Mientras en el barrio toledano de Azucaica se hacen cruces, las autoridades miran para otro lado. «La carretera de Mocejón es la carretera de la muerte», dicen por el lugar. «Ya han fallecido entre ocho y diez personas en los últimos ocho años», es el cálculo que hace a vuela pluma el presidente de la Asociación de Vecinos «La Candelaria», Andrés García Borja.
La última víctima mortal ha sido un gitano de 38 años, que falleció el sábado por la noche mientras asistía a una boda en el restaurante «El paraíso manchego». El accidente ocurrió sobre las 23.45 horas en el kilómetro 4,7 de la CM-4001, justo enfrente de la escalera por la que se accede al local. La víctima se había acercado al coche para coger unas almendras -ayer todavía había restos de este fruto seco-, pero cuando cruzaba de nuevo la carretera, por un lugar indebido, fue arrollado por un coche. El vehículo, un Opel Vectra, estaba ocupado por una pareja de jóvenes, que permaneció en el lugar de los hechos, una zona poco iluminada. Para socorrer al hombre, además de sus familiares, acudió la Guardia Civil y una UVI móvil. La víctima estaba con vida, pero se produjo una circunstancia poco frecuente. El traslado al hospital no se realizó en la UVI, sino en un vehículo particular por expreso deseo de los familiares, según aseguró el Servicio de Emergencias 112.
«La carretera de Mocejón es la carretera del miedo», repiten algunos vecinos de Azucaica. Desde la gasolinera que está anexa al restaurante «El paraíso manchego» hasta la conocida como la «Curva de la Peña», el peligro es constante. Son dos kilómetros donde el conductor debe poner los cinco sentidos . Precisamente, en esa curva falleció un gitano de 18 años hace un mes y medio en accidente de tráfico.
Aparte de solicitar más control de la Guardia Civil, desde la Asociación de Vecinos «La Candelaria» se ha pedido a la Junta que tome medidas en esta carretera. Pero en Obras Públicas la respuesta ha sido tajante, y sorprendente, según cuenta Andrés García: «La Junta dice que los vecinos instalemos y paguemos las bandas de frenado y la iluminación con farolas, además de abonar previamente las pertinentes tasas, 63 euros». Sin palabras.
La última víctima mortal ha sido un gitano de 38 años, que falleció el sábado por la noche mientras asistía a una boda en el restaurante «El paraíso manchego». El accidente ocurrió sobre las 23.45 horas en el kilómetro 4,7 de la CM-4001, justo enfrente de la escalera por la que se accede al local. La víctima se había acercado al coche para coger unas almendras -ayer todavía había restos de este fruto seco-, pero cuando cruzaba de nuevo la carretera, por un lugar indebido, fue arrollado por un coche. El vehículo, un Opel Vectra, estaba ocupado por una pareja de jóvenes, que permaneció en el lugar de los hechos, una zona poco iluminada. Para socorrer al hombre, además de sus familiares, acudió la Guardia Civil y una UVI móvil. La víctima estaba con vida, pero se produjo una circunstancia poco frecuente. El traslado al hospital no se realizó en la UVI, sino en un vehículo particular por expreso deseo de los familiares, según aseguró el Servicio de Emergencias 112.
«La carretera de Mocejón es la carretera del miedo», repiten algunos vecinos de Azucaica. Desde la gasolinera que está anexa al restaurante «El paraíso manchego» hasta la conocida como la «Curva de la Peña», el peligro es constante. Son dos kilómetros donde el conductor debe poner los cinco sentidos . Precisamente, en esa curva falleció un gitano de 18 años hace un mes y medio en accidente de tráfico.
Aparte de solicitar más control de la Guardia Civil, desde la Asociación de Vecinos «La Candelaria» se ha pedido a la Junta que tome medidas en esta carretera. Pero en Obras Públicas la respuesta ha sido tajante, y sorprendente, según cuenta Andrés García: «La Junta dice que los vecinos instalemos y paguemos las bandas de frenado y la iluminación con farolas, además de abonar previamente las pertinentes tasas, 63 euros». Sin palabras.