J.A PC CORUÑA
e-mergencista experimentado
La Voz De Galicia-La Coruña 1-3-07
No sufrió ningún daño e incluso momentos después del suceso salió de su casa por su propio pie, pero un niño de 10 años fue ayer el protagonista de un buen susto en la coruñesa calle de Pastor Díaz. Sobre las once de la mañana, un vecino del número 15 dio la voz de alarma al parque de bomberos de A Grela porque un pequeño se encontraba «colgado al vacío» en el patio de luces del inmueble, a la altura del tercer piso.
Los bomberos acudieron rápidamente al lugar y enseguida comprobaron que el chico estaba bien, aunque aterrado, sobre la repisa de un tendedero metálico, el único existente en toda la fachada interior del edificio de siete plantas. «Un compañero -relató el jefe de turno- bajó haciendo rápel por la pared hasta el tercero, aseguró al chico y lo subimos de nuevo a su casa, al cuarto piso, por la ventana; pasamos todos un susto de muerte».
Aunque los numerosos vecinos que se arremolinaron en torno al inmueble hablaban inicialmente de que el tendedero había frenado la caída del niño, la Policía Local confirmó que el chico, que se encontraba solo en casa con su hermano de seis años, se había descolgado por la pared con un cable para recoger una zapatilla que se había quedado sobre el tendal al caérsele por la ventana.
Una vez sobre la repisa del tendedero y a unos diez metros de altura, el pequeño no pudo subir y se asustó. «Yo estaba en casa y oí los chillidos -comentaba una vecina-; cuando me asomé, el niño estaba tendido en el tendal; lo vi todo, vi cómo llegaban los bomberos que intentaron calmarlo y le decían: ''Te vamos a subir ahora mismo, tranquilízate, has sido muy valiente, tranquilízate''. Fue tremendo, el niño lloraba y lo único que decía era: ''Yo sólo quería coger la zapatilla de mi padre, sólo quería coger la zapatilla de mi padre''».
No sufrió ningún daño e incluso momentos después del suceso salió de su casa por su propio pie, pero un niño de 10 años fue ayer el protagonista de un buen susto en la coruñesa calle de Pastor Díaz. Sobre las once de la mañana, un vecino del número 15 dio la voz de alarma al parque de bomberos de A Grela porque un pequeño se encontraba «colgado al vacío» en el patio de luces del inmueble, a la altura del tercer piso.
Los bomberos acudieron rápidamente al lugar y enseguida comprobaron que el chico estaba bien, aunque aterrado, sobre la repisa de un tendedero metálico, el único existente en toda la fachada interior del edificio de siete plantas. «Un compañero -relató el jefe de turno- bajó haciendo rápel por la pared hasta el tercero, aseguró al chico y lo subimos de nuevo a su casa, al cuarto piso, por la ventana; pasamos todos un susto de muerte».
Aunque los numerosos vecinos que se arremolinaron en torno al inmueble hablaban inicialmente de que el tendedero había frenado la caída del niño, la Policía Local confirmó que el chico, que se encontraba solo en casa con su hermano de seis años, se había descolgado por la pared con un cable para recoger una zapatilla que se había quedado sobre el tendal al caérsele por la ventana.
Una vez sobre la repisa del tendedero y a unos diez metros de altura, el pequeño no pudo subir y se asustó. «Yo estaba en casa y oí los chillidos -comentaba una vecina-; cuando me asomé, el niño estaba tendido en el tendal; lo vi todo, vi cómo llegaban los bomberos que intentaron calmarlo y le decían: ''Te vamos a subir ahora mismo, tranquilízate, has sido muy valiente, tranquilízate''. Fue tremendo, el niño lloraba y lo único que decía era: ''Yo sólo quería coger la zapatilla de mi padre, sólo quería coger la zapatilla de mi padre''».