hacha
e-mergencista experimentado
VALLADOLID
El fuego arrasa un almacén de muebles en Arca Real y obliga a desalojar a cincuenta vecinos de dos edificios
Los residentes escucharon una sucesión de explosiones a las 5.00 horas a la vez que las llamas comenzaban a devastar la empresa Ignacio Rodríguez de Delicias
Los bomberos comienzan las labores de extinción poco después de que se declarara el incendio en la fábrica de muebles Ignacio Rodríguez, en torno a las 5.00 horas.
«He oído una traca de explosiones, pa, pa, pa,..., y al salir a la calle hemos visto llamas de más de veinte metros de altura», relataba José Luis, uno de los cincuenta vecinos de los números 89 y 87 de Arca Real que fueron desalojados en la madrugada de ayer mientras el fuego devastaba el almacén de maderas Ignacio Rodríguez, colindante con la pared de sus casas.
El incendio se declaró en torno a las 5.00 horas a la vez que los residentes comenzaban a desperezarse entre «fuertes detonaciones». Las llamas fueron cobrando vigor rápidamente alimentadas por la enorme cantidad de muebles y material combustible -barnices, tablas,...- acumulados en el interior de la nave hasta consumir en apenas tres horas la zona de exposición de la empresa y una antigua casa adosada a esta, además de causar el desplome de sendas cubiertas.
Antes incluso de la llegada de las dos primeras dotaciones de Bomberos, varios testigos afirman haber visto una de las puertas del almacén forzada -al menos estaban abiertas antes del comienzo de la extinción- y a dos jóvenes con mochilas corriendo por la calle frente al parque de la Paz antes de alejarse en un turismo. La policía y los bomberos investigaban ayer este extremo si bien no descartan ninguna hipótesis como causa del fuego.
Momentos de «pánico»
Sea por lo que fuere, la extinción del incendio se prolongó hasta más allá del mediodía y en ella intervinieron decenas de bomberos de los parques de Valladolid -siete dotaciones- y de la Diputación -una cisterna- e, incluso, efectivos del aeropuerto de Villanubla -un vehículo-. Todos ellos apoyados por dos camiones cisterna del Ayuntamiento.
Los primeros instantes «fueron de pánico», recuerda Elías, un vecino del cuarto piso del número 89 que fue de los primeros en comenzar a avisar puerta por puerta al resto de inquilinos, sobre todo cuando las dos primeras dotaciones «se quedaron sin agua y tuvieron que esperar a la llegada de los refuerzos mientras las llamas se acercaban peligrosamente a nuestra medianera».
«Decid que vengan todos, que vengan todos», bramaban las emisoras de bomberos y policías cuando las llamas alcanzaban una altura de más de tres pisos y la presión de la toma de agua más cercana no daba abasto para soportar los más de trescientos litros por segundo que arrojaban las mangueras sobre el almacén. Instantes después, la sala del parque de Las Eras confirmaba la magnitud de lo que estaba ocurriendo: «Lo tenemos todo fuera, todas las dotaciones disponibles».
Mientras la calle -que permaneció cortada hasta las 13.00 horas- se llenaba de camiones y patrullas, los desalojados, arropados con mantas y con lo puesto, asistían somnolientos al discurrir de las llamas hacia sus pisos: «Hemos llegado a pensar que nos quedábamos sin casa», explicaba Roberto, un inquilino de la primera planta del número 89.
«Por precaución»
No obstante, todos los afectados coincidieron en destacar que «hemos tenido mucha suerte para lo que podía haber sido». Tanta que tres horas después del comienzo del fuego los residentes recibían la autorización para regresar a sus casas -ocho viviendas repartidas en cuatro plantas en los dos inmuebles- y comprobaban que 'solo' se había agrietado parte de la pared medianera y que el calor había derretido las persianas del patio de atrás del bloque del número 89. Sus vecinos del 87 fueron desalojados «más por precaución que por otra cosa», relató José Luis, uno de ellos.
Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios comenzaron a atacar las llamas por los laterales de las naves para evitar, con éxito, que se propagasen al almacén de maderas anexo -que sufrió escasos daños- y al bloque de pisos del número 89.
Lo que no pudieron evitar fue que las paredes de la vieja casa en la que residían en su momento los propietarios de la empresa fundada hace cuatro décadas se desplomaran pasadas las ocho de la mañana y que las altas temperaturas generadas por el fuego arrasaran la estructura metálica que cubría el apartado de la fábrica destinado a la atención al público.
Los bomberos tardaron siete horas y media en controlar el incendio, si bien tuvieron que permanecer en la nave hasta bien entrada la tarde para evitar que las llamas se reavivaran. Los operarios de la empresa comenzaron ya a las 12.30 horas a retirar el material que pudo salvarse ante la desconsolada mirada de los propietarios -cuatro hijos del fundador de la empresa-, que asistieron a las labores de extinción desde primera hora de la mañana.
Por aquel entonces se encontraba en el lugar de los hechos el concejal de Seguridad, Manuel Sánchez, quien destacó que lo más importante «es que no ha habido ningún herido». Por si acaso, el 112 instaló un hospital de campaña frente a la nave de Arca Real.
Galería de imágenes y vídeo del incendio en
https://www.nortecastilla.es/pg051027/prensa/noticias/Portada/200510/27/VAL-POR-293.html
El fuego arrasa un almacén de muebles en Arca Real y obliga a desalojar a cincuenta vecinos de dos edificios
Los residentes escucharon una sucesión de explosiones a las 5.00 horas a la vez que las llamas comenzaban a devastar la empresa Ignacio Rodríguez de Delicias
Los bomberos comienzan las labores de extinción poco después de que se declarara el incendio en la fábrica de muebles Ignacio Rodríguez, en torno a las 5.00 horas.
«He oído una traca de explosiones, pa, pa, pa,..., y al salir a la calle hemos visto llamas de más de veinte metros de altura», relataba José Luis, uno de los cincuenta vecinos de los números 89 y 87 de Arca Real que fueron desalojados en la madrugada de ayer mientras el fuego devastaba el almacén de maderas Ignacio Rodríguez, colindante con la pared de sus casas.
El incendio se declaró en torno a las 5.00 horas a la vez que los residentes comenzaban a desperezarse entre «fuertes detonaciones». Las llamas fueron cobrando vigor rápidamente alimentadas por la enorme cantidad de muebles y material combustible -barnices, tablas,...- acumulados en el interior de la nave hasta consumir en apenas tres horas la zona de exposición de la empresa y una antigua casa adosada a esta, además de causar el desplome de sendas cubiertas.
Antes incluso de la llegada de las dos primeras dotaciones de Bomberos, varios testigos afirman haber visto una de las puertas del almacén forzada -al menos estaban abiertas antes del comienzo de la extinción- y a dos jóvenes con mochilas corriendo por la calle frente al parque de la Paz antes de alejarse en un turismo. La policía y los bomberos investigaban ayer este extremo si bien no descartan ninguna hipótesis como causa del fuego.
Momentos de «pánico»
Sea por lo que fuere, la extinción del incendio se prolongó hasta más allá del mediodía y en ella intervinieron decenas de bomberos de los parques de Valladolid -siete dotaciones- y de la Diputación -una cisterna- e, incluso, efectivos del aeropuerto de Villanubla -un vehículo-. Todos ellos apoyados por dos camiones cisterna del Ayuntamiento.
Los primeros instantes «fueron de pánico», recuerda Elías, un vecino del cuarto piso del número 89 que fue de los primeros en comenzar a avisar puerta por puerta al resto de inquilinos, sobre todo cuando las dos primeras dotaciones «se quedaron sin agua y tuvieron que esperar a la llegada de los refuerzos mientras las llamas se acercaban peligrosamente a nuestra medianera».
«Decid que vengan todos, que vengan todos», bramaban las emisoras de bomberos y policías cuando las llamas alcanzaban una altura de más de tres pisos y la presión de la toma de agua más cercana no daba abasto para soportar los más de trescientos litros por segundo que arrojaban las mangueras sobre el almacén. Instantes después, la sala del parque de Las Eras confirmaba la magnitud de lo que estaba ocurriendo: «Lo tenemos todo fuera, todas las dotaciones disponibles».
Mientras la calle -que permaneció cortada hasta las 13.00 horas- se llenaba de camiones y patrullas, los desalojados, arropados con mantas y con lo puesto, asistían somnolientos al discurrir de las llamas hacia sus pisos: «Hemos llegado a pensar que nos quedábamos sin casa», explicaba Roberto, un inquilino de la primera planta del número 89.
«Por precaución»
No obstante, todos los afectados coincidieron en destacar que «hemos tenido mucha suerte para lo que podía haber sido». Tanta que tres horas después del comienzo del fuego los residentes recibían la autorización para regresar a sus casas -ocho viviendas repartidas en cuatro plantas en los dos inmuebles- y comprobaban que 'solo' se había agrietado parte de la pared medianera y que el calor había derretido las persianas del patio de atrás del bloque del número 89. Sus vecinos del 87 fueron desalojados «más por precaución que por otra cosa», relató José Luis, uno de ellos.
Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios comenzaron a atacar las llamas por los laterales de las naves para evitar, con éxito, que se propagasen al almacén de maderas anexo -que sufrió escasos daños- y al bloque de pisos del número 89.
Lo que no pudieron evitar fue que las paredes de la vieja casa en la que residían en su momento los propietarios de la empresa fundada hace cuatro décadas se desplomaran pasadas las ocho de la mañana y que las altas temperaturas generadas por el fuego arrasaran la estructura metálica que cubría el apartado de la fábrica destinado a la atención al público.
Los bomberos tardaron siete horas y media en controlar el incendio, si bien tuvieron que permanecer en la nave hasta bien entrada la tarde para evitar que las llamas se reavivaran. Los operarios de la empresa comenzaron ya a las 12.30 horas a retirar el material que pudo salvarse ante la desconsolada mirada de los propietarios -cuatro hijos del fundador de la empresa-, que asistieron a las labores de extinción desde primera hora de la mañana.
Por aquel entonces se encontraba en el lugar de los hechos el concejal de Seguridad, Manuel Sánchez, quien destacó que lo más importante «es que no ha habido ningún herido». Por si acaso, el 112 instaló un hospital de campaña frente a la nave de Arca Real.
Galería de imágenes y vídeo del incendio en
https://www.nortecastilla.es/pg051027/prensa/noticias/Portada/200510/27/VAL-POR-293.html