mmmh.
Me temo que a esta edad,
es mayor el sufrimiento de los adultos al tener que dar la noticia que el del niño al recibirla. Es una edad en la que el concepto de muerte no está asimilado, si acaso el de "no está" pero no el de "no está para siempre". Es una edad en la que el niño
se afecta más por la perturbación en su ambiente que por los motivos de esta perturbación: la tristeza que lo rodea, la falta de juego o atención de una madre comprensiblemente deprimida o el que puedan aparecer reacciones de irritabilidad en los mayores ante sus trastadas (o lo contrario, un exceso de permisividad), etc.
En estos casos el apoyo psicológico que mejor puede ayudar al niño, a veces, es el prestado a sus familiares más próximos... no sé si me explico.
Pero sí es cierto que seguirán momentos difíciles, años críticos, etapas de la vida en las que el papá sí que será echado de menos, sobre todo al ver el de los amigos, momentos en los que la pregunta será: ¿por qué soy distinto? ¿por qué a mí?...
A su edad no creo que en su duelo intervengan cosas como esa culpa que, de un modo casi mágico, el niño incorpora a su explicación de los acontecimientos, algo más relacionado con edades mayores.
Puedes leer algo acerca de las pérdidas parentales y su repercusión en el niño y en el adolescente en:
https://www.dinarte.es/salud-mental/pdfs/71_originales2.pdf
Algunas recomendaciones en:
https://www.zonapediatrica.com/mod-htmlpages-display-pid-35.html