Brother
e-mergencista experimentado
El aeropuerto de Zaragoza puso ayer a prueba a los equipos de emergencia de la capital aragonesa, en un simulacro de catástrofe aérea en el que se movilizó a decenas de vehículos y cientos de personas.
Los actores que intervinieron como víctimas, durante el ensayo
M. A. COLOMA | La pista norte del aeropuerto de Zaragoza revivió ayer la tragedia sufrida hace unos años por un vuelo comercial en el aeródromo de Denver (Colorado, Estados Unido), en un simulacro en el que se puso a prueba la capacidad de reacción de los equipos de emergencia de la capital aragonesa. En aquella ocasión, los muertos (12) y heridos (38 ) fueron reales. Las víctimas de Garrapinillos fueron actores y trabajadores de Aena (ente que gestiona los aeropuertos civiles españoles). Sin embargo, el operativo especial funcionó como si el accidente realmente se hubiera producido. De hecho, los profesionales del 061 no sabían que se había programado un simulacro y su corazón se aceleró al oir por las emisoras el mensaje que nunca querrían escuchar: Ur- gente, accidente aéreo en el aeropuerto de Zaragoza".
La normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) establece que cada diez años debe ponerse a prueba el plan de emergencias de los aeropuertos en un simulacro general (a lo largo de la década, se desarrollan ejercicios parciales). Y este martes le tocó el turno al aeródromo de la capital aragonesa. A la espera de las conclusiones finales, los expertos en catástrofes aéreas valoraron el ensayo como satisfactorio. "Los tiempos de reacción han sido bastante buenos", explicaba a pie de pista Gema Gracia, técnico especialista en operaciones de Aena.
La alarma se activó minutos después de las diez de la mañana, tras salirse de pista un vuelo regional, con medio centenar de personas a bordo (entre ellas, tres tripulantes), cuando intentaba tomar tierra en Zaragoza. La aeronave no era real, pero las llamas sí. De hecho, el fuego arrasó por completo dos autobuses urbanos (retirados del servicio de Casetas, gestionado Agreda Automóvil), utilizados a modo de avión, y situados junto a una de las pistas de rodaje.
Los Bomberos de Aena, que controlan durante las 24 horas del día las pistas -el aeropuerto de Zaragoza no cierra, debido a las operaciones que se desarrollan con mercancías-, tardaron apenas dos minutos en llegar al lugar del accidente. Antes de salir del hangar, como establece el protocolo de emergencias, informaron del siniestro a la torre de control. Sólo unos minutos después, llegaron los equipos de extinción y sanitarios de la Base Aérea de Zaragoza.
El mando operativo, repartido
"Cuando el siniestro se produce en las pistas, el mando del operativo especial corresponde a Defensa. Cuando ocurre fuera, se encarga Aena. En cualquier caso, existe un protocolo de coordinación en el que participamos unos y otros, mano a mano", indicaba Gema Gracia.
La magnitud de un siniestro aéreo obliga a contar con un importante número de efectivos. Los del aeropuerto son los primeros en llegar, pero les suceden el resto. Protección Civil (que moviliza a las ambulancias del 061 y al helicóptero del 112), Cruz Roja y Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza (estos dos últimos, con sendos puestos de salvamento avanzados), Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Seguridad del Aeropuerto y Policía Militar se sumaron al operativo.
Como recordaba la portavoz de Aena, "este simulacro ha servido para demostrar que los triajes son fundamentales. Los médicos colocan pegatinas -rojas, amarillas, verdes o blancas- en función de la gravedad de las víctimas. A partir de ahí, se organiza su evacuación".
El ensayo fue un éxito. "Ojalá no tengamos que utilizar nunca las bolsas negras", sentenciaba Gracia.
© Heraldo de Aragón, S.A. 2005
Los actores que intervinieron como víctimas, durante el ensayo
M. A. COLOMA | La pista norte del aeropuerto de Zaragoza revivió ayer la tragedia sufrida hace unos años por un vuelo comercial en el aeródromo de Denver (Colorado, Estados Unido), en un simulacro en el que se puso a prueba la capacidad de reacción de los equipos de emergencia de la capital aragonesa. En aquella ocasión, los muertos (12) y heridos (38 ) fueron reales. Las víctimas de Garrapinillos fueron actores y trabajadores de Aena (ente que gestiona los aeropuertos civiles españoles). Sin embargo, el operativo especial funcionó como si el accidente realmente se hubiera producido. De hecho, los profesionales del 061 no sabían que se había programado un simulacro y su corazón se aceleró al oir por las emisoras el mensaje que nunca querrían escuchar: Ur- gente, accidente aéreo en el aeropuerto de Zaragoza".
La normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) establece que cada diez años debe ponerse a prueba el plan de emergencias de los aeropuertos en un simulacro general (a lo largo de la década, se desarrollan ejercicios parciales). Y este martes le tocó el turno al aeródromo de la capital aragonesa. A la espera de las conclusiones finales, los expertos en catástrofes aéreas valoraron el ensayo como satisfactorio. "Los tiempos de reacción han sido bastante buenos", explicaba a pie de pista Gema Gracia, técnico especialista en operaciones de Aena.
La alarma se activó minutos después de las diez de la mañana, tras salirse de pista un vuelo regional, con medio centenar de personas a bordo (entre ellas, tres tripulantes), cuando intentaba tomar tierra en Zaragoza. La aeronave no era real, pero las llamas sí. De hecho, el fuego arrasó por completo dos autobuses urbanos (retirados del servicio de Casetas, gestionado Agreda Automóvil), utilizados a modo de avión, y situados junto a una de las pistas de rodaje.
Los Bomberos de Aena, que controlan durante las 24 horas del día las pistas -el aeropuerto de Zaragoza no cierra, debido a las operaciones que se desarrollan con mercancías-, tardaron apenas dos minutos en llegar al lugar del accidente. Antes de salir del hangar, como establece el protocolo de emergencias, informaron del siniestro a la torre de control. Sólo unos minutos después, llegaron los equipos de extinción y sanitarios de la Base Aérea de Zaragoza.
El mando operativo, repartido
"Cuando el siniestro se produce en las pistas, el mando del operativo especial corresponde a Defensa. Cuando ocurre fuera, se encarga Aena. En cualquier caso, existe un protocolo de coordinación en el que participamos unos y otros, mano a mano", indicaba Gema Gracia.
La magnitud de un siniestro aéreo obliga a contar con un importante número de efectivos. Los del aeropuerto son los primeros en llegar, pero les suceden el resto. Protección Civil (que moviliza a las ambulancias del 061 y al helicóptero del 112), Cruz Roja y Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza (estos dos últimos, con sendos puestos de salvamento avanzados), Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Seguridad del Aeropuerto y Policía Militar se sumaron al operativo.
Como recordaba la portavoz de Aena, "este simulacro ha servido para demostrar que los triajes son fundamentales. Los médicos colocan pegatinas -rojas, amarillas, verdes o blancas- en función de la gravedad de las víctimas. A partir de ahí, se organiza su evacuación".
El ensayo fue un éxito. "Ojalá no tengamos que utilizar nunca las bolsas negras", sentenciaba Gracia.
© Heraldo de Aragón, S.A. 2005