SINIESTRO CONTRA UN TURISMO EN ZARAGOZA
Primer herido en accidente con una minimoto eléctrica
Inmovilizados siete de estos vehículos este año al estar prohibido su uso en la vía pública
G. M. A. 07/06/2005
Un zaragozano de 41 años tuvo el pasado domingo el triste privilegio de ser el primer conductor de una minimoto eléctrica que resulta herido en un accidente de tráfico ocurrido en la capital aragonesa en el 2005. Un suceso que además escondía detrás una práctica ilegal, ya que el uso de este tipo de vehículos en la vía pública no está autorizado salvo que el propietario cuente con un seguro, con una licencia de conducción y un permiso de circulación, lo que resulta imposible al no estar homologados como ciclomotores. Y conlleva, por tanto, una denuncia.
El siniestro se produjo en la calle Argualas poco antes de las nueve y media de la noche. Fuentes de la Policía Local explicaron que el turismo conducido por José Leoncio R. S., de 55 años, colisionó contra una minimoto eléctrica propiedad de Manuel P. C.. Debido al impacto, el motorista resultó herido leve y tuvo que ser trasladado al hospital Miguel Servet en una ambulancia del 061.
Posteriormente, los agentes inmovilizaron la minimoto eléctrica y la trasladaron al depósito municipal. Una práctica que se lleva a cabo siempre en este tipo de casos. Sólo durante el 2005, la Policía Local de Zaragoza ya ha trasladado hasta siete vehículos de esta clase a las dependencias municipales debido a su uso ilegal en distintas zonas de la ciudad.
Y además, entre los casos registrados hay uno especialmente llamativo, que se saldó con dos de estas minimotos requisadas temporalmente después de que sus conductores protagonizaran una carrera ilegal en el barrio del Actur. En dicho suceso, a los propietarios se les denunció, además de por no contar con los permisos necesarios, por conducción temeraria --algunas incluso superan ampliamente los 40 kilómetros por hora--.
Según la legislación, para utilizar un vehículo a motor con capacidad para desarrollar más de 6 kilómetros por hora son necesarios los citados documentos. Pero como las minimotos eléctricas no están reconocidas como ciclomotores, sólo pueden emplearse en zonas privadas.
Además, cuando el dueño de una minimoto inmovilizada acude al depósito municipal para retirarla, no puede marcharse conduciéndola, sino que debe transportarla en otro vehículo. Y lo más curioso es que se le obliga a firmar un certificado por el que el propietario deja constancia de que conoce la prohibición de usar minimotos en las calles.
A este problema se añade el conflicto que suscitan los niños a los que se les regala uno de estos vehículos. Si provocan un accidente, sus padres tendrán que pagar las indemnizaciones.
Primer herido en accidente con una minimoto eléctrica
Inmovilizados siete de estos vehículos este año al estar prohibido su uso en la vía pública
G. M. A. 07/06/2005
Un zaragozano de 41 años tuvo el pasado domingo el triste privilegio de ser el primer conductor de una minimoto eléctrica que resulta herido en un accidente de tráfico ocurrido en la capital aragonesa en el 2005. Un suceso que además escondía detrás una práctica ilegal, ya que el uso de este tipo de vehículos en la vía pública no está autorizado salvo que el propietario cuente con un seguro, con una licencia de conducción y un permiso de circulación, lo que resulta imposible al no estar homologados como ciclomotores. Y conlleva, por tanto, una denuncia.
El siniestro se produjo en la calle Argualas poco antes de las nueve y media de la noche. Fuentes de la Policía Local explicaron que el turismo conducido por José Leoncio R. S., de 55 años, colisionó contra una minimoto eléctrica propiedad de Manuel P. C.. Debido al impacto, el motorista resultó herido leve y tuvo que ser trasladado al hospital Miguel Servet en una ambulancia del 061.
Posteriormente, los agentes inmovilizaron la minimoto eléctrica y la trasladaron al depósito municipal. Una práctica que se lleva a cabo siempre en este tipo de casos. Sólo durante el 2005, la Policía Local de Zaragoza ya ha trasladado hasta siete vehículos de esta clase a las dependencias municipales debido a su uso ilegal en distintas zonas de la ciudad.
Y además, entre los casos registrados hay uno especialmente llamativo, que se saldó con dos de estas minimotos requisadas temporalmente después de que sus conductores protagonizaran una carrera ilegal en el barrio del Actur. En dicho suceso, a los propietarios se les denunció, además de por no contar con los permisos necesarios, por conducción temeraria --algunas incluso superan ampliamente los 40 kilómetros por hora--.
Según la legislación, para utilizar un vehículo a motor con capacidad para desarrollar más de 6 kilómetros por hora son necesarios los citados documentos. Pero como las minimotos eléctricas no están reconocidas como ciclomotores, sólo pueden emplearse en zonas privadas.
Además, cuando el dueño de una minimoto inmovilizada acude al depósito municipal para retirarla, no puede marcharse conduciéndola, sino que debe transportarla en otro vehículo. Y lo más curioso es que se le obliga a firmar un certificado por el que el propietario deja constancia de que conoce la prohibición de usar minimotos en las calles.
A este problema se añade el conflicto que suscitan los niños a los que se les regala uno de estos vehículos. Si provocan un accidente, sus padres tendrán que pagar las indemnizaciones.