Gonso dijo:
(...) no tienes el chip puesto como en una urgencia de verdad... Estas pensando en si la vas a cagar o no...
Es cierto Gonso. Por ello nosotros intentamos valorar no la resolución conjunta de la escena sino las pequeñas actitudes y aptitudes tomadas puntualmente.
Sobre todo en el curso de Socorrismo y Primeros Auxilios, es cuando la persona se enfrenta por primera vez a un simulacro por lo que, lógicamente, está más atenta de "lo que van a pensar los examinadores" que de "lo que sé y puedo hacer". Sin embargo esa "primera vez" les da un incentivo de seguridad propia que, acompañado de un análisis conjunto ayuda al aprendizaje de las personas. Esto es extrapolable también a las personas que no están comenzando. Los experimentados poseen el miedo interno de "qué dirán mis compañeros si me equivoco", a pesar de que los errores que cometa no los tendría ni de casualidad en una situación real. En este caso, si los participantes ya se conocen de tiempo, es mucho más enriquecedor el análisis.
Nosotros hemos llegado a la conclusión de que la calidad de un simulacro no viene dada por la cantidad y variedad de
agentes simulantes que se preparan sino por la diversidad de
propósitos inducidos. Los recursos de simulación ayudan a complementar esa serie de intenciones que se persigue valorar pero deben permanecer siempre en un segundo plano para que los intervinientes reflexionen cada uno de sus movimientos sin dejarse llevar por lo sorprendente del "espectáculo"montado. (Todo esto, hablando de simulacros de adiestramiento o de evaluación, no de exhibición, que sería totalmente lo contrario).
En mi equipo, los primeros años cometimos el error (error de principiantes) de envolver las situaciones simuladas de un alto grado de dramatización y realismo. Sin embargo lo que conseguíamos era bloquear al actuante. Poco a poco hemos ido cambiando y ahora pedimos a los actores que tan sólo dramaticen en cierto grado y en función de cómo los socorristas estén resolviendo la situación. La típica figura del "testigo nervioso" no la hemos suprimido, pero la hemos modificado, dando entrada (si el momento lo aconseja) a recursos cómicos. Aunque en un primer momento pueda parecer que se induce al "desmadre", en realidad ayuda a los socorristas a reorganizarse mentalmente y seguir adelante. No nos importan, incluso los valoramos positivamente, los "silencios y esperas de reorganización": demuestran que la persona está actuando consecuentemente y no haciendo lo primero que se le pasa por la cabeza.
En conclusión: hay que hacer simulacros de contenido más que de imagen, y de análisis minucioso más que de categorización global.
Un saludo.