CurroJimenez
e-mergencista experimentado

Fuente:
Enlace elmundo.es - Los drones submarinos de Vázquez Figueroa
El invento del escritor podría evitar los 1.500 inmigrantes muertos en naufragios en 2013
El dron navega bajo la superficie y, en el lugar de la tragedia, expulsa una balsa salvadora
"Hace unos meses la Universidad de La Laguna quiso saber si, como profesor de submarinismo, se me ocurría alguna idea para evitar los continuos accidentes que se producen al chocar los ferrys de alta velocidad con las ballenas y cachalotes que frecuentan las aguas canarias...//...
...//...Admito que en principio se me antojó un empeño inútil, pero recordé las palabras que en una ocasión nos dijo el comandante Cousteau: «Cuando os enfrentéis a un problema relacionado con el mar, buscad siempre la solución más lógica, que es la que nadie busca»...//..
...//...Mide unos seis metros de eslora por dos de manga y en la parte delantera tiene los instrumentos de control y dirección: radio, GPS, radar, ordenador, cámara de televisión y visores de rayos infrarrojos que le permiten ver incluso de noche.
En la parte baja del cuerpo central se alojan modernas baterías recargables de iones de litio y depósitos de aire comprimido, y en la parte trasera van instalados motores, hélices y timones de profundidad.
En la actualidad algunos vehículos eléctricos superan los 200 kilómetros por hora con una autonomía cercana a los 300 y por lo tanto, utilizando baterías semejantes, un Serviola-SB está en condiciones de llegar con mayor rapidez y eficacia que una nave de superficie a cualquier punto en que se haya producido un naufragio.
En el momento de recibir las coordenadas, su ordenador le indica el itinerario y va corrigiendo el rumbo en caso de derivas provocadas por las corrientes. Todos los elementos de la nave submarina están disponibles en el mercado y por lo tanto lo único que se debe hacer es unirlos.
Si el ser humano es capaz de enviar una nave espacial a Marte manejando a distancia sus brazos articulados, con mayor razón debe ser capaz de enviar una nave submarina a un punto del océano.
Y, una vez allí, ordenar que su parte superior expulse una gran lancha neumática inflable provista de luces, agua, alimentos y material de primeros auxilios. Cuando los náufragos estén a bordo, el Serviola-SB la remolcará a lugar seguro.
Aquellos aparatos que estén destinados a navegar a una profundidad inferior a 30 metros pueden fabricarse con un doble casco de fibra de vidrio que deje entre ellos una capa de aire, lo cual mejora su flotabilidad y rapidez. Los de mayor profundidad deben fabricarse de acero.
Con varios Serviolas-SB patrullando por zonas de denso tráfico marítimo se evitarían accidentes con cetáceos y se detectaría a traficantes de drogas, contrabandistas, barcos de pesca ilegales, piratas y hasta a expoliadores del patrimonio arqueológico submarino.
Sustituirían con mayor eficacia a las lanchas salvavidas de los barcos, que tantos problemas suelen dar para arriarlas. Bastaría con soltarlas puesto que caerían a plomo y se hundirían unos metros pero de inmediato su ordenador las devolvería a superficie.
Se puede lanzar desde un avión a poca altura para reconocer de cerca los restos de un naufragio o el rastro de un aparato caído, como el desaparecido vuelo de las líneas aéreas de Malasia.
Cuando le presenté el proyecto, Rafael Catalá, secretario de Estado de Fomento, de quien depende Salvamento Marítimo, dijo: «Imagino que si naufragas en mitad de la noche y cuando te crees perdido ves surgir del mar una balsa iluminada que viene a rescatarte puedes considerarlo un milagro. Intentaremos que se haga realidad».
Los milagros suelen convertirse en realidad si se tiene fe en ellos.
Alberto Vázquez-Figueroa dedica un capítulo al Serviola-SB en «Medusa» (Ediciones B), que acaba de publicar"