PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA:
REDUCCIÓN DE VULNERABILIDAD PSICOLÓGICA
HUMBERTO MARÍN URIBE, PSICÓLOGO
[email protected]
Generalmente cuando pensamos en un psicólogo o en la psicología, nos surgen inmediatamente ideas asociadas con tratamiento psicológico, consulta psicológica o enfermedad mental, entre otras. El comenzar a mostrar que la psicología es más que únicamente una actividad de intervención clínica, ya es un primer desafío; el incorporarla activamente en ámbitos de reciente preocupación y relevancia social es aún uno mayor.
Desde diversas publicaciones y experiencias sabemos ya que la psicología no es únicamente el proceso de intervención terapéutica con el que generalmente se asocia, relacionándose actualmente con ámbitos tan diversos, como el educacional, social, jurídico, deportivo, organizacional, y por supuesto, el área de las emergencias. En este sentido mi colega y cofrade bomberil, Cristián Araya, ha realizado un excelente trabajo dentro de la presente revista, dando a conocer al lector acerca de la Psicología de la Emergencia, temática que se encuentra en estrecha relación con todo ser humano que participe o pueda alguna vez participar en alguna situación de emergencia, de lo cual nuestro quehacer bomberil obviamente no está ajeno.
Habiendo ya dado el primer paso, y pensando en los diversos ámbitos en los cuales la psicología tiene algo que decir y desde una visión particular de la Psicología de Emergencias, incorporaremos la segunda variable; me refiero al tiempo. Otra distorsión asociada a lo que percibimos de nuestro medio, esta relacionado lo que el psicólogo emergencista puede realizar dentro de su ámbito de acción; me explico de la siguiente manera: si logramos hacer entender que es la psicología de la emergencia seremos afortunados, pero si logramos hacer entender que la psicología de emergencias es más que únicamente aplicar terapia después del evento, seremos exitosos. Es por esto que cuando hablamos de la psicología de emergencias, abogamos por todo lo que desde el comportamiento humano se puede realizar antes, durante y después del evento, sea un accidente, emergencia, desastre o catástrofe. La psicología de la emergencia es más que la simple aplicación de la psicología clínica al ámbito de las emergencias, o desde la caricatura, es más que llevar el diván al incendio.
Recapitulemos; ya sabemos que el psicólogo interviene más que únicamente en el ámbito clínico, pudiendo extenderse a demás dimensiones particularmente humanas, en las cuales encontramos las emergencias; y ya sabemos que esta intervención en el ámbito de las emergencias opera en tres momentos, y no únicamente como ‘reparacion’ después de que ocurre un evento. Teniendo entonces en mente estos elementos, podemos continuar con el siguiente elemento: la vulnerabilidad.
En el último tiempo se ha ido desarrollando un nuevo paradigma asociado a la comprensión de los eventos tales como emergencias, desastres y catástrofes principalmente; este nuevo paradigma ha sido denominado Gestión del Riesgo, y nos señala que el RIESGO esta asociado a la relación existente entre la AMENAZA y la VULNERABILIDAD de un sistema; matemáticamente se expone al RIESGO como el producto entre la AMENAZA y la VULNERABILIDAD, el cual pudiendo tener tendencias bajas, no puede ser cero. Por ejemplo, el RIESGO del trabajo de un bombero en un incendio estructural, está compuesto por AMENAZAS integradas por diversos elementos, entre ellos el desprendimiento de gases tóxicos. Ante esta amenaza, la cual no podemos eliminar mágicamente, si podemos reducir nuestra VULNERABILIDAD, utilizando equipos de respiración autónoma, por ejemplo. Luego, y por consiguiente, el riesgo disminuye desde la intervención en nuestra vulnerabilidad con relación a los gases tóxicos propios del incendio. Bueno, en psicología de la emergencia podemos hacer lo mismo.
Si sabemos que como integrantes de un organismo de primera intervención en emergencias debemos constantemente trabajar en situaciones altamente traumáticas y disruptivas que no podemos eliminar mágicamente (AMENAZAS), únicamente nos queda disminuir nuestra VULNERABILIDAD psicológica ante este tipo de eventos; esto es lo que hemos llamado Programa de Reducción de Vulnerabilidad Psicológica, el cual tiene por objeto principal, el evitar o llevar de mejor manera consecuencias psicológicas y mejorar la capacidad de respuesta de los integrantes de los equipos de primera intervención.
Algunos equipos de primera intervención en emergencias, tanto dentro del ámbito privado como público, ya están iniciando el desarrollo de este tipo de programas con gran éxito, cuantificado en una mejor salud mental de sus integrantes, mejor desempeño en las labores, mayor satisfacción laboral, disminución y/o menor duración de malestares después de los eventos atendidos, entre otros beneficios. En el ámbito bomberil cuidamos nuestra salud y la de nuestro grupo familiar; en el ámbito privado además, reducimos costos de la organización evitando largas licencias médicas asociadas a consecuencias psicológicas propias de trabajadores involucrados en situaciones de emergencia, sea de manera intencional, voluntaria o casual.