El siniestro se produjo cuando su coche, que circulaba por la carretera A-5 en sentido contrario, colisionó con otros dos turismos
Cuatro vecinos de la localidad de Fuensalida fallecieron en la mañana de ayer en un accidente de tráfico a las 7,15 horas en el que se vieron implicados tres vehículos. El siniestro se produjo en el punto kilómétrico 57,900 de la carretera A-5, en las inmediaciones del término municipal de Santa Cruz de Retamar. El accidente se produjo cuando uno de los vehículos implicados, un Renault 4 en el que viajaban las cuatro víctimas mortales, circulaba en sentido contrario y, tras esquivar a varios coches, acabó colisionando de manera fronto-lateral con un Nissan Almera y un Peugeot que transitaban por la A-5. Los conductores de estos dos últimos turismos resultaron heridos leves.
Las primeras investigaciones apuntan a que la causa del accidente fue un despiste del conductor del Renault 4. Según el testimonio de uno de los empleados de la gasolinera cercana al lugar del siniestro, «el conductor se equivocó a la hora de tomar una salida y decidió dar media vuelta en plena autovía. Después de recorrer cerca de 50 metros en sentido contrario y de sortear a varios vehículos que transitaban por la carretera, acabó chocando con otros dos turismos».
Hasta el lugar del accidente se trasladaron dos ambulancias convencionales, una UVI móvil, agentes de la Guardia Civil y un vehículo del servicio de mantenimiento de carreteras. Además, fue necesaria la asistencia de una dotación del cuerpo de extinción de incendios de Santa Olalla formada por un sargento, un cabo y dos bomberos. Estos útlimos, a la hora del siniestro, se encontraban extinguiendo un incedio que se produjo en una cooperativa de Burujón, por lo que tuvieron que dejar controlado el fuego que estaban atendiendo para desplazarse de forma inmediata hasta la A-5.
Fallecidos. Todos los ocupantes que viajaban en el Renault 4 que circulaba en sentido contrario fallecieron en el siniestro. Las cuatro víctimas fueron A.J.B., conductor del vehículo, E.A.G.A. y M.A.G.A., todos de 67 años de edad y J.P.H.S.R., el ocupante de mayor edad con 76 años. Dos de ellos murieron en el acto, otro perdió la vida en el traslado a Móstoles y, el último, falleció mientras estaba siendo intervenido en el hospital de Talavera, donde fue trasladado en estado grave.
Los cuatro fallecidos eran vecinos de la localidad de Fuensalida y se dirigían a vendimiar cuando se produjo el accidente. La noticia ha ocasionado un gran impacto en el municipio donde, según su alcalde Víctor Manuel Fernández, «las víctimas eran muy conocidas, habían desarrollado allí su vida y tenían amplias familias».
Asimismo, el alcalde quiso manifestar en nombre de la localidad su «cercanía a los familiares de las víctimas». En señal de duelo, Víctor Manuel Fernández propuso en la junta de portavoces municipales que se declare el luto oficial en memoria de los fallecidos y que las banderas de la localidad ondeen a media asta durante tres días.
El alcalde añadió que «declarar el luto oficial no pone ni quita nada, pero es un gesto hacia los familiares y una señal del dolor que el pueblo siente».
Cuatro vecinos de la localidad de Fuensalida fallecieron en la mañana de ayer en un accidente de tráfico a las 7,15 horas en el que se vieron implicados tres vehículos. El siniestro se produjo en el punto kilómétrico 57,900 de la carretera A-5, en las inmediaciones del término municipal de Santa Cruz de Retamar. El accidente se produjo cuando uno de los vehículos implicados, un Renault 4 en el que viajaban las cuatro víctimas mortales, circulaba en sentido contrario y, tras esquivar a varios coches, acabó colisionando de manera fronto-lateral con un Nissan Almera y un Peugeot que transitaban por la A-5. Los conductores de estos dos últimos turismos resultaron heridos leves.
Las primeras investigaciones apuntan a que la causa del accidente fue un despiste del conductor del Renault 4. Según el testimonio de uno de los empleados de la gasolinera cercana al lugar del siniestro, «el conductor se equivocó a la hora de tomar una salida y decidió dar media vuelta en plena autovía. Después de recorrer cerca de 50 metros en sentido contrario y de sortear a varios vehículos que transitaban por la carretera, acabó chocando con otros dos turismos».
Hasta el lugar del accidente se trasladaron dos ambulancias convencionales, una UVI móvil, agentes de la Guardia Civil y un vehículo del servicio de mantenimiento de carreteras. Además, fue necesaria la asistencia de una dotación del cuerpo de extinción de incendios de Santa Olalla formada por un sargento, un cabo y dos bomberos. Estos útlimos, a la hora del siniestro, se encontraban extinguiendo un incedio que se produjo en una cooperativa de Burujón, por lo que tuvieron que dejar controlado el fuego que estaban atendiendo para desplazarse de forma inmediata hasta la A-5.
Fallecidos. Todos los ocupantes que viajaban en el Renault 4 que circulaba en sentido contrario fallecieron en el siniestro. Las cuatro víctimas fueron A.J.B., conductor del vehículo, E.A.G.A. y M.A.G.A., todos de 67 años de edad y J.P.H.S.R., el ocupante de mayor edad con 76 años. Dos de ellos murieron en el acto, otro perdió la vida en el traslado a Móstoles y, el último, falleció mientras estaba siendo intervenido en el hospital de Talavera, donde fue trasladado en estado grave.
Los cuatro fallecidos eran vecinos de la localidad de Fuensalida y se dirigían a vendimiar cuando se produjo el accidente. La noticia ha ocasionado un gran impacto en el municipio donde, según su alcalde Víctor Manuel Fernández, «las víctimas eran muy conocidas, habían desarrollado allí su vida y tenían amplias familias».
Asimismo, el alcalde quiso manifestar en nombre de la localidad su «cercanía a los familiares de las víctimas». En señal de duelo, Víctor Manuel Fernández propuso en la junta de portavoces municipales que se declare el luto oficial en memoria de los fallecidos y que las banderas de la localidad ondeen a media asta durante tres días.
El alcalde añadió que «declarar el luto oficial no pone ni quita nada, pero es un gesto hacia los familiares y una señal del dolor que el pueblo siente».