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e-mergencista experimentado
Por Agustín de Gracia Johannesburgo, 10 mar (EFE).- Sudáfrica, un país de escasa actividad sísmica y que basa su economía en la minería, se ha visto sacudido por un movimiento telúrico que el miércoles dejó atrapados a 38 mineros, uno de los cuales murió y otro está desaparecido.
El temblor no se debió a causas naturales, ya que Sudáfrica se encuentra lejos de las fallas tectónicas del este del continente, sino que tuvo su origen en el desplazamiento de capas subterráneas a causa de la intensa actividad minera en el país.
Hacia las 5.00 hora local de hoy (03.00 GMT), los equipos de rescate trajeron a la superficie a los últimos tres mineros que fueron localizados, pero todavía queda un trabajador que está desaparecido en las galerías.
Cubiertos de polvo, con sus ropas rasgadas y con heridas graves, los tres mineros fueron rápidamente llevados hacia las ambulancias que los esperaban para ser trasladados a la unidad médica más próxima.
El jefe del equipo de rescate, Darren Vorkel, dijo que los tres mineros fueron localizados cerca de la última medianoche, pero necesitaron unas cinco horas para llevarlos hasta la superficie.
Después de recorrer cerca de seis kilómetros de galerías subterráneas, Vorkel sólo tenía la mente fija en una cosa, según declaró a los periodistas: "Una Coca-Cola muy fría".
El temblor, de 5,3 grados en la escala de Richter, se produjo en la mina de oro que opera la firma DRD Gold cerca de la población de Klerksdorp, a 166 kilómetros al sudoeste de Johannesburgo, cuando en las galerías se encontraban unos 3.000 trabajadores.
Fue una secuencia de varios movimientos sísmicos que comenzaron hacia las 12.15 hora local (10.15 GMT), coincidiendo con el cambio de turno de los mineros.
"Estábamos hablando y contentos después de terminar nuestro turno, cuando de repente oímos una gran explosión y todo se puso negro", dijo, tras salir del yacimiento, el minero Jacob Rampai.
El movimiento sísmico fue uno de los mayores que se conocen en Sudáfrica vinculados con operaciones mineras.
Un total de 38 trabajadores quedaron bloqueados en el pozo número 78, a unos 2.400 metros de profundidad, lo que desató la peor pesadilla que puede tener un minero: atrapado a kilómetros de la superficie y con la tierra aún temblando.
Los equipos de rescate lograron recuperar, en grupos, a la mayoría de los trabajadores, pero en el interior de las galerías todavía queda el cadáver de un minero, además de otro que está desaparecido.
Los expertos creen que, en esas condiciones, la supervivencia no se prolonga más allá de 72 horas. Las rocas pueden alcanzar hasta los 50 grados centígrados, y un minero atrapado puede morir pronto por calor o deshidratación.
"Hay veces que (los túneles) son tan inestables que tienes que remover una a una cada roca. Sin agua y sin un sistema adecuado de refrigeración, básicamente te cocinas bajo tierra", dijo el dirigente sindical Johnny Hanekom.
Los expertos consideran que el movimiento sísmico que se registró en la zona equivale a la detonación de casi dos millones de explosivos de alto poder. La bomba de Hiroshima generó un movimiento telúrico de 6 grados en la escala de Richter.
Los habitantes de las dos poblaciones más próximas, habituados a explosiones en las minas, pensaron en un principio que se trataba de una más, pero comenzaron a preocuparse cuando se cortó el servicio eléctrico.
"Cuando escuché que se trataba de un movimiento sísmico y que las cosas estaban mal, comencé a rezar por mi hijo, porque estaba trabajando en la mina", dijo a los periodistas Christina Lekalake, cuyo hijo, Ditiro, pudo ser rescatado con vida.
El mayor movimiento telúrico originado por causas naturales en Sudáfrica en la historia reciente del país, de 6,1 grados en la escala de Richter, se registró en septiembre de 1969 en la población de Tulbagh, y causó nueve muertos.
El temblor no se debió a causas naturales, ya que Sudáfrica se encuentra lejos de las fallas tectónicas del este del continente, sino que tuvo su origen en el desplazamiento de capas subterráneas a causa de la intensa actividad minera en el país.
Hacia las 5.00 hora local de hoy (03.00 GMT), los equipos de rescate trajeron a la superficie a los últimos tres mineros que fueron localizados, pero todavía queda un trabajador que está desaparecido en las galerías.
Cubiertos de polvo, con sus ropas rasgadas y con heridas graves, los tres mineros fueron rápidamente llevados hacia las ambulancias que los esperaban para ser trasladados a la unidad médica más próxima.
El jefe del equipo de rescate, Darren Vorkel, dijo que los tres mineros fueron localizados cerca de la última medianoche, pero necesitaron unas cinco horas para llevarlos hasta la superficie.
Después de recorrer cerca de seis kilómetros de galerías subterráneas, Vorkel sólo tenía la mente fija en una cosa, según declaró a los periodistas: "Una Coca-Cola muy fría".
El temblor, de 5,3 grados en la escala de Richter, se produjo en la mina de oro que opera la firma DRD Gold cerca de la población de Klerksdorp, a 166 kilómetros al sudoeste de Johannesburgo, cuando en las galerías se encontraban unos 3.000 trabajadores.
Fue una secuencia de varios movimientos sísmicos que comenzaron hacia las 12.15 hora local (10.15 GMT), coincidiendo con el cambio de turno de los mineros.
"Estábamos hablando y contentos después de terminar nuestro turno, cuando de repente oímos una gran explosión y todo se puso negro", dijo, tras salir del yacimiento, el minero Jacob Rampai.
El movimiento sísmico fue uno de los mayores que se conocen en Sudáfrica vinculados con operaciones mineras.
Un total de 38 trabajadores quedaron bloqueados en el pozo número 78, a unos 2.400 metros de profundidad, lo que desató la peor pesadilla que puede tener un minero: atrapado a kilómetros de la superficie y con la tierra aún temblando.
Los equipos de rescate lograron recuperar, en grupos, a la mayoría de los trabajadores, pero en el interior de las galerías todavía queda el cadáver de un minero, además de otro que está desaparecido.
Los expertos creen que, en esas condiciones, la supervivencia no se prolonga más allá de 72 horas. Las rocas pueden alcanzar hasta los 50 grados centígrados, y un minero atrapado puede morir pronto por calor o deshidratación.
"Hay veces que (los túneles) son tan inestables que tienes que remover una a una cada roca. Sin agua y sin un sistema adecuado de refrigeración, básicamente te cocinas bajo tierra", dijo el dirigente sindical Johnny Hanekom.
Los expertos consideran que el movimiento sísmico que se registró en la zona equivale a la detonación de casi dos millones de explosivos de alto poder. La bomba de Hiroshima generó un movimiento telúrico de 6 grados en la escala de Richter.
Los habitantes de las dos poblaciones más próximas, habituados a explosiones en las minas, pensaron en un principio que se trataba de una más, pero comenzaron a preocuparse cuando se cortó el servicio eléctrico.
"Cuando escuché que se trataba de un movimiento sísmico y que las cosas estaban mal, comencé a rezar por mi hijo, porque estaba trabajando en la mina", dijo a los periodistas Christina Lekalake, cuyo hijo, Ditiro, pudo ser rescatado con vida.
El mayor movimiento telúrico originado por causas naturales en Sudáfrica en la historia reciente del país, de 6,1 grados en la escala de Richter, se registró en septiembre de 1969 en la población de Tulbagh, y causó nueve muertos.