Isabel Herrán
e-mergencista experimentado
Por MATT CRENSON / AP
01/25/2005´
Un estudio realizado con varios sabuesos de edad avanzada determinó que una buena dieta, el ejercicio físico y la estimulación cerebral reducen la pérdida de las capacidades de aprendizaje.
El estudio sugiere que los seres humanos podrían también beneficiarse de la dieta y los buenos hábitos, dado que los perros y la gente experimentan un deterioro cognitivo similar con la edad.
Incluso, los perros desarrollan una sustancia pegajosa segregada por las neuronas enfermas, que se acumula en forma de placa dentro del cerebro y que es similar a la que aparece en el mal de Alzheimer en los seres humanos.
En el experimento, los investigadores enseñaron a los perros viejos cómo encontrar alimentos bajo cajas de diferentes colores. Los animales que tenían una dieta enriquecida, hicieron más ejercicio y tuvieron más juguetes y compañeros de juego, mostraron una mayor facilidad para hallar el alimento.
Algunos estudios han sugerido que el ser humano puede evitar o al menos retrasar los efectos mentales del envejecimiento si lleva una dieta rica en antioxidantes y otros compuestos encontrados en las frutas y los vegetales.
Otros estudios han detectado que el ejercicio y la estimulación mental podrían tener también un efecto protector.
Pero el estudio con los perros es el único que ha analizado en forma combinada los efectos de la dieta y los hábitos.
"Lo que considero interesante y en cierto modo diferente en este estudio es la combinación", opinó Molly Wagster, directora del programa del Instituto Nacional del Envejecimiento. "El efecto de esta combinación es mejor que los aportes aislados".
El estudio dividió en cuatro grupos a un conjunto de 48 perros de entre 8 y 11 años. Un grupo recibió entrenamiento físico dos veces por semana, tuvo juguetes que eran cambiados con cierta frecuencia, vivía en parejas dentro de una perrera y aprendía cómo encontrar alimento oculto.
Otro grupo recibió una dieta rica en antioxidantes, pero no tuvo los estímulos de aprendizaje. El tercer conjunto contó tanto con la dieta antioxidante como con los estímulos, y el cuarto no tuvo ningún tratamiento especial.
El experimento es descrito en el número de Neurobiology for Aging, correspondiente a enero. Involucró a investigadores de la Universidad de Toronto, la Universidad de California en Irvine, el Centro Hill en Ciencias y Tecnologías de Nutrición para Mascotas y el Instituto Lovelace de Investigación Respiratoria.
Los 12 perros en el grupo con buena alimentación y estímulos aprendieron un nuevo truco.
Ocho de los 12 perros con dieta enriquecida lo lograron, y ocho de 10 en el grupo altamente estimulado resolvieron el problema.
En el grupo que no recibió ni dieta ni estímulos especiales, sólo dos de ocho perros pasaron la prueba.
01/25/2005´
Un estudio realizado con varios sabuesos de edad avanzada determinó que una buena dieta, el ejercicio físico y la estimulación cerebral reducen la pérdida de las capacidades de aprendizaje.
El estudio sugiere que los seres humanos podrían también beneficiarse de la dieta y los buenos hábitos, dado que los perros y la gente experimentan un deterioro cognitivo similar con la edad.
Incluso, los perros desarrollan una sustancia pegajosa segregada por las neuronas enfermas, que se acumula en forma de placa dentro del cerebro y que es similar a la que aparece en el mal de Alzheimer en los seres humanos.
En el experimento, los investigadores enseñaron a los perros viejos cómo encontrar alimentos bajo cajas de diferentes colores. Los animales que tenían una dieta enriquecida, hicieron más ejercicio y tuvieron más juguetes y compañeros de juego, mostraron una mayor facilidad para hallar el alimento.
Algunos estudios han sugerido que el ser humano puede evitar o al menos retrasar los efectos mentales del envejecimiento si lleva una dieta rica en antioxidantes y otros compuestos encontrados en las frutas y los vegetales.
Otros estudios han detectado que el ejercicio y la estimulación mental podrían tener también un efecto protector.
Pero el estudio con los perros es el único que ha analizado en forma combinada los efectos de la dieta y los hábitos.
"Lo que considero interesante y en cierto modo diferente en este estudio es la combinación", opinó Molly Wagster, directora del programa del Instituto Nacional del Envejecimiento. "El efecto de esta combinación es mejor que los aportes aislados".
El estudio dividió en cuatro grupos a un conjunto de 48 perros de entre 8 y 11 años. Un grupo recibió entrenamiento físico dos veces por semana, tuvo juguetes que eran cambiados con cierta frecuencia, vivía en parejas dentro de una perrera y aprendía cómo encontrar alimento oculto.
Otro grupo recibió una dieta rica en antioxidantes, pero no tuvo los estímulos de aprendizaje. El tercer conjunto contó tanto con la dieta antioxidante como con los estímulos, y el cuarto no tuvo ningún tratamiento especial.
El experimento es descrito en el número de Neurobiology for Aging, correspondiente a enero. Involucró a investigadores de la Universidad de Toronto, la Universidad de California en Irvine, el Centro Hill en Ciencias y Tecnologías de Nutrición para Mascotas y el Instituto Lovelace de Investigación Respiratoria.
Los 12 perros en el grupo con buena alimentación y estímulos aprendieron un nuevo truco.
Ocho de los 12 perros con dieta enriquecida lo lograron, y ocho de 10 en el grupo altamente estimulado resolvieron el problema.
En el grupo que no recibió ni dieta ni estímulos especiales, sólo dos de ocho perros pasaron la prueba.