Un fuego arrasa una nave en la que se fabricaban cocinas en Gerindote

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Se desconocen las causas que podrían haber dado origen a las llamas, ya que el fuego, que acabó con la maquinaria, los productos y la materia prima, comenzó sobre las 8.00 horas, cuando el negocio estaba cerrado
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Un fuego arrasó ayer la nave de una fábrica de cocinas en Gerindote, un suceso que se prolongó desde las 8.00 horas y hasta bien entrada la tarde. Aunque no hubo que lamentar daños personales -sólo un miembro de Protección Civil del municipio tuvo que ser atendido por inhalación de humo-, las llamas acabaron con la maquinaria, los productos y la materia prima que se encontraba en la nave, es decir, con todo el negocio, según señaló a este rotativo Joaquín Pérez, sargento del parque de Bomberos de Santa Olalla, del Consorcio Provincial.

La central de Bomberos recibió el aviso sobre las 8.30 y llegaron 20 minutos después. A los tres minutos de estar allí las ventanas explotaron de forma que su labor se centró en apagar las llamaradas más altas y, sobre todo, controlar que el fuego no contagiara a las casas vecinas, ubicadas a escasos metros del lugar del siniestro.

Puesto que el agua de la bomba de los bomberos no era suficiente, hasta el lugar se desplazó una bomba de Fuensalida, otra de Torrijos y otra de La Puebla de Montalbán, si bien los problemas de abastecimiento no cesaron dada la lejanía del depósito en el que recargaron.

No obstante, según las palabras de Pérez, el control del fuego «no fue complicada», especialmente después de que una máquina llegada de Torrijos, sobre las 12.00 horas, echara abajo una de las paredes del edificio. De esta forma los efectivos desplazados, que estuvieron acompañados por varios miembros de la Guardia Civil, pudieron entrar al recinto y continuar refrescando.

La tarea se prolongó durante buena parte de la tarde porque lo incendiado era, fundamentalmente, madera prensada con lo que las llamas se podrían haber reavivado en cualquier momento por la capacidad para mantener el calor que tienen este tipo de palés.

Los efectivos, un sargento, un cabo y dos bomberos, se centraron sobre todo en la extinción de las llamas más altas, de varios metros, mientras que dejaron que las más pequeñas se consumieran por sí mismas.

En cuanto a las causas del siniestro, ayer a última hora se desconocían, no en vano, el origen del fuego tuvo lugar antes de que la fábrica abriera sus puertas, de ahí que la posibilidad de un cortocircuito sea quizás la más probable.

A pesar de la magnitud del siniestro, los vecinos consultados por este rotativo aseguraron no haber sentido miedo. De hecho algunos se enteraron cuando salieron a la calle u oyeron el ruido, como Aurora, quien pensaba que se estaban quemando rastrojos. Más de cerca lo vio Rosa. Al oír la sirena de los Bomberos salió a la calle. Su marido había avisado que el día estaba nublado. Al final se trataba de humo. «Han venido en seguida los bomberos y lo han controlado, por eso no hemos sentido miedo», manifestaba esta residente de la calle Talavera.
 
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