tanidya
e-mergencista experimentado
Muerto de frío por salvar a su familia
El hombre buscaba ayuda para su mujer e hijas tras pasar una semana en un coche bajo la nieve
Estados Unidos se encuentra conmocionado por la tragedia de James Kim, un hombre que murió de frío mientras buscaba ayuda para su familia, que llevaba una semana bloqueada por la nieve en un coche, en una apartada carretera de montaña en Oregon. Kim salió en busca de ayuda después de que se les terminaran el combustible del coche y sus escasas provisiones.
Kati Kim (en el centro, tapándose la cara) es consolada por su suegro. Abajo, James Kim, su esposo. EFE
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James Kim, un periodista tecnológico especializado en reproductores de mp3, y su esposa Kati, que viajaban acompañados por sus hijas Penelope, de 4 años, y Sabine, de 7 meses, se perdieron el pasado 25 de noviembre, sábado, en una carretera de montaña en el estado de Oregón, en la costa Oeste de Estados Unidos.
Según el relato del periódico The Oregonian, los Kim entraron en una pista de montaña habitualmente cerrada debido a que unos vándalos habían roto el candado y abierto la puerta.
A las 2 de la mañana, y al empezar a quedarse sin combustible, decidieron parar en un lugar donde sólo llovía. En los dos días siguientes la nieve cayó con fuerza y les bloqueó en ese paraje. De vez en cuando encendían el motor para usar la calefacción del coche. Aunque no lo sabían, siguiendo por esa carretera había un refugio a un kilómetro y medio. Estaba cerrado, pero tenía suministros.
El miércoles 29, el día que fueron declarados oficialmente desaparecidos y empezó su búsqueda, se quedaron sin gasolina, por lo que hicieron un fuego con revistas y rastrojos, pero la madera estaba helada y era difícil de reunir. El jueves quemaron un neumático para calentarse.
El viernes, 1 de diciembre, quitaron las cuatro ruedas del coche y, hacia las 11 de la mañana, hicieron con ellas una hoguera con la que esperaban llamar la atención. Antes de que llegara la noche el fuego se había agotado.
Las pocas provisiones que llevaban (algunos biberones y potitos) se terminaron enseguida. Kati, que estaba dando el pecho a la pequeña Sabine, también amamantó a Penelope.
Cuando se les acabó el agua, fundieron nieve. En la mañana del sábado, y después de que la pareja estudiara un mapa, James Kim decidió abandonar el coche en busca de una pequeña población cercana.
Pensaban que se encontraba a unos 6 kilómetros siguiendo un río, cuando en realidad estaba a unos 25 kilómetros después de cruzar varios barrancos.
Kim salió a las 7.45 y dijo que estaría de regreso para la 1 si no encontraba ayuda. Vestía unas zapatillas deportivas, unos vaqueros y un grueso abrigo, pero no tenía un gorro.
James Kim volvió por la pista forestal que habían utilizado y caminó más de siete kilómetros hasta el punto en que la pista cruza un barranco. Después de dejar unos pantalones como señal unos metros más adelante, siguió hacia el este, otra vez en dirección al coche. A unos cuatro kilómetros, volvió a dejar como pistas más ropa y fragmentos de su mapa, en un lugar donde probablemente pasó la noche.
Kim siguió andando hasta que cayó muerto en el agua del barranco, a poco más de dos kilómetros en línea recta del coche de su familia y del refugio. Su familia fue rescatada sana y salva el lunes. Los investigadores, que hallaron el cuerpo el miércoles, creen que pudo morir de hipotermia ese mismo lunes.
El hombre buscaba ayuda para su mujer e hijas tras pasar una semana en un coche bajo la nieve
Estados Unidos se encuentra conmocionado por la tragedia de James Kim, un hombre que murió de frío mientras buscaba ayuda para su familia, que llevaba una semana bloqueada por la nieve en un coche, en una apartada carretera de montaña en Oregon. Kim salió en busca de ayuda después de que se les terminaran el combustible del coche y sus escasas provisiones.
Kati Kim (en el centro, tapándose la cara) es consolada por su suegro. Abajo, James Kim, su esposo. EFE
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James Kim, un periodista tecnológico especializado en reproductores de mp3, y su esposa Kati, que viajaban acompañados por sus hijas Penelope, de 4 años, y Sabine, de 7 meses, se perdieron el pasado 25 de noviembre, sábado, en una carretera de montaña en el estado de Oregón, en la costa Oeste de Estados Unidos.
Según el relato del periódico The Oregonian, los Kim entraron en una pista de montaña habitualmente cerrada debido a que unos vándalos habían roto el candado y abierto la puerta.
A las 2 de la mañana, y al empezar a quedarse sin combustible, decidieron parar en un lugar donde sólo llovía. En los dos días siguientes la nieve cayó con fuerza y les bloqueó en ese paraje. De vez en cuando encendían el motor para usar la calefacción del coche. Aunque no lo sabían, siguiendo por esa carretera había un refugio a un kilómetro y medio. Estaba cerrado, pero tenía suministros.
El miércoles 29, el día que fueron declarados oficialmente desaparecidos y empezó su búsqueda, se quedaron sin gasolina, por lo que hicieron un fuego con revistas y rastrojos, pero la madera estaba helada y era difícil de reunir. El jueves quemaron un neumático para calentarse.
El viernes, 1 de diciembre, quitaron las cuatro ruedas del coche y, hacia las 11 de la mañana, hicieron con ellas una hoguera con la que esperaban llamar la atención. Antes de que llegara la noche el fuego se había agotado.
Las pocas provisiones que llevaban (algunos biberones y potitos) se terminaron enseguida. Kati, que estaba dando el pecho a la pequeña Sabine, también amamantó a Penelope.
Cuando se les acabó el agua, fundieron nieve. En la mañana del sábado, y después de que la pareja estudiara un mapa, James Kim decidió abandonar el coche en busca de una pequeña población cercana.
Pensaban que se encontraba a unos 6 kilómetros siguiendo un río, cuando en realidad estaba a unos 25 kilómetros después de cruzar varios barrancos.
Kim salió a las 7.45 y dijo que estaría de regreso para la 1 si no encontraba ayuda. Vestía unas zapatillas deportivas, unos vaqueros y un grueso abrigo, pero no tenía un gorro.
James Kim volvió por la pista forestal que habían utilizado y caminó más de siete kilómetros hasta el punto en que la pista cruza un barranco. Después de dejar unos pantalones como señal unos metros más adelante, siguió hacia el este, otra vez en dirección al coche. A unos cuatro kilómetros, volvió a dejar como pistas más ropa y fragmentos de su mapa, en un lugar donde probablemente pasó la noche.
Kim siguió andando hasta que cayó muerto en el agua del barranco, a poco más de dos kilómetros en línea recta del coche de su familia y del refugio. Su familia fue rescatada sana y salva el lunes. Los investigadores, que hallaron el cuerpo el miércoles, creen que pudo morir de hipotermia ese mismo lunes.
