tanidya
e-mergencista experimentado
Heridos un joven de Deba y una vitoriana tras quedar atrapados en una avalancha en Panticosa
Recorrían a pie una zona a unos 2.700 metros con riesgo muy alto de aludes. No quedaron sepultados bajo la nieve.
ANE URDANGARIN/
SAN SEBASTIÁN. DV. «Han tenido mucha suerte. Muchísima suerte». Así se expresaba ayer por la tarde José Diego, un experto en intervención en montaña horas después de haber participado en el rescate de dos jóvenes vascos que sufrieron una avalancha de nieve en el Pirineo oscense. El accidente se registró en un paraje de Panticosa y pudo tener consecuencias fatales. Pero los dos montañeros, un vecino de Deba y una vitoriana, no fueron sepultados por la nieve, aunque sí resultaron heridos.
El debarra Pablo U.I., de 34 años, y la vitoriana Irantzu A. R., de 26, habían planeado pasar el fin de semana en el Valle del Tena. Pernoctaron en el refugio de la Piedra y ayer, hacia las 8 de la mañana, salieron al monte. Hacia las dos del mediodía se encontraban ya de regreso en un paraje conocido como Majada Alta de las Argualas. Se trata de una zona situada a bastante altitud, a unos 2.700 metros. Según los miembros del Grupo de Rescate Especialista en Intervención de Montaña de la Guardia Civil que les atendió, los jóvenes no llevaban puestos en el momento del siniestro ni esquíes ni raquetas.
Al parecer, los montañeros estaban descendiendo de esta zona de las Argualas haciendo una diagonal cuando se partió una placa, que les arrastró entre unos 90 y 100 metros por un corte de rocas, de una altura aproximada de unos 25 metros.
La avalancha de nieve no sepultó a los jóvenes, que fueron auxiliados por otros deportistas que realizaban una travesía. «Detrás de ellos bajaba un chico esquiando. Iba con otras personas. Entre todos les ayudaron a salir», explicó Diego. Tras resguardarse en una zona segura, consiguieron dar el aviso de alerta a través de un teléfono móvil. El equipo de montaña de Panticosa, que tuvo que movilizar un helicóptero, se puso en marcha a las 14.15 horas.
Las tareas de rescate se prolongaron durante dos horas y los montañeros fueron evacuados al Hospital Comarcal de Jaca. Irantzu A. R. sufrió un fuerte esguince, mientras que Pablo U. I. presentaba una fractura de rótula. Anoche los dos montañeros se reponían del gran susto y comentaron por teléfono que, a pesar de las heridas, se encuentran bien.
Nieve primavera, la peor
El riesgo de avalanchas de nieve durante en el Pirineo ha sido muy elevado el fin de semana. De hecho, los partes lo cifraban entre 4 y 5, cuando el máximo se sitúa en el 5. «La peligrosidad en esa zona es alta y hay que pensárselo bien antes de aventurase a salir. Casi todos los años tenemos que rescatar algún fallecido», explicaba Diego, quien alertaba de los especiales riesgos que conlleva sufrir un alud de nieve en esta época del año: «La nieve de primavera es húmeda y cuando se cae se compacta. Te aprisiona. Han tenido mucha suerte».
El miembro de los equipos de rescate recomienda a los que organicen planes en el valle del Tena «que nos llamen, porque estamos encantados de informarles de las condiciones meteorológicas y explicarles las posibles alternativas».
Recorrían a pie una zona a unos 2.700 metros con riesgo muy alto de aludes. No quedaron sepultados bajo la nieve.
ANE URDANGARIN/
SAN SEBASTIÁN. DV. «Han tenido mucha suerte. Muchísima suerte». Así se expresaba ayer por la tarde José Diego, un experto en intervención en montaña horas después de haber participado en el rescate de dos jóvenes vascos que sufrieron una avalancha de nieve en el Pirineo oscense. El accidente se registró en un paraje de Panticosa y pudo tener consecuencias fatales. Pero los dos montañeros, un vecino de Deba y una vitoriana, no fueron sepultados por la nieve, aunque sí resultaron heridos.
El debarra Pablo U.I., de 34 años, y la vitoriana Irantzu A. R., de 26, habían planeado pasar el fin de semana en el Valle del Tena. Pernoctaron en el refugio de la Piedra y ayer, hacia las 8 de la mañana, salieron al monte. Hacia las dos del mediodía se encontraban ya de regreso en un paraje conocido como Majada Alta de las Argualas. Se trata de una zona situada a bastante altitud, a unos 2.700 metros. Según los miembros del Grupo de Rescate Especialista en Intervención de Montaña de la Guardia Civil que les atendió, los jóvenes no llevaban puestos en el momento del siniestro ni esquíes ni raquetas.
Al parecer, los montañeros estaban descendiendo de esta zona de las Argualas haciendo una diagonal cuando se partió una placa, que les arrastró entre unos 90 y 100 metros por un corte de rocas, de una altura aproximada de unos 25 metros.
La avalancha de nieve no sepultó a los jóvenes, que fueron auxiliados por otros deportistas que realizaban una travesía. «Detrás de ellos bajaba un chico esquiando. Iba con otras personas. Entre todos les ayudaron a salir», explicó Diego. Tras resguardarse en una zona segura, consiguieron dar el aviso de alerta a través de un teléfono móvil. El equipo de montaña de Panticosa, que tuvo que movilizar un helicóptero, se puso en marcha a las 14.15 horas.
Las tareas de rescate se prolongaron durante dos horas y los montañeros fueron evacuados al Hospital Comarcal de Jaca. Irantzu A. R. sufrió un fuerte esguince, mientras que Pablo U. I. presentaba una fractura de rótula. Anoche los dos montañeros se reponían del gran susto y comentaron por teléfono que, a pesar de las heridas, se encuentran bien.
Nieve primavera, la peor
El riesgo de avalanchas de nieve durante en el Pirineo ha sido muy elevado el fin de semana. De hecho, los partes lo cifraban entre 4 y 5, cuando el máximo se sitúa en el 5. «La peligrosidad en esa zona es alta y hay que pensárselo bien antes de aventurase a salir. Casi todos los años tenemos que rescatar algún fallecido», explicaba Diego, quien alertaba de los especiales riesgos que conlleva sufrir un alud de nieve en esta época del año: «La nieve de primavera es húmeda y cuando se cae se compacta. Te aprisiona. Han tenido mucha suerte».
El miembro de los equipos de rescate recomienda a los que organicen planes en el valle del Tena «que nos llamen, porque estamos encantados de informarles de las condiciones meteorológicas y explicarles las posibles alternativas».