«Nunca te acostumbras a ver el cadáver de un niño»
Los guardias civiles encuentran en la carretera cuerpos en tan mal estado «que te da 'repelús' moverlos»
NACHO GONZÁLEZ UCELAY/SANTANDER
Radar móvil de la Guardia Civil de Tráfico. / SANE
www.eldiariomontanes.es 28/11/06
Son, por lo general, los primeros en llegar al lugar de un accidente. Si es leve, 'chapa y pintura', reordenan el tráfico y a otra cosa. Si es grave, entonces el procedimiento cambia.
«Cuando nos avisan de que se ha producido un accidente acudimos al lugar lo antes posible. Del tiempo que tardemos en llegar puede depender la vida de una persona», cuenta el sargento Revilla, que reconoce que la actuación de guardias civiles, personal médico y bomberos es «para verla». Dice que no necesitan «ni hablar», que cada uno «sabe cual es su trabajo» y que el suyo es «ver si hay muertos y comprobar el estado de los heridos para informar a los médicos; reordenar el tráfico para evitar más accidentes; y organizar la evacuación de las víctimas».
El sargento Revilla, al que le salieron los dientes subido en una moto de la Guardia Civil -tiene una ascendencia benemérita considerable- confiesa que hay algunas cosas a las que no ha logrado acostumbrarse: «A ver cadáveres, sí, pero no a ver el de un bebé o el de un niño. Pero no me acostumbro yo y no se acostumbra nadie».
Con dolor pero convencido de que relatos tan bestiales como el suyo deben ayudar a los conductores a cobrar conciencia de lo que sucede en las carreteras, el sargento continúa goteando sus recuerdos:
«De la carretera hemos tenido que recoger cadáveres mutilados. Sin cabeza, sin piernas, sin brazos... A veces encuentras cuerpos en tan mal estado que te da 'repelús' moverlos», confiesa el sargento, al que la carretera ha puesto en situaciones límite: «Un día llegué a un accidente y cuando estaba junto al cadáver de un chico le sonó el móvil. Miré y ponía: 'Papá'».
Revilla lo cuenta «porque estas cosas se tienen que saber». Y si fuera por él «ponía un coche destrozado a la salida de un pub o de una discoteca».
Los guardias civiles encuentran en la carretera cuerpos en tan mal estado «que te da 'repelús' moverlos»
NACHO GONZÁLEZ UCELAY/SANTANDER

www.eldiariomontanes.es 28/11/06
Son, por lo general, los primeros en llegar al lugar de un accidente. Si es leve, 'chapa y pintura', reordenan el tráfico y a otra cosa. Si es grave, entonces el procedimiento cambia.
«Cuando nos avisan de que se ha producido un accidente acudimos al lugar lo antes posible. Del tiempo que tardemos en llegar puede depender la vida de una persona», cuenta el sargento Revilla, que reconoce que la actuación de guardias civiles, personal médico y bomberos es «para verla». Dice que no necesitan «ni hablar», que cada uno «sabe cual es su trabajo» y que el suyo es «ver si hay muertos y comprobar el estado de los heridos para informar a los médicos; reordenar el tráfico para evitar más accidentes; y organizar la evacuación de las víctimas».
El sargento Revilla, al que le salieron los dientes subido en una moto de la Guardia Civil -tiene una ascendencia benemérita considerable- confiesa que hay algunas cosas a las que no ha logrado acostumbrarse: «A ver cadáveres, sí, pero no a ver el de un bebé o el de un niño. Pero no me acostumbro yo y no se acostumbra nadie».
Con dolor pero convencido de que relatos tan bestiales como el suyo deben ayudar a los conductores a cobrar conciencia de lo que sucede en las carreteras, el sargento continúa goteando sus recuerdos:
«De la carretera hemos tenido que recoger cadáveres mutilados. Sin cabeza, sin piernas, sin brazos... A veces encuentras cuerpos en tan mal estado que te da 'repelús' moverlos», confiesa el sargento, al que la carretera ha puesto en situaciones límite: «Un día llegué a un accidente y cuando estaba junto al cadáver de un chico le sonó el móvil. Miré y ponía: 'Papá'».
Revilla lo cuenta «porque estas cosas se tienen que saber». Y si fuera por él «ponía un coche destrozado a la salida de un pub o de una discoteca».