Eusebio
e-mergencista experimentado






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LOS ESFUERZOS DE UN PSIQUIATRA CARTAGENERO POR ATENDER A LOS HERIDOS
Vodka, whisky e hilo dental, el 'botiquín' improvisado de un médico español superviviente del 'tsunami'
EFE
CARTAGENA (MURCIA).- Miguel Ángel García, uno de los supervivientes españoles del maremoto que asoló Asia, dedicó todos sus esfuerzos tras la catástrofe a montar un improvisado hospital para atender a los heridos en la isla Phi Phi en Tailandia, según revela la Opinión de Murcia. Sus instrumentos: Vodka y whisky para desinfectar heridas e hilo dental para coserlas.
Este joven cartagenero construyó -según relataba hoy su padre, Miguel García Raja- en la colina de Phi Phi, el hospital de campaña improvisado con los restos que dejó la ola gigante, con escombros de las viviendas, mientras que con las maderas de barcos que arrastró la marea inmovilizaba las fracturas.
Allí atendió a los numerosos heridos que subían a la cima de la isla, a quienes suministraba las pocas medicinas que fueron apareciendo en los equipajes de los turistas extranjeros, sobre todo tranquilizantes y analgésicos.
Con vodka y whisky desinfectaba las heridas, que cosía con hilo dental, ayudándose con tijeras de pescador y agujas de coser, explicó el padre del superviviente, quien relató que su hijo, que trabaja como psiquiatra en un hospital de Australia, ha sido recibido allí como un héroe. Dos semanas después de la catástrofe, García Raja explicó a EFE cómo vivió lo ocurrido aquellos días y su preocupación por la falta de noticias de su hijo, hasta que conoció que se encontraba bien y en un lugar seguro.
Su hijo, de 34 años, se encontraba en la playa con su novia cuando vio cómo se aproximaba una ola "impresionante" por lo que ambos empezaron a correr, sin poder evitar que el agua les arrastrase.
Miguel Ángel se agarró a una columna, pero la crecida constante del agua casi le cubría, hasta que la masa de agua retrocedió, lo que aprovechó para ir a un lugar más seguro. Instantes después llegó otra ola y peleó como pudo para salir vivo de aquella situación en compañía de su novia, para lo que empleó los conocimientos que posee de buceo y surf, sus aficiones favoritas.
Al día siguiente comenzó la evacuación de los heridos y dos días más tarde fue el último extranjero en abandonar la isla para ir a un lugar más seguro, donde continuó colaborando, relató el padre de Miguel Angel.
Actualmente este médico, el mayor de cuatro hermanos, se encuentra en el país en el que reside desde hace cinco años, Australia, reincorporado a su puesto de trabajo como psiquiatra, la especialidad médica que eligió tras rechazar la de cirujano porque, según su padre, "odiaba ver sangre".
Miguel García agregó que su hijo "está psicológicamente hecho polvo" por lo que ha vivido y tiene sentimiento de culpabilidad por no haber podido salvar más vidas en aquella isla.
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Fuente: elmundo.es
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