giov
e-mergencista experimentado
Javiera cayó 21 metros hasta el patio de juegos infantiles del edificio de Arturo Prat 1450, centro sur de Santiago. En el trayecto emitió algo parecido a un grito y movió los brazos desesperada antes de golpearse contra el suelo. Murió instantáneamente. Atrás, en el séptimo piso, quedaba su padre lleno de ira, su madre con la cara cortada y la última gran pelea de ambos.
Alfredo Cabrera Opazo y Claudia Neira habían comenzado a discutir algunos minutos antes en el lobby del inmueble. Recuerdan algunos testigos que él le reclamó airadamente a ella por ir a buscar a la pequeña de seis años con quien había pasado toda la tarde.
Pero el acuerdo entre ambos había sido que la niña se iba con su mamá. Por eso, Claudia reaccionó y comenzó a recriminar a su esposo, de quien se separó de hecho en septiembre último.
La pelea no quedó ahí. Ambos subieron a empujones, con la menor al lado, hasta el departamento 709-A. Allí se lanzaron golpes, puntapiés, objetos pesados. Hasta que Alfredo comenzó a escribir el final del drama. Tomó un pedazo de vidrio y le propinó un profundo corte en la mejilla izquierda a Claudia. Luego tomó a su hija del antebrazo, la arrastró hasta el borde de una ventana del departamento y la lanzó. Así por lo menos lo vio una decena de residentes del edificio que a esa hora, las 21:15, estaban realizando una asamblea en el primer piso. Entre ellos estaba Cristián Silva, quien asegura que "él no hizo el amague de tirar a la niñita... o sea, lo hizo de una vez, fríamente...".
Huida
Luego de la criminal acción de Cabrera, Claudia Neira escapó del departamento. Bajó por el ascensor que quedó repleto de marcas de sangre. Una vez que estuvo a salvo entre los vecinos, la llevaron a la Posta Central.
Luego de ello, los residentes quisieron encargarse de Cabrera. Subieron hasta el departamento para intentar lincharlo. Pero el sujeto cerró todas las puertas y se refugió en el baño. Allí tomó un elemento filoso y se cortó el cuello. Nada vital según los doctores que lo atendieron. Por ello, pudo enfrentar a un fiscal y un juez de garantía que ayer realizaron un control de detención en el recinto asistencial. Quedó detenido y habrá ocho meses de investigación. El homicida fue trasladado a la Penitenciaría de Santiago.
Los problemas de la pareja, indican fuentes ligadas al caso, se arrastraban desde octubre de este año. El 13 de ese mes, Alfredo fue hasta la casa de Claudia en Ñuñoa para amenazarla. A raíz de este acto de violencia, el 14 fue formalizado por amenazas por la Fiscalía Oriente. Hubo algunas tratativas familiares hasta que una semana después se suspendió el proceso. La condición que se impuso a Cabrera fue la de no acercarse a Claudia Neira.
Ella también es socióloga y prestó servicios para el Sename. Por ello la fue a visitar Ana María Latorre, directora regional de esa entidad.
Causó extrañeza a los policías el hecho de encontrar entre las pertenencias de Cabrera una serie de libros y papeles, los que, según el respectivo parte policial, "certifican que el imputado es portador del VIH sida".
Fuente: www.elmercurio.cl
Alfredo Cabrera Opazo y Claudia Neira habían comenzado a discutir algunos minutos antes en el lobby del inmueble. Recuerdan algunos testigos que él le reclamó airadamente a ella por ir a buscar a la pequeña de seis años con quien había pasado toda la tarde.
Pero el acuerdo entre ambos había sido que la niña se iba con su mamá. Por eso, Claudia reaccionó y comenzó a recriminar a su esposo, de quien se separó de hecho en septiembre último.
La pelea no quedó ahí. Ambos subieron a empujones, con la menor al lado, hasta el departamento 709-A. Allí se lanzaron golpes, puntapiés, objetos pesados. Hasta que Alfredo comenzó a escribir el final del drama. Tomó un pedazo de vidrio y le propinó un profundo corte en la mejilla izquierda a Claudia. Luego tomó a su hija del antebrazo, la arrastró hasta el borde de una ventana del departamento y la lanzó. Así por lo menos lo vio una decena de residentes del edificio que a esa hora, las 21:15, estaban realizando una asamblea en el primer piso. Entre ellos estaba Cristián Silva, quien asegura que "él no hizo el amague de tirar a la niñita... o sea, lo hizo de una vez, fríamente...".
Huida
Luego de la criminal acción de Cabrera, Claudia Neira escapó del departamento. Bajó por el ascensor que quedó repleto de marcas de sangre. Una vez que estuvo a salvo entre los vecinos, la llevaron a la Posta Central.
Luego de ello, los residentes quisieron encargarse de Cabrera. Subieron hasta el departamento para intentar lincharlo. Pero el sujeto cerró todas las puertas y se refugió en el baño. Allí tomó un elemento filoso y se cortó el cuello. Nada vital según los doctores que lo atendieron. Por ello, pudo enfrentar a un fiscal y un juez de garantía que ayer realizaron un control de detención en el recinto asistencial. Quedó detenido y habrá ocho meses de investigación. El homicida fue trasladado a la Penitenciaría de Santiago.
Los problemas de la pareja, indican fuentes ligadas al caso, se arrastraban desde octubre de este año. El 13 de ese mes, Alfredo fue hasta la casa de Claudia en Ñuñoa para amenazarla. A raíz de este acto de violencia, el 14 fue formalizado por amenazas por la Fiscalía Oriente. Hubo algunas tratativas familiares hasta que una semana después se suspendió el proceso. La condición que se impuso a Cabrera fue la de no acercarse a Claudia Neira.
Ella también es socióloga y prestó servicios para el Sename. Por ello la fue a visitar Ana María Latorre, directora regional de esa entidad.
Causó extrañeza a los policías el hecho de encontrar entre las pertenencias de Cabrera una serie de libros y papeles, los que, según el respectivo parte policial, "certifican que el imputado es portador del VIH sida".
Fuente: www.elmercurio.cl