UN 'HÉROE DE MAR' DE GRAN CANARIA

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'Sandokán', el marinero salvador en medio de la tragedia

Manuel Sosa salvó la vida de una mujer que se vio arrastrada por un golpe de mar mientras echaba las cenizas de un familiar al agua - Dos hermanos del fallecido murieron - Asegura que ya ha rescatado a más de 200 personas en apuros

ROBERTO BÉCARES

Dos hermanos mueren cuando arrojaban al mar las cenizas de otro familiar en Gran Canaria


MADRID.- Dice que le pusieron 'Sandokán' porque cuando chico, a su primer barco, "hecho todo de madera", le llamó así por la serie que encandilaba a la audiencia en televisión. Y ahora, a sus 52 años, al observar a Manuel Sosa, su cuerpo robusto por años de lucha contra el mar, la piel curtida y una larga barba, blanca en este caso, a uno se le vienen a la mente alguna que otra analogía con el personaje de ficción, sobre todo por una heróica afición que practica desde joven.


Ayer, una familia de Gran Canaria daba su último adiós a un joven que había muerto días atrás por causas naturales. Pretendían echar sus cenizas al mar en un pequeño acantilado llamado Alto Medrano, en Las Salinas, una "zona muy peligrosa con mar bravo", según los lugareños, donde los acantilados son cuchillos afilados y la mar se encoge para luego dispararse cuatro o seis metros arriba. Mucha agua, demasiada. Eran alrededor de las 14.30. Y un golpe de mar sacudió la zona rocosa de la orilla donde estaba la familia. Murieron dos personas.

A esa hora, "como era día festivo", 'Sandokán' estaba en el embarcadero de El Portillo, preparando su lancha, la que "siempre hay que tener a punto para salir rápido en cuanto me llamen", como en otras 200 ocasiones. En total, dice, ha rescatado a más de dos centenares de personas desde que, con 15 años, cuando pasaba las horas muertas pescando, salvase a una niña que luchaba por mantenerse a flote. La primera de muchas. Siempre el mismo procedimiento: una llamada de auxilio y al instante, el rugido de motor y los bacotazos contra el mar bravo.

Y poco después de las 14.30 le llamaron. Primero fue la Policía y luego el servicio de Emergencias 112. Tres personas, dos hombres y una mujer, familiares que habían acudido a ese homenaje familiar, habían caído al mar. Una vez más era necesaria la ayuda de este limpiador de playas contratado por el Ayuntamiento, que desde hace lustros desarrolla un segundo trabajo, "gratuito y humanitario", dice él, donde no atiende a jefes ni a horarios, sino a una voz de socorro.

Arrancó la lancha y llegó a la zona en pocos minutos. El mar "estaba embravecido", recuerda Sosa y fue directo hacia ellos. "Lo primero que vi fue a un hombre boca abajo y cerca suyo una chica que estaba perdiendo el conocimiento y se iba para abajo. Conseguí sacarla a ella y me gritaba 'Salva a mi marido', 'Salva a mi marido'. También lo metí a él en la lancha. El cuerpo del otro chico se hundió. Para mi era muy difícil llegar hasta el cadáver, así que llamé a los Gies (servicio de emergencia que disponen de un helicóptero)".

'Siempre está en el mar'

La mujer, Pino G.P. sobrevivió. El otro varón que había logrado rescatar, Alfredo R.S., murió poco después pese a los cuidados de los sanitarios desplazados al lugar. Pese al esfuerzo ingente, a 'Sandokán' se le nota cierto resquemor porque la hazaña no fuera plena. "Desde la orilla me gritaban ¡Sandokán, sálvalos!, ¡Sandokán, sálvalos! Yo hice todo lo que pude", explica sobre la suerte de Pedro A.S., de 22 años, cuyo cuerpo fue localizado horas más tarde. Ambos varones eran hermanos del chico muerto al que despedían cuando sobrevino la tragedia.

Desde la Policía y el servicio de emergencias reconocen que desde hace muchos años, cuando reciben una llamada de emergencia desde la costa, siempre recurren a él porque va a llegar muy rápido y "siempre está en el mar". "Trabajo todo el día con la embarcación. Recojo las basuras de la playa por las mañanas y a última hora de la tarde", dice 'Sandokán', conocido en toda la isla y al que el Cabildo le ha reconocido con varias condecoraciones su labor y le ha dedicado incluso una calle en Bañaderos, el barrio de la localidad de Arucas donde vive.

"Con mi lancha, que tiene cuatro metros de largo, puedo llegar a muchos sitios. También por eso me llaman. Yo hago diabluras con la barca, ¿me entiendes? Juego con las olas. Son muchos años ya haciendo esto y hasta que Dios quiera", responde sobre esa fama que se ha ganado de imperturbable cuando navega.

La gente que le conoce le define como "muy sencillo, muy noble. Puede que no tenga mucha cultura pero es muy buena persona". "Yo nunca diré a nadie que no. Sé que mi vida puede estar en peligro, pero nunca pienso en ello cuando lo hago, sólo en que puedo salvar una vida. Es suficiente recompensa", explica 'Sandokán', al que preguntado si tiene su particular 'Perla de Labuán', responde: "Yo he estado casado, separado... Y... De todo, vamos".
 
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