tanidya
e-mergencista experimentado
Mueren tres personas, entre ellas un padre y su hijo de 8 años, en un choque en cadena
Un camión cargado de áridos arrolló a seis vehículos parados en un semáforo de obras. Otras cuatro personas resultaron heridas, una muy grave, en el accidente de Tortajada.
Uno de los vehículos implicados
ÁNGELES MORENO. Teruel | Tres personas, entre ellas un niño de 8 años, perdieron ayer la vida en una colisión en cadena ocurrida en el kilómetro 589,596 de la Nacional 420, a la altura de la localidad de Tortajada, donde varios vehículos se encontraban detenidos ante un semáforo que daba paso alternativo por obras de asfaltado.
El accidente, en el que una persona más resultó gravemente herida y otras tres con lesiones de distinta consideración, se produjo a las 11.25, cuando un camión cargado de áridos, con un peso de 38.000 kilos, no paró al llegar a la fila de vehículos y les embistió, llevándose por delante a dos turismos, un camión y dos furgonetas.
El turismo que sufrió el impacto directo del camión estaba ocupado por una mujer, Estrella V. A., de 38 años y natural de Mezquita de Jarque, que resultó herida muy grave y fue evacuada en el helicóptero de emergencias del servicio 112 de la Comunidad Autónoma al hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde fue ingresada en la UCI.
Por la fuerza del choque, el turismo de Estrella V. A. golpeó en cadena al turismo que tenía delante, en el que viajaban Casimiro A. C., de 43 años y vecino de Castellón y su hijo de ocho años, Mario A. G. Los dos murieron en el acto. Su coche quedó reducido a chatarra. La esposa y madre de los fallecidos, a la que la Policía Local de Castellón comunicó la terrible noticia, sufrió una crisis nerviosa y tuvo que ser asistida en un centro hospitalario.
También falleció en el momento del accidente el conductor del camión, un hombre de 38 años vecino de Fortanete, Fidel M. M., cuyo cuerpo quedó atrapado entre el amasijo de hierros en que quedó convertida la cabina. Este vehículo articulado, después de arrollar a la fila de coches, cruzó sin control el carril contrario de la carretera y se despeñó por un talud de escasa altura. Fue necesaria la intervención de varios bomberos durante al menos una hora para rescatar el cadáver de este transportista.
En la sucesión de choques estuvieron implicados otros cuatro vehículos. Uno de ellos fue un camión cargado de pienso, cuyo conductor, Eloy Miguel G. P., de 35 años y vecino de Celadas, resultó herido leve; una furgoneta conducida por Gabriel L. L., de 46 años, vecino de Zaragoza, también herido leve, y ocupada por su hijo, Germán L. S. de 17 años, que igualmente sufrió heridas leves; otra furgoneta conducida por José Miguel O. E., de 55 años, vecino de Valencia, herido leve, y, finalmente, un camión articulado conducido por Ángel S. N., de 41 años de edad, vecino de Alcañiz, que resultó ileso. Los cuatro lesionados fueron trasladados al hospital Obispo Polanco de Teruel, donde a última hora de ayer habían sido atendidos de diversos traumatismos y contusiones.
"Todos trataban de ayudar"
La colisión fue brutal. El estruendo que produjo el choque en cadena fue escuchado por los vecinos de Tortajada, a 800 metros de distancia, que salieron hasta la carretera para ver lo que había sucedido y ayudar en todo lo posible a las víctimas. Un muchacho de 13 años testigo del accidente explicó ayer que, tras la colisión, "todo el mundo salía de los coches e intentaba ayudar a los que estaban heridos. Ha sido horroroso".
Personal de mantenimiento de carreteras desplazado al lugar de los hechos barajaba la posibilidad de que el conductor del camión de áridos hubiera sufrido algún percance, puesto que ni siquiera se apreciaban marcas de frenado metros antes del lugar de la colisión. Las mismas fuentes indicaron que había señales de advertencia 500 metros antes del semáforo, en las que se obliga a los conductores a no sobrepasar los 40 kilómetros por hora.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico subrayaban al peso del camión y la falta de frenado del mismo como posibles causas del siniestro. "Un camión de 38.000 kilos no se detiene tan fácilmente", dijeron. Los mismos agentes indicaron que, si bien próxima al lugar de la colisión hay una curva, "el camión disponía de 200 metros de recta para frenar".