El Plan de Emergencia es la clave.
Intervengo con un poco de retraso sobre el tema, pero creo que puedo aportar algo relevante en este tema.
En primer lugar quiero indicar que es muy difícil que exista un "planing standar" que protocolice cuando y cómo se debe decidir la evacuación de un edificio y esto es por un motivo muy sencillo: cada edificio tiene unas particularidades que se pueden solventar de muy distinta forma. Pongo un ejemplo: no es lo mismo evacucar una residencia de ancianos con una parte de la población que necesita ayuda para evacuar, que un centro de trabajo perfectamente entrenado tanto en la forma de realizar la evacuación como a la hora de actuar ante la emergencia.
El documento clave es el Plan de Autoprotección, y en las industrias que así se disponga (por ejemplo las afectadas por la normativa Seveso en la industria química), por el Plan de Emergencia Interior.
En todos estos planes debe existir un documento (normalmente es el núm. 3 si se sigue el antiguo manual -probablemente obsoleto a estas alturas- de autoprotección que en su día editó el Ministerio del Interior a través de la Dirección General de Protección Civil y dependiendo de la propia legislación territorial que puede afectar también a los mismos y que desconozco salvo la de la Comunidad de Madrid, donde resido) en el que se especifica el organigrama y la estructura de la respuesta hacia los diferentes riesgos en que puede verse involucrados la actividad de que se trate.
Es el Jefe de la Emergencia (llámese también Director del Plan en donde convenga) quien va a decidir el momento en que la evacuación se va a iniciar, cómo y por qué motivo; el encargado de comunicar a los equipos exteriores (policía, bomberos, etc...) la alarma y solicitar la ayuda de los mismos y en última instancia va a ser el directo responsable de dicha decisión y todo lo que ello conlleva.
No debemos olvidar que la clave de todo éxito en el mundo de la emergencia es una óptima planificación, con un buen análisis de los riesgos y la filosofía que se debe imponer, bajo mi modesta opinión, es que debe ir perfilado a la mejor prevención posible y a la más rápida respuesta a la hora de emerger el conflicto que puede derivar en un gran siniestro.
Es posible que las ideas se me estén quedando un poquitín confusas, pero estoy tratando de resumir tanto, un tema tan importante como es el de la toma de decisiones en momentos de peligro, que puede parecer tal.
A mi juicio hay varias claves:
La más importante es el funcionamiento de un buen Plan de Autoprotección, y como ya dije, es importante que esté elaborado con un buen análisis de riesgo, por ahí empieza la columna vertebral de todo plan, que se ajuste a las necesidades de la comunidad a proteger (vuelvo al ejemplo anterior de la residencia y un centro de trabajo, que podemos ampliar diciendo que no es lo mismo un centro de trabajo donde exista mucho material inflamable, por ejemplo una carpintería, que tendrá que tener muy en cuenta el riesgo de incendio, que un centro de serrado de marmol, donde a lo mejor primará la posibilidad de accidentes por aplastamiento); la toma de medidas de prevención para mitigar en lo posible la peligrosidad de los posibles riesgos, así como la vulnerabilidad de las personas y elementos expuestos a ese peligro; la planificación de la pronta respuesta a la hora de que surja la emergencia: quíen tiene que hacer cada cosa y como la tiene que hacer; el nivel de la emergencia y en que nivel se activa cada equipo, etc.; y por último y eso nunca debemos olvidarlo: la implantación de los planes.
La práctica nos demuestra que por desgracia este último paso es el que menos se toma en serio, y es muy común que el personal encargdo de hacer frente a la emergencia no esté preparado para hacer frente a la misma; pongo un ejemplo: el incendio del Windsor; los vigilantes no tenían la suficiente formación para hacer frente a un riesgo de incendio en un edificio de esas características, edificios de gran altura a los que se les exige que sean prácticamente autónomos en la gestión del riesgo de incendio a partir de la planta 28, quiero recordar.
Dentro de esta implantación una de las piedras angulares es la FORMACIÓN del personal encargado de la emergencia: los equipos de primeros auxilios, deben estar formados en la atención de los posibles heridos que puedan surgir para un primer auxilio; los equipos de primera intervención deben estar entrenados para poder frente a los conatos, y así hasta llegar al Jefe de Emergencia (Director del Plan) que debe conocer su edificio, conocer las personas y elementos expuestos, el momento en que se desarrolla la emergencia, y estar entrenado en la difícil toma de decisiones que siempre tienen sus consecuencias.
En fin como ves no es tan sencillo editar una especie de guia simplificada que diga: ahora es el momento de realizar la evacuación.
Los que manejamos el tema de las emergencias y la planificación de las mismas tenemos una máxima que suele responder un conocido refrán español: "Sabe más el tonto en su casa que el listo en la ajena"
Esto quiere decir que nadie mejor que los propios responsables y habitantes de un edificio conoce la respuesta a la emergencia dentro del mismo, eso sí, con RESPONSABILIDAD y PREPARACIÓN en la AUTOPROTECCIÓN, que por desgracia en nuestro país no es una cuestión que se considere prioritaria por una gran parte del tejido social.
Eso sí, un consejo que suelo yo dar a los que me preguntan personalmente sobre el tema y me conocen: la evacuación trata de trasladar a las personas del lugar del peligro a un lugar sin que llegue el mismo, por lo tanto, si se conoce la velocidad de desarrollo del posible siniestro nos debemos adelantar al mismo; por ejemplo, si yo tengo la responsabilidad de una residencia geriátrica con numerosos impedidos, la orden de evacuar va a ser muy rápida ante la posibilidad de incendios; aunque en el plan consideraré la posibilidad del desarrollo de un incendio muy remota porque intentaré sectorizar lo máximo posible el mismo para ganar tiempo y evacuar grupos pequeños.
Espero haberte sido de utilidad.
Un saludo a todos.