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La prevención, principal arma para paliar la siniestralidad en las carreteras
Cada año, las carreteras españolas dejan un desolador rastro de muerte. La siniestralidad por accidentes de coche en España, con unos 5.000 muertos cada año, sigue siendo muy alta, pese a haberse reducido en los últimos tiempos. Los profesionales sanitarios coinciden en señalar que se está ante una "enfermedad prevenible". Sin embargo, la puesta en marcha de medidas o de programas que ayuden a reducir la elevada mortalidad brillan por su ausencia y en las consultas de Primaria escasean los consejos preventivos relativos a la seguridad vial, aun reconociéndose la importancia de formar a los pacientes en los riesgos inherentes a la conducción. No en vano, la actuación de los médicos de A.P. se configura como un arma fundamental para prevenir dicha siniestralidad al volante.
Luis García
Cop el verano llega el gran éxodo de vehículos hacia infinitos destinos de todo tipo. Ello va a causar cerca de diez millones de desplazamientos por la extensa red de carreteras del país. Sin embargo, todos los años, la estadística acaba de forma desoladora: en torno a 5.000 personas se dejan la vida sobre el asfalto en accidentes de coche o son atropelladas en España. Más de 20.000 personas sufren heridas graves y más de 110.000 heridas leves, todo ello en más de 90.000 accidentes con víctimas (heridos y fallecidos). Las hospitalizaciones por este motivo rondan las 40.000 al año. Las últimas campañas puestas en marcha por la Dirección General de Tráfico, con llamadas constantes a limitar la velocidad y al uso de los dispositivos de seguridad, han conseguido frenar un tanto la sangría, pero sólo un tanto. Con la entrada en vigor del carnet por puntos, ya inmediata, se espera reducir aún más la siniestralidad, como ha pasado en Francia, donde los accidentes de tráfico han descendido un 25 por ciento en dos años desde que entró en vigor este sistema para penalizar la mala conducción.
Los profesionales aceptan que deberían jugar un papel activo en el terreno de la seguridad vial aunque para ello demandan más tiempo y sistemas de ayuda y soporte en la consulta
Los datos son también escalofriantes a nivel global: en torno al millón y medio de muertos en todo el mundo por siniestralidad vial cada año y unos 50 millones de heridos.
La conducción se transforma así en un problema de salud pública de primer orden. La propia Organización Mundial de la Salud calcula que los accidentes de tráfico, que hoy son la novena causa de muerte en el planeta, pasarán a ser la tercera en el año 2020 si antes no se acometen las medidas suficientes para detener la negra tendencia de la siniestralidad. En España, suponen ahora la séptima causa de muerte, "pero pasarán a ser la segunda o la tercera" en 2020, señala Fernando Pérez Torralba, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Tráfico (SEMT), para quien estamos ante "una enfermedad prevenible".
Conocimientos medios
La actuación de los médicos de familia y de los pediatras en este tipo de prevención se configura como un arma fundamental para prevenir la altísima siniestralidad. Carlos Martín, médico de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) acaba de concluir una tesis sobre el papel que ha de jugar el médico en las consultas respecto a la prevención. El estudio sobre la factibilidad del consejo preventivo respecto a los accidentes de tráfico, asumido por la Fundación Jordi Gol i Gurina, no incluye conclusiones muy alentadoras. "El nivel de conocimientos entre los profesionales de Primaria se mostró como medio, podríamos decir que los profesionales logran en general un poco más de un aprobado en una escala de 0 a 10", expone este profesional.
Los conocimientos versaban sobre lo que se sabía de epidemiología, lo que era capaz de prevenir el uso de algunas medidas, como el cinturón de retención, la silla del niño, el uso del casco, hasta qué punto eso era útil o no, y el efecto que tiene el alcohol en la conducción. Además, incluía una serie de preguntas sobre enfermedades y su relación con la conducción y fármacos y su relación con la conducción.
"Si el test de conocimiento se supera un poco justo, muy probablemente cuando se quiera aplicar esos conocimientos en la práctica diaria haya dudas por muchos profesionales, y lo que tienen que recomendar, lo que tienen que recordar o lo que tienen que hacer tenga su dificultad", añade Martín.
Actitud reticente y falta
de tiempo
En cuanto a la actitud en general de los profesionales de A.P. "es una actitud reticente, por un parte, porque se quejan de que les falta tiempo, ése es siempre el motivo de cualquier barrera para hacer cualquier actividad preventiva, para hacer cualquier actividad en general. Le faltan incentivos para poner en marcha acciones de prevención".
De alguna manera, "tampoco por parte de la Administración sanitaria se le insiste en que éste es un problema importante, hoy por hoy no percibo que esto sea algo que lo soliciten, con lo cual tampoco está dentro de las prioridades que me marca la Administración sanitaria, aunque entiendo que estamos ante un problema social de primera magnitud".
Por otra parte, la gran mayoría de los médicos de Atención Primaria aceptan que en este terreno hay un papel importante que hacer, es decir, consideran que sí tendría sentido emprender una labor preventiva con consejos en la consulta sobre la conducción. En este contexto, los profesionales del primer nivel asistencial, apunta Martín, creen que debe intervenir en la atención inicial al accidentado y también en el seguimiento de muchos afectados dados de alta en el hospital para seguir con ellos una serie de protocolos y de cuidados y, a largo plazo, en aquellas personas que han quedado con alguna limitación o han perdido a una persona.
Es decir, el profesional acepta que debería jugar un papel activo, pero para eso se precisa esa mayor disponibilidad de tiempo apuntada y la creación de sistemas de ayuda y de soporte en la consulta. "He revisado distintos sistemas de soporte y de ayuda, y podrían ser los sistemas informáticos que nos recuerden automáticamente el consejo cuando, por ejemplo, damos una citación a un paciente. El que a la hora de darle un informe, de derivarle a un hospital o de entregarle una receta tuviera automáticamente impreso en el documento que se le facilita una recomendación general recordándole que dada su patología, dado que está tomando una medicación, dada la situación crónica o aguda que está pasando en ese momento, es conveniente que vigile cuando conduzca o que, por ejemplo, conduzca menos horas", subraya este médico de la semFYC.
Para Martín, además, se tendría que aumentar el nivel de conocimientos, porque la mayoría acepta que éste "es un terreno en el cual no se manejan con mucha soltura. Tanto por parte de las Sociedades Científicas como por las Administraciones sanitarias, deberían insistir en que éste es un tema importante, prioritario, aparecer en la cartera de servicios como uno más a facilitar a la población, como algo que se les reconoce en sus carreras o en sus direcciones por objetivos, de manera que si damos cursos a los profesionales, si, además, les reconocemos que esa actividad es importante, si se les facilita una ayuda informática, puede cambiar de una manera clara, este aspecto".
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La prevención, principal arma para paliar la siniestralidad en las carreteras

Cada año, las carreteras españolas dejan un desolador rastro de muerte. La siniestralidad por accidentes de coche en España, con unos 5.000 muertos cada año, sigue siendo muy alta, pese a haberse reducido en los últimos tiempos. Los profesionales sanitarios coinciden en señalar que se está ante una "enfermedad prevenible". Sin embargo, la puesta en marcha de medidas o de programas que ayuden a reducir la elevada mortalidad brillan por su ausencia y en las consultas de Primaria escasean los consejos preventivos relativos a la seguridad vial, aun reconociéndose la importancia de formar a los pacientes en los riesgos inherentes a la conducción. No en vano, la actuación de los médicos de A.P. se configura como un arma fundamental para prevenir dicha siniestralidad al volante.
Luis García





Cop el verano llega el gran éxodo de vehículos hacia infinitos destinos de todo tipo. Ello va a causar cerca de diez millones de desplazamientos por la extensa red de carreteras del país. Sin embargo, todos los años, la estadística acaba de forma desoladora: en torno a 5.000 personas se dejan la vida sobre el asfalto en accidentes de coche o son atropelladas en España. Más de 20.000 personas sufren heridas graves y más de 110.000 heridas leves, todo ello en más de 90.000 accidentes con víctimas (heridos y fallecidos). Las hospitalizaciones por este motivo rondan las 40.000 al año. Las últimas campañas puestas en marcha por la Dirección General de Tráfico, con llamadas constantes a limitar la velocidad y al uso de los dispositivos de seguridad, han conseguido frenar un tanto la sangría, pero sólo un tanto. Con la entrada en vigor del carnet por puntos, ya inmediata, se espera reducir aún más la siniestralidad, como ha pasado en Francia, donde los accidentes de tráfico han descendido un 25 por ciento en dos años desde que entró en vigor este sistema para penalizar la mala conducción.
Los profesionales aceptan que deberían jugar un papel activo en el terreno de la seguridad vial aunque para ello demandan más tiempo y sistemas de ayuda y soporte en la consulta
Los datos son también escalofriantes a nivel global: en torno al millón y medio de muertos en todo el mundo por siniestralidad vial cada año y unos 50 millones de heridos.
La conducción se transforma así en un problema de salud pública de primer orden. La propia Organización Mundial de la Salud calcula que los accidentes de tráfico, que hoy son la novena causa de muerte en el planeta, pasarán a ser la tercera en el año 2020 si antes no se acometen las medidas suficientes para detener la negra tendencia de la siniestralidad. En España, suponen ahora la séptima causa de muerte, "pero pasarán a ser la segunda o la tercera" en 2020, señala Fernando Pérez Torralba, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Tráfico (SEMT), para quien estamos ante "una enfermedad prevenible".
Conocimientos medios
La actuación de los médicos de familia y de los pediatras en este tipo de prevención se configura como un arma fundamental para prevenir la altísima siniestralidad. Carlos Martín, médico de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) acaba de concluir una tesis sobre el papel que ha de jugar el médico en las consultas respecto a la prevención. El estudio sobre la factibilidad del consejo preventivo respecto a los accidentes de tráfico, asumido por la Fundación Jordi Gol i Gurina, no incluye conclusiones muy alentadoras. "El nivel de conocimientos entre los profesionales de Primaria se mostró como medio, podríamos decir que los profesionales logran en general un poco más de un aprobado en una escala de 0 a 10", expone este profesional.
Los conocimientos versaban sobre lo que se sabía de epidemiología, lo que era capaz de prevenir el uso de algunas medidas, como el cinturón de retención, la silla del niño, el uso del casco, hasta qué punto eso era útil o no, y el efecto que tiene el alcohol en la conducción. Además, incluía una serie de preguntas sobre enfermedades y su relación con la conducción y fármacos y su relación con la conducción.
"Si el test de conocimiento se supera un poco justo, muy probablemente cuando se quiera aplicar esos conocimientos en la práctica diaria haya dudas por muchos profesionales, y lo que tienen que recomendar, lo que tienen que recordar o lo que tienen que hacer tenga su dificultad", añade Martín.
Actitud reticente y falta
de tiempo
En cuanto a la actitud en general de los profesionales de A.P. "es una actitud reticente, por un parte, porque se quejan de que les falta tiempo, ése es siempre el motivo de cualquier barrera para hacer cualquier actividad preventiva, para hacer cualquier actividad en general. Le faltan incentivos para poner en marcha acciones de prevención".
De alguna manera, "tampoco por parte de la Administración sanitaria se le insiste en que éste es un problema importante, hoy por hoy no percibo que esto sea algo que lo soliciten, con lo cual tampoco está dentro de las prioridades que me marca la Administración sanitaria, aunque entiendo que estamos ante un problema social de primera magnitud".
Por otra parte, la gran mayoría de los médicos de Atención Primaria aceptan que en este terreno hay un papel importante que hacer, es decir, consideran que sí tendría sentido emprender una labor preventiva con consejos en la consulta sobre la conducción. En este contexto, los profesionales del primer nivel asistencial, apunta Martín, creen que debe intervenir en la atención inicial al accidentado y también en el seguimiento de muchos afectados dados de alta en el hospital para seguir con ellos una serie de protocolos y de cuidados y, a largo plazo, en aquellas personas que han quedado con alguna limitación o han perdido a una persona.
Es decir, el profesional acepta que debería jugar un papel activo, pero para eso se precisa esa mayor disponibilidad de tiempo apuntada y la creación de sistemas de ayuda y de soporte en la consulta. "He revisado distintos sistemas de soporte y de ayuda, y podrían ser los sistemas informáticos que nos recuerden automáticamente el consejo cuando, por ejemplo, damos una citación a un paciente. El que a la hora de darle un informe, de derivarle a un hospital o de entregarle una receta tuviera automáticamente impreso en el documento que se le facilita una recomendación general recordándole que dada su patología, dado que está tomando una medicación, dada la situación crónica o aguda que está pasando en ese momento, es conveniente que vigile cuando conduzca o que, por ejemplo, conduzca menos horas", subraya este médico de la semFYC.
Para Martín, además, se tendría que aumentar el nivel de conocimientos, porque la mayoría acepta que éste "es un terreno en el cual no se manejan con mucha soltura. Tanto por parte de las Sociedades Científicas como por las Administraciones sanitarias, deberían insistir en que éste es un tema importante, prioritario, aparecer en la cartera de servicios como uno más a facilitar a la población, como algo que se les reconoce en sus carreras o en sus direcciones por objetivos, de manera que si damos cursos a los profesionales, si, además, les reconocemos que esa actividad es importante, si se les facilita una ayuda informática, puede cambiar de una manera clara, este aspecto".
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