«El apoyo psicológico a las víctimas es la asignatura pendiente del 'tsunami'»
El facultativo mallorquín Miguel Angel Ramón, coordinador de Médicos del Mundo en Sumatra, relata los problemas causados por la catástrofe
PALMA.- Un nuevo tsunami está por venir si no se le pone remedio: la crisis nerviosa de las víctimas. Recién llegado del lugar de la catástrofe, el médico mallorquín y coordinador de proyecto de ayuda humanitaria de Médicos del Mundo en Sumatra, Miguel Angel Ramón, insistió ayer en las carencias que se han generado sobre miles de personas tras el desastre.
Una vez que las heridas físicas se comienzan a restañar, hay toda una serie de heridas psicológicas de una más que difícil curación. «En la consulta médica te das cuenta de que la tragedia está metida en el cuerpo de las personas», abundó Ramón. Con la impresión reciente en las retinas tomada en la zona cero del desastre, Ramón aseguró que hay otros problemas que requieren un tratamiento muy delicado entre los supervivientes. «El 80% de los pacientes que han pasado por la consulta han perdido su familia, su casa y su trabajo», indicó Ramón, tras permanecer cinco semanas en Calang, la ciudad más cercana al epicentro del tsunami. Este médico mallorquín coordinó allí el hospital de campaña y su programa de clínicas móviles.
Respuesta humanitaria
La respuesta humanitaria ante la ya considerada como mayor catástrofe de la historia «ha funcionado bien», en opinión del facultativo mallorquín. «Gracias a este buen funcionamiento se han evitado epidemias y un serio riesgo de malnutrición por la falta de agua potable y alimentos», recalcó.
No obstante, Miguel Angel Ramón insistió en que la «gran prioridad» que se abre ahora es el apoyo psicológico a las víctimas. Entre todas ellas destacan los miles de huérfanos que han quedado tras la devastación sin precedentes del maremoto asiático.
El coordinador de la campaña de Médicos del Mundo en las zonas más afectadas de Asia insistió en la necesidad de la puesta en marcha de un servicio de atención psicológica, proyecto en el que se encuentra inmerso, además de un servicio de salud reproductiva y de pediatría.
Así, el equipo que encabeza Miguel Angel Ramón ha iniciado una evaluación de la salud física y mental de los 600 niños que han sobrevivido en Calang. El 90% de los niños padece miedo, fobias y problemas de adaptación familiar y social provocados por la tragedia.
Fuente: El Mundo

El facultativo mallorquín Miguel Angel Ramón, coordinador de Médicos del Mundo en Sumatra, relata los problemas causados por la catástrofe
PALMA.- Un nuevo tsunami está por venir si no se le pone remedio: la crisis nerviosa de las víctimas. Recién llegado del lugar de la catástrofe, el médico mallorquín y coordinador de proyecto de ayuda humanitaria de Médicos del Mundo en Sumatra, Miguel Angel Ramón, insistió ayer en las carencias que se han generado sobre miles de personas tras el desastre.
Una vez que las heridas físicas se comienzan a restañar, hay toda una serie de heridas psicológicas de una más que difícil curación. «En la consulta médica te das cuenta de que la tragedia está metida en el cuerpo de las personas», abundó Ramón. Con la impresión reciente en las retinas tomada en la zona cero del desastre, Ramón aseguró que hay otros problemas que requieren un tratamiento muy delicado entre los supervivientes. «El 80% de los pacientes que han pasado por la consulta han perdido su familia, su casa y su trabajo», indicó Ramón, tras permanecer cinco semanas en Calang, la ciudad más cercana al epicentro del tsunami. Este médico mallorquín coordinó allí el hospital de campaña y su programa de clínicas móviles.
Respuesta humanitaria
La respuesta humanitaria ante la ya considerada como mayor catástrofe de la historia «ha funcionado bien», en opinión del facultativo mallorquín. «Gracias a este buen funcionamiento se han evitado epidemias y un serio riesgo de malnutrición por la falta de agua potable y alimentos», recalcó.
No obstante, Miguel Angel Ramón insistió en que la «gran prioridad» que se abre ahora es el apoyo psicológico a las víctimas. Entre todas ellas destacan los miles de huérfanos que han quedado tras la devastación sin precedentes del maremoto asiático.
El coordinador de la campaña de Médicos del Mundo en las zonas más afectadas de Asia insistió en la necesidad de la puesta en marcha de un servicio de atención psicológica, proyecto en el que se encuentra inmerso, además de un servicio de salud reproductiva y de pediatría.
Así, el equipo que encabeza Miguel Angel Ramón ha iniciado una evaluación de la salud física y mental de los 600 niños que han sobrevivido en Calang. El 90% de los niños padece miedo, fobias y problemas de adaptación familiar y social provocados por la tragedia.
Fuente: El Mundo
