de planificar la jornada de trabajo. Si es posible, tres personas descansarán por la mañana y otras tres por la tarde. Todo depende del volumen de pacientes. La cola ya comienza a poblarse detrás del PMA (Puesto Médico Avanzado).

09.00 -14.00. Se abre la consulta. Miguel Angel Dólera espera a los pacientes en la entrada y ayudado por su chuleta de farsi les pregunta si tienen dolor (Dard darí?), dónde (Konja?) y si tienen fiebre (Tab darí?) en un farsi con acento de Brunete. Toma nota y les sienta a la espera de que una de las cuatro camillas esté libre. Tiene una gran bolsa de caramelos que va repartiendo a los niños que se acercan.

Juan Bartolomé se dirige al almacén de la Media Luna Roja en busca de alimento para el grupo. El jefe siempre está de aquí para allá intentando que no falte de nada en el campamento.

Hay pacientes que vienen todos los días. Urgencias es el lugar al que acuden para verse las caras, para ver quiénes están aún vivos. Las mañanas son sobre todo de mujeres y niños, los hombres vienen más por la tarde.

Los técnicos colaboran manteniendo en orden el almacén de medicinas y asistiendo a sus compañeros sanitarios cuando es necesario. Médicos y enfermeros, ayudados por los intérpretes, se meten de lleno en su papel y atienden sin descanso a los pacientes.

14.00. Es la hora de la comida. Como todos los días, arroz blanco con pan, que trae la Media Luna Roja, y ración individual de combate para cada uno. Atún, paté, ensalada de primavera, cocktail de frutas y hasta cocidito madrileño, según el menú. El tema de los horarios no está muy claro y los pacientes se acercan a la mesa mientras el equipo sanitario come. Como el trabajo de urgencias es de 24 horas, si el caso es grave no se para ni a comer. Algún chorizo escondido entre la ropa de la maleta sale a pasear con respeto, como delicatessen en un país en el que no se puede comer carne de cerdo.

15.00 - 20.30. Consultas de la tarde. Más hombres que mujeres. A las cinco se pone el sol y hay que empezar a trabajar con la ayuda de luz artificial y el run run del grupo electrógeno de fondo. Colas y más colas. Hasta algún mullah, (sacerdote islámico) que sin reparo a ser atendido por una enfermera, se levanta la túnica para recibir un pinchazo. Si el tema se tranquiliza, parte del equipo sale a tomar el aire hasta la hora de la cena. Ante más de un paciente hay que apretar los dientes para no llorar. Si un médico o una enfermera llora, ¿qué tendría que hacer esa persona que lo ha perdido todo?

21.00. Para cenar siempre hay algo caliente. Sopas instantáneas o latas de fabada. Cuando se va el sol la temperatura baja en Bam y no es lugar para largas tertulias. El cansancio puede hasta con las reuniones diarias que el coordinador quiere tener con su equipo. Compañeros iraníes del laboratorio y del hospital se acercan hasta la mesa para compartir un té o un café y charlar con los extranjeros. La mayor parte de los foráneos se encuentran en un Campo Internacional cerrado, así que no es fácil departir con ellos. Aquí, además, gracias a la ayuda de los intérpretes, las conversaciones son fluidas. Tras el terremoto murió gran parte del personal sanitario de Bam así que estos nuevos médicos y enfermeras son personas desplazadas desde hospitales de otras ciudades hasta allí. Quieren saberlo todo y preguntan sin parar.

22.30. A dormir. Once personas en un primer momento y diecisiete tras el relevo metidas en sus sacos de dormir y bien cubiertas con mantas para combatir el frío. Mantas no faltan ya que el segundo Hércules llegado desde Torrejón traía más de dos mil para repartir entre los damnificados. Sirven también de colchón. Nada más adoptar la posición horizontal, los más afortunados rompen a roncar ajenos a temblores de tierra o a las bajas temperaturas. La molestia que produce un ronquido el primer día se olvida para el segundo. Al final, terminó siendo la banda sonora de cada noche, la tienda rugía como una manada de leones persas. Ni las réplicas del macabro terremoto rompen su descanso. Un equipo. Doctores, conductores, traductores, enfermeros y enfermeras, todos participan de las tareas de equipo sin distinción de galones. Partos. Mahdi Rahmatabadi fue el segundo niño que nació en urgencias desde el terremoto. La doctora Sonia Jiménez, de DYA, asistió en el parto.

Agradecimiento. La madre de Mahdi no tardó ni dos días en regresar al campo español para mostrar su agradecimiento por los cuidados recibidos.

Publicado en el diariovasco 26-01-04
 
Excelente. El formato de tu contribución es excelente para hacerse una idea de la situación... Gracias :D y enhorabuena por el trabajo bien hecho.
 
BAM, TESTIGO DIRECTO
Los ojos del terremoto

Redactado por MIKEL AYESTARAN (El diario Vasco)


Espera. Las familias viven en tiendas de campaña ante sus hogares destrozados. Muerte. Jalil Shaninaki ingresó con vida en urgencias tras permanecer trece días bajo los escombros. Falleció días después a causa de un infarto. Polvo. Las colas de gente con mascarilla eran habituales ante el hospital de campaña. Heridas. Los trabajos de desescombro han provocado numerosos heridos. El pasado día 8 un hombre que respondía al nombre de Jalil Shaninaki, de 57 años de edad, fue ingresado en el área de Urgencias del hospital Jomeini de Bam. Se encontraba en un estado de inanición y deshidratación extrema y, según los que le transportaban en camilla, había sido rescatado de entre los escombros después de trece días sepultado. Los médicos españoles que en esos momentos estaban de guardia no podían creérselo y trataban de buscar explicaciones lógicas. Trece días sin agua ni comida son demasiados. Los medios de comunicación locales sí se lo creían: «Un milagro de Alá». El hombre fue enviado al hospital ucraniano donde días después falleció por un infarto. Fin del milagro.

Esta supervivencia prodigiosa fue la que reveló al mundo que Bam seguía existiendo dos semanas después del terremoto. El día de Reyes caducó el visado de los últimos periodistas en la zona y desde entonces pocas han sido las noticias desde este rincón del sudeste iraní. Sólo las visitas relámpago de políticos como Ana Palacio o Javier Solana y el llamamiento conjunto de la ONU y la Federación Internacional de Cruz Roja y Media Luna Roja consiguieron trascender en los medios occidentales. El Gobierno iraní controla la zona con mano de hierro y sólo los periodistas más afines a los ayatolás tienen libre acceso a la zona.

Juan Bartolomé ha sido el responsable de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en Bam. Este burgalés de 67 años y con amplia experiencia en misiones humanitarias tenía claro su objetivo desde el primer día. «Había que estar en el cogollo, allí donde más falta hace. ¿Qué mejor que convertirnos en el servicio de urgencias del hospital?». Dicho y hecho. Con un equipo sanitario inicial de diez miembros, esta misión de la AECI, en colaboración con DYA, Sercam- Summa 112 y Bomberos de la Generalitat de Catalunya, plantó su PMA (Puesto Médico Avanzado) sobre las ruinas del antiguo hospital Jomeini y atendió a más de 2.000 supervivientes durante los quince días que duró su misión.

Quince duras jornadas. Turnos de 24 horas. Comida de lata. Durmiendo todos juntos en un hotel de campaña . Con la tierra retorciéndose aún bajo sus pies y sorprendiendo con frecuentes réplicas. Durante el día, calor y sudores bajo el plástico del PMA. Frío por la noche. Olor a descomposición al atardecer, cuando se levantaba un poco de viento. Y sobre todo, dolor. El dolor e impotencia de atender dramas humanos. Cada paciente tenía detrás la muerte de familiares y amigos. La psicología y las palabras de cariño resultaron, sobre todo los últimos días, la mejor medicina para los supervivientes. Y el equipo sanitario español terminó siendo algo más que un hospital. Ellos eran el grupo de «los españoles que hablan farsi». Apodo ganado a pulso por sus intentos de comunicarse con la gente en la lengua local. Y también por el grado de implicación de los intérpretes, que acabaron siendo auténticos psicólogos. Ayuda sanitaria, sí, pero con una humanidad que caló muy dentro de los damnificados.

Un cementerio

Bam es ahora un enorme campamento asentado sobre escombros. Piedras, tierra y polvo que esconden aún miles de cadáveres. Entre los montículos, tiendas de campaña de la Media Luna Roja. Cada vez menos, ya que el plan del Gobierno para empezar la reconstrucción es sacar a todos los vecinos del núcleo urbano y concentrarlos en campos. El hospital Jomeini está en ruinas. Sólo el edificio del laboratorio permanece en pie. La Escuela de Enfermería que se levantaba al lado tampoco aguantó el temblor del 26 de diciembre. A las 5,26 de la mañana se vino abajo acabando con la vida de ochenta enfermeras.

«Cuando llegamos esto no era más que un aparcamiento improvisado para la Policía y estaba todo lleno de escombros. Sin tomar casi ni las medidas de las tiendas para ver si entraban, a ojo, optamos por quedarnos aquí y plantamos dos. Una sería la consulta y la otra nuestro hotel en Bam. Más adelante instalamos también un almacén y una nueva tienda para consultas que es la que hoy mismo sigue operativa. Había que empezar a trabajar cuanto antes», recuerda Juan Bartolomé. El comienzo no fue fácil. Tras un largo viaje en un Hércules de las Fuerzas Armadas, hubo que buscar el emplazamiento del campamento, descargar el material, montar las tiendas Todos haciendo de todo sin prestar atención a los galones o a los uniformes de las entidades que les habían enviado. Un equipo.

Médicos, enfermeros, técnicos e intérpretes fueron los responsables del área de Urgencias. Aunque el lenguaje de la medicina es internacional, el farsi era una barrera para poder hacer diagnósticos y recomendar tratamientos. El inglés tampoco está muy extendido en la región. Así que el trabajo de los intérpretes era fundamental. La AECI contó con cuatro iraníes que hablaban un perfecto español. El shock para estos civiles fue mayor, si es posible, que para los españoles allí presentes. Entendían a los pacientes, comprendían su dolor y la información les llegaba sin filtros. Los primeros días tras un desastre de este tipo lo más común son las diarreas, deshidrataciones, el cuidado de las heridas que en un primer momento se trataron con rapidez y no cicatrizan bien Con el paso de las jornadas cada vez se tratan más todalgias, según los expertos. Cuando la gente es consciente del desastre, le empieza a doler todo. La oreja, la garganta, el dedo del pie y, sobre todo, el alma.

Frente a la muerte

Este dolor se ve en los ojos. Son unas miradas perdidas, vagas, que no tienen nada en qué fijarse porque han visto frente a frente a la muerte, ¿qué visión puede ser más impactante?

Los intérpretes traducen entonces los dramas a los doctores. «Este señor dice que si tiene usted una inyección. Ha perdido a su mujer y a sus tres hijas y no quiere seguir viviendo. ¿puede usted darle una inyección y matarle?» «Es la vecina, su madre murió y su padre está ingresado en un hospital de Teherán. Dice que la niña no habla desde el día del terremoto. Llora y llora. No dice una palabra». «Al señor le duele la cabeza y se mea en la cama como cuando era niño». «No come nada y le dan frecuentes ataques de nervios». «Esta niña quiere que le escriban una carta porque quiere libertad. Su madre murió en el terremoto y sus tres hermanos no le dejan ahora salir de la tienda de campaña donde viven si no es con ellos. No puede ir ni a hacer la compra y no aguanta más esta situación. Ayuda, por favor». ¿Qué medicina hay para estos males? ¿Qué centro de urgencias está preparado para esta avalancha de tragedias?

España ha destinado hasta el momento cuatro millones de dólares para ayuda humanitaria. Con ese dinero se ha cubierto la llamada fase de emergencia. Bam se encuentra inmersa ahora en la fase de rehabilitación y reconstrucción, y la ayuda prevista por parte de las instituciones españolas asciende a 20 millones de dólares. Esta cantidad, según reveló la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, será un donativo por medio de créditos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo) y no se hará efectiva hasta que el Gobierno iraní concrete en qué la va a invertir.

En la zona de urgencias donde trabajaron DYA, Summa 112 y Bomberos de la Generalitat de Catalunya queda ahora uno de los dos puestos médicos avanzados. Se trata de una gran tienda nueva de 38 metros cuadrados. Los deseos del coordinador de la AECI en la zona, Juan Bartolomé, sobre el destino de la ayuda son claros, «durante más de dos semanas hemos trabajado sin descanso y nos hemos hecho un hueco en el corazón de esta gente. Me gustaría que el Ejecutivo iraní pensase en esos veinte millones de dólares como cantidad para reconstruir el hospital Jomeini y la Escuela de Enfermería. Sería una forma efectiva de unir para siempre a los dos países». Oxígeno. Los niños sufren deshidratación e irritaciones de garganta por culpa del polvo que tragan. Esta madre sujeta una mascarilla de oxígeno a su pequeño en el puesto médico avanzado. Vida. Mahdi Rahmatabadi nació el día 12 de enero y pesó tres kilogramos. Alegría en medio del drama.

Publicado 25 Enero 2004 en el Diario Vasco
 
Atrás
Arriba