Para algunas profesiones, el trabajar bajo presión es algo más o menos cotidiano. Para aquellos que en estos días les toca dar el callo en esas condiciones, quizá les puedan ayudar estas directrices:
- Tiene que haber un líder: y tiene que ejercer como tal.
- Rodéate bien: los resultados serán tan buenos como el equipo que tengas.
- No te precipites: evalúa la situación
- Define la estrategia: asegúrate de que todos estén al tanto de los objetivos y de qué tareas hay que hacer para alcanzarlos.
- Establece prioridades: define las tareas más urgentes y asigna prioridades.
- Define bien los roles: asegúrate de que cada miembro del equipo sepa cuál es su función.
- Mantén la calma: fomenta un ambiente de calma y racionalidad, incluso en momentos de estrés.
- Cierra el circuito de comunicación: ante una situación crítica dí lo que quieres, y pide que repitan lo que has dicho. Esto reducirá la posibilidad de errores.
- Fomenta la colaboración: anima a los miembros del equipo a trabajar juntos y a apoyarse mutuamente.
- Practica la escucha activa: para entender las preocupaciones y sugerencias de los demás.
- Sé flexible: mantén una mentalidad abierta para adaptarte a cambios inesperados..
- Fomenta la Resiliencia: donde los errores se vean como oportunidades de aprendizaje.
- Da feedback: celebra los logros en público y corrige los errores en privado.
- Presta apoyo emocional: crea un ambiente en el que todos se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones.
- Estáte atento a las necesidades de tu equipo: gestiona el tiempo y las cargas de trabajo.
- Haz pausas: permite pequeños descansos para recargar energías y reducir la tensión.
- Cuidado en los cambios de turno: asegúrate de que la información circula entre entrantes y salientes. Es un momento crítico
- Dar las gracias y pedir perdón: son también habilidades de trabajo en equipo