toall
e-mergencista experimentado
Creo que no estaba puesto por aqui.y es bastante interesante :
Para ser rescatador
Desempeñar todas estas funciones requiere una preparación física, teórica y técnica adecuada a nuestra profesión, además de continuos entrenamientos prácticos.
Para acceder a este trabajo actualmente se exige experiencia demostrable en este sector (normalmente profesionales procedentes de las Fuerzas Armadas u otros servicios de rescate), poseer el título de Socorrista y de Primeros Auxilios expedido por la Federación Española de Salvamento y poseer los Niveles I y II de Supervivencia en el mar. Además de estos requisitos es imprescindible pasar unas pruebas físicas de resistencia y fuerza en tierra y agua, así como una entrevista personal, dependiendo del operador y servicio contratante.
Una vez que el aspirante cumple los requisitos y supera las pruebas, se le imparte un curso de formación con una fase teórica sobre adaptación a la aeronave, equipos, procedimientos, seguridad y supervivencia, y otra práctica con entrenamientos diurnos y nocturnos en barcos y agua. Al final es necesario pasar un examen para evaluar los conocimientos adquiridos. Superada esta fase, el rescatador hace guardias en prácticas bajo supervisión en una base operativa, hasta que una vez realizadas una serie de misiones se le considera operativo.
Una vez en las bases, semanalmente hay entrenamientos en vuelo diurno o nocturno, tanto en barcos como en agua, para mantener al máximo posible la operatividad de la tripulación, y diariamente un horario para entrenamiento físico y teórico, dirigido a mantener nuestra aptitud como rescatadores, ya que una vez al año se nos pasa un chequeo para comprobar nuestros conocimientos teórico-prácticos y nuestra aptitud física. Todo este entrenamiento va enfocado principalmente a mantener el mayor grado de seguridad posible en una operación real.
La equipación personal de un rescatador durante una operación de salvamento normalmente consiste en un traje de neopreno de color rojo, un chaleco salvavidas, un casco, aletas, máscara de buceo, cuchillo, guantes y escarpines. Además para balizamiento y señalización se lleva una PLB, lápiz lanza bengalas, luz estroboscópica, linterna halógena, colorante marino, luces químicas y un equipo de comunicaciones FM marino. Otra herramienta fundamental es un arnés integral con una suelta rápida.
La equipación como operador de grúa está compuesta por mono de vuelo ignífugo, botas reforzadas, casco de vuelo y chaleco salvavidas de vuelo homologado, que lleva dos flotadores, radiobaliza, pistola de señales, colorante marino y carta de cabos.
Además, se está estudiando por parte del responsable del servicio la adquisición de otras equipaciones de seguridad que se consideran necesarias y fundamentales para las operaciones sobre el mar como son el traje seco, el HEED (botella de aire comprimido que proporciona oxígeno al tripulante en caso de sumergirse en el agua), ropa interior térmica y guantes. El helicóptero dispone de sus propios equipos para supervivencia en la mar en caso de accidente (2 balsas salvavidas de 14 plazas, balizas, botiquín, etc.)
Pautas y procedimientos en una operación real
Cuando nos enfrentamos a una operación real cada miembro de la tripulación debe seguir una serie de pautas y procedimientos.
Una vez alertados por los centros de coordinación de Salvamento Marítimo, los pilotos recopilan toda la información posible de lo acontecido, principalmente posición, condiciones meteorológicas y tipo de emergencia (búsqueda, naufragio, evacuación, nº de personas, etc.) que condicionará las necesidades del combustible recomendable para la operación.
Posteriormente pasaran su prevuelo a la aeronave. Al mismo tiempo el TMA pasa la prevuelo y si es necesario, se reposta el aparato mientras los rescatadores comprueban la equipación y añaden algún otro material que pudiese ser necesario, como por ejemplo una motobomba.
Si es posible, dependiendo de la emergencia, el comandante de la aeronave dará en tierra un briefing a la tripulación con las características de la misión, método de extracción y emergencias de la aeronave; si no fuera posible en tierra se da en vuelo.
En las proximidades de la emergencia el operador de grúa y el asistente preparan la cabina y el rescatador se pone el traje de neopreno para la intervención.
Una vez en la zona comienza la búsqueda exacta del lugar de la emergencia y cuando es localizada empieza el rescate. Si la emergencia proviene de un barco, durante la aproximación al mismo, el piloto que no está volando a los controles da un briefing a la tripulación para explicar en qué consiste la operación, y una vez en la vertical se decide cual es el mejor sitio para acometer el rescate, que normalmente será el más seguro o el único posible si no existe otra opción. A continuación se lleva a cabo la operación en la que se dan los siguientes pasos:
1º Se coloca al helicóptero en estacionario en una posición cercana al objetivo, luego se abre la puerta de carga y se envía una línea de guía, que es una cuerda de 50 m con un peso de la cual se hace cargo alguien del barco. Esta guía hace que esté siempre conectado el barco con la aeronave, facilitando muchísimo la operación. Esta operación la realiza uno de los dos pilotos, siguiendo las directrices del operador de grúa, mientras el otro supervisa parámetros y referencias.
2º Se envía al rescatador que hará las señales necesarias al operador de grúa para que el piloto sitúe el aparato sobre la vertical o en la posición más cómoda y segura hasta que se posicione el rescatador. Una vez en el barco, el rescatador se suelta del gancho de la grúa y se hace cargo del control de la operación seleccionando el equipo de extracción y coordinado a los náufragos para ser rescatados.
3º Se empieza a izar al personal con la grúa de rescate a través de su gancho, al cual, también sigue conectada la línea de guía. Mientras tanto, en el helicóptero el asistente posiciona a los náufragos y si es necesario dará los primeros auxilios.
4 º Se recupera al rescatador y la línea de guía, se cierra puerta y se comienza el vuelo de traslación, llevando al personal rescatado a tierra.
Si la operación es en el agua se simplifica mucho, ya que se baja directamente al rescatador al agua y con la eslinga de rescate se recupera a los náufragos. En esta situación el rescatador siempre sube con cada uno de los náufragos y nunca se suelta del gancho.
Entre las situaciones más significativas realizadas en España caben destacar el accidente del petrolero Mar Egeo en La Coruña, que explotó durante la operación de rescate, el vuelco de una patera con 27 inmigrantes a bordo mientras se efectuaba el rescate, en el que sólo falleció una persona por un infarto, o el rápido e inesperado hundimiento de un carguero cuando aún permanecían en cubierta el rescatador y cinco miembros de la tripulación, de los cuales sólo sobrevivieron al salir a superficie el rescatador y un tripulante.
En definitiva, se trata de un trabajo en el que la preparación y coordinación de la tripulación es altamente especializada y se debiera mantener con una continua formación y entrenamiento.
En ocasiones los vuelos se realizan al límite de las capacidades pero siempre recompensan, a pesar del cierto riesgo que en ocasiones se corre, cuando una sonrisa amable cierra la última frase del día: “gracias por salvarnos la vida”.
Para ser rescatador
Desempeñar todas estas funciones requiere una preparación física, teórica y técnica adecuada a nuestra profesión, además de continuos entrenamientos prácticos.
Para acceder a este trabajo actualmente se exige experiencia demostrable en este sector (normalmente profesionales procedentes de las Fuerzas Armadas u otros servicios de rescate), poseer el título de Socorrista y de Primeros Auxilios expedido por la Federación Española de Salvamento y poseer los Niveles I y II de Supervivencia en el mar. Además de estos requisitos es imprescindible pasar unas pruebas físicas de resistencia y fuerza en tierra y agua, así como una entrevista personal, dependiendo del operador y servicio contratante.
Una vez que el aspirante cumple los requisitos y supera las pruebas, se le imparte un curso de formación con una fase teórica sobre adaptación a la aeronave, equipos, procedimientos, seguridad y supervivencia, y otra práctica con entrenamientos diurnos y nocturnos en barcos y agua. Al final es necesario pasar un examen para evaluar los conocimientos adquiridos. Superada esta fase, el rescatador hace guardias en prácticas bajo supervisión en una base operativa, hasta que una vez realizadas una serie de misiones se le considera operativo.
Una vez en las bases, semanalmente hay entrenamientos en vuelo diurno o nocturno, tanto en barcos como en agua, para mantener al máximo posible la operatividad de la tripulación, y diariamente un horario para entrenamiento físico y teórico, dirigido a mantener nuestra aptitud como rescatadores, ya que una vez al año se nos pasa un chequeo para comprobar nuestros conocimientos teórico-prácticos y nuestra aptitud física. Todo este entrenamiento va enfocado principalmente a mantener el mayor grado de seguridad posible en una operación real.
La equipación personal de un rescatador durante una operación de salvamento normalmente consiste en un traje de neopreno de color rojo, un chaleco salvavidas, un casco, aletas, máscara de buceo, cuchillo, guantes y escarpines. Además para balizamiento y señalización se lleva una PLB, lápiz lanza bengalas, luz estroboscópica, linterna halógena, colorante marino, luces químicas y un equipo de comunicaciones FM marino. Otra herramienta fundamental es un arnés integral con una suelta rápida.
La equipación como operador de grúa está compuesta por mono de vuelo ignífugo, botas reforzadas, casco de vuelo y chaleco salvavidas de vuelo homologado, que lleva dos flotadores, radiobaliza, pistola de señales, colorante marino y carta de cabos.
Además, se está estudiando por parte del responsable del servicio la adquisición de otras equipaciones de seguridad que se consideran necesarias y fundamentales para las operaciones sobre el mar como son el traje seco, el HEED (botella de aire comprimido que proporciona oxígeno al tripulante en caso de sumergirse en el agua), ropa interior térmica y guantes. El helicóptero dispone de sus propios equipos para supervivencia en la mar en caso de accidente (2 balsas salvavidas de 14 plazas, balizas, botiquín, etc.)
Pautas y procedimientos en una operación real
Cuando nos enfrentamos a una operación real cada miembro de la tripulación debe seguir una serie de pautas y procedimientos.
Una vez alertados por los centros de coordinación de Salvamento Marítimo, los pilotos recopilan toda la información posible de lo acontecido, principalmente posición, condiciones meteorológicas y tipo de emergencia (búsqueda, naufragio, evacuación, nº de personas, etc.) que condicionará las necesidades del combustible recomendable para la operación.
Posteriormente pasaran su prevuelo a la aeronave. Al mismo tiempo el TMA pasa la prevuelo y si es necesario, se reposta el aparato mientras los rescatadores comprueban la equipación y añaden algún otro material que pudiese ser necesario, como por ejemplo una motobomba.
Si es posible, dependiendo de la emergencia, el comandante de la aeronave dará en tierra un briefing a la tripulación con las características de la misión, método de extracción y emergencias de la aeronave; si no fuera posible en tierra se da en vuelo.
En las proximidades de la emergencia el operador de grúa y el asistente preparan la cabina y el rescatador se pone el traje de neopreno para la intervención.
Una vez en la zona comienza la búsqueda exacta del lugar de la emergencia y cuando es localizada empieza el rescate. Si la emergencia proviene de un barco, durante la aproximación al mismo, el piloto que no está volando a los controles da un briefing a la tripulación para explicar en qué consiste la operación, y una vez en la vertical se decide cual es el mejor sitio para acometer el rescate, que normalmente será el más seguro o el único posible si no existe otra opción. A continuación se lleva a cabo la operación en la que se dan los siguientes pasos:
1º Se coloca al helicóptero en estacionario en una posición cercana al objetivo, luego se abre la puerta de carga y se envía una línea de guía, que es una cuerda de 50 m con un peso de la cual se hace cargo alguien del barco. Esta guía hace que esté siempre conectado el barco con la aeronave, facilitando muchísimo la operación. Esta operación la realiza uno de los dos pilotos, siguiendo las directrices del operador de grúa, mientras el otro supervisa parámetros y referencias.
2º Se envía al rescatador que hará las señales necesarias al operador de grúa para que el piloto sitúe el aparato sobre la vertical o en la posición más cómoda y segura hasta que se posicione el rescatador. Una vez en el barco, el rescatador se suelta del gancho de la grúa y se hace cargo del control de la operación seleccionando el equipo de extracción y coordinado a los náufragos para ser rescatados.
3º Se empieza a izar al personal con la grúa de rescate a través de su gancho, al cual, también sigue conectada la línea de guía. Mientras tanto, en el helicóptero el asistente posiciona a los náufragos y si es necesario dará los primeros auxilios.
4 º Se recupera al rescatador y la línea de guía, se cierra puerta y se comienza el vuelo de traslación, llevando al personal rescatado a tierra.
Si la operación es en el agua se simplifica mucho, ya que se baja directamente al rescatador al agua y con la eslinga de rescate se recupera a los náufragos. En esta situación el rescatador siempre sube con cada uno de los náufragos y nunca se suelta del gancho.
Entre las situaciones más significativas realizadas en España caben destacar el accidente del petrolero Mar Egeo en La Coruña, que explotó durante la operación de rescate, el vuelco de una patera con 27 inmigrantes a bordo mientras se efectuaba el rescate, en el que sólo falleció una persona por un infarto, o el rápido e inesperado hundimiento de un carguero cuando aún permanecían en cubierta el rescatador y cinco miembros de la tripulación, de los cuales sólo sobrevivieron al salir a superficie el rescatador y un tripulante.
En definitiva, se trata de un trabajo en el que la preparación y coordinación de la tripulación es altamente especializada y se debiera mantener con una continua formación y entrenamiento.
En ocasiones los vuelos se realizan al límite de las capacidades pero siempre recompensan, a pesar del cierto riesgo que en ocasiones se corre, cuando una sonrisa amable cierra la última frase del día: “gracias por salvarnos la vida”.