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Cruces (Bizkaia) rechaza el ingreso de un motorista herido grave que acabó en la UCI de Valdecilla (Cantabria)
El hospital vizcaíno denegó la atención al paciente por «criterios clínicos, una vez descartada su gravedad»
La DYA dice que no le atendieron por venir de Castro
El Servicio de Urgencias del hospital vizcaíno de Cruces rechazó en la noche del pasado martes el ingreso de un motorista herido en un accidente deportivo en Castro Urdiales, que al final acabó en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Valdecilla, en Santander, donde permanecía ayer en estado grave. Eduardo Castañondo Talledo, de 31 años y vecino de la pedanía de Otañes (Castro), sufría un neumotórax (pulmón encharcado) y un traumatismo craneal. Mientras los sanitarios de la DYA de Cantabria que atendieron y trasladaron al joven sostienen que fue rechazado en Cruces «por su procedencia», el hospital niega esta versión y alega que actuó basándose «exclusivamente en criterios clínicos y organizativos».
La ambulancia que evacuó al paciente permaneció cerca de media hora en la puerta de Urgencias, tiempo en el que el facultativo cántabro de la ambulancia medicalizada y el equipo de guardia en Cruces discutieron la decisión. «El paciente fue atendido de forma inmediata por un médico del Servicio de Urgencias de probada experiencia, que tras una valoración de su estado general, consciencia, constantes (...) y una vez descartada la gravedad del caso, consideró que estaba en condiciones de ser trasladado a su hospital de referencia», aclara el comunicado emitido ayer desde Cruces. En este caso, el centro que le correpondía por territorialidad era el hospital de Laredo, adonde fue trasladado. Una vez allí, los médicos le derivaron al de Valdecilla, tras comprobar la gravedad de las heridas y entender que se podía necesitar la intervención de una Unidad de Neurocirugía, inexistente en Laredo.
El polémico incidente tuvo su origen horas antes en el Alto de la Cruz, en Mioño (Castro Urdiales), justo al otro lado del límite cántabra con Vizcaya. Eduardo, casado y a la espera de su primer hijo dentro de unos meses, se preparaba para el próximo campeonato de motocross nacional en un circuito privado. Sus amigos observaban desde lejos sus evoluciones. De repente, el piloto perdió el equilibrio al realizar un salto y cayó al suelo. Los acompañantes avisaron a la Policía Local de Castro y ésta a su vez a la DYA de Cantabria. La pista se encuentra alejada de la carretera general, por lo que el primer vehículo medicalizado desplazado al lugar solicitó el refuerzo de otra ambulancia y un equipo de rescate.
La primera valoración del médico al ver al piloto fue que «su estado era grave». Había sufrido «una crisis convulsiva postraumática, estaba desorientado y en algún momento hasta agresivo, lo que hacía pensar en una posible lesión cerebral», explica el responsable de la DYA de Cantabria, Rafael Gómez. A las 22.10 horas, «se decidió su traslado a Cruces por cercanía y porque el estado del paciente requería de un hospital de primer nivel», continúa Gómez. Además, un hermano de la víctima que acudió al lugar del accidente indicó a los sanitarios que Eduardo había sido tratado otras veces en el centro y que allí figuraba su historial. El joven fue víctima de un grave accidente de tráfico hace unos meses, que le mantuvo en coma dos días a causa de un fuerte golpe en la cabeza.
Equipo médico de DYA Cantabria introduce al herido en la ambulancia
Tres preguntas
Los sanitarios de la DYA llegaron al mostrador de Urgencias de Cruces a las 22.35 horas. Segundos después, la camilla entraba en los boxes. «Allí, nos hicieron tres preguntas: ¿qué le ha pasado?, ¿de dónde viene? y ¿de dónde es?», recuerdan los sanitarios. La responsable del Servicio de Urgencias les aconsejó que llevaran al herido al hospital de Laredo. «Pero, si hay 40 minutos de viaje y el chico tiene un golpe en la cabeza», protestaron. A partir de ese momento se inició entre ambas partes un enfrentamiento verbal sobre los motivos del rechazo del paciente. El responsable de la DYA de Cantabria se puso en contacto con el médico coordinador del hospital vizcaíno, que insistió en negar el ingreso y recomendar su traslado a otro centro. «Ni le miraron», insiste.
Entretanto, el joven accidentado que seguía en el pasillo, «empezó a empeorar». A las 23.10 horas, «para evitar que muriera en la puerta del hospital, nuestra ambulancia salió a todo trapo hacia Laredo», donde ingresó a las 23.41 horas, recuerda Rafael Gómez. Cuarenta minutos después, a las 00.20 horas, tras comprobar la gravedad de su estado y al no poder tratarle con los medios adecuados, «una UVI móvil le llevó a Valdecilla». Le habían detectado dos coágulos de sangre en el cerebro y una costilla rota que le oprimía un pulmó. Ayer seguía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital santanderino con el mismo cuadro clínico, si bien evolucionaba favorablemente y su vida no corría peligro.
La familia de Eduardo no descarta emprender acciones legales y la asesoría jurídica de la DYA, por su parte, estudiará el caso al entender que ha podido existir una «omisión de auxilio» , en palabras del presidente de la DYA, Juan Antonio Usparitza. «Es un caso serio y muy grave», sentenció.
Noticia original en El Correo:
https://www.elcorreodigital.com/viz...ticias/Portada_VIZ/200505/26/VIZ-ACT-325.html
El hospital vizcaíno denegó la atención al paciente por «criterios clínicos, una vez descartada su gravedad»
La DYA dice que no le atendieron por venir de Castro
El Servicio de Urgencias del hospital vizcaíno de Cruces rechazó en la noche del pasado martes el ingreso de un motorista herido en un accidente deportivo en Castro Urdiales, que al final acabó en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Valdecilla, en Santander, donde permanecía ayer en estado grave. Eduardo Castañondo Talledo, de 31 años y vecino de la pedanía de Otañes (Castro), sufría un neumotórax (pulmón encharcado) y un traumatismo craneal. Mientras los sanitarios de la DYA de Cantabria que atendieron y trasladaron al joven sostienen que fue rechazado en Cruces «por su procedencia», el hospital niega esta versión y alega que actuó basándose «exclusivamente en criterios clínicos y organizativos».
La ambulancia que evacuó al paciente permaneció cerca de media hora en la puerta de Urgencias, tiempo en el que el facultativo cántabro de la ambulancia medicalizada y el equipo de guardia en Cruces discutieron la decisión. «El paciente fue atendido de forma inmediata por un médico del Servicio de Urgencias de probada experiencia, que tras una valoración de su estado general, consciencia, constantes (...) y una vez descartada la gravedad del caso, consideró que estaba en condiciones de ser trasladado a su hospital de referencia», aclara el comunicado emitido ayer desde Cruces. En este caso, el centro que le correpondía por territorialidad era el hospital de Laredo, adonde fue trasladado. Una vez allí, los médicos le derivaron al de Valdecilla, tras comprobar la gravedad de las heridas y entender que se podía necesitar la intervención de una Unidad de Neurocirugía, inexistente en Laredo.
El polémico incidente tuvo su origen horas antes en el Alto de la Cruz, en Mioño (Castro Urdiales), justo al otro lado del límite cántabra con Vizcaya. Eduardo, casado y a la espera de su primer hijo dentro de unos meses, se preparaba para el próximo campeonato de motocross nacional en un circuito privado. Sus amigos observaban desde lejos sus evoluciones. De repente, el piloto perdió el equilibrio al realizar un salto y cayó al suelo. Los acompañantes avisaron a la Policía Local de Castro y ésta a su vez a la DYA de Cantabria. La pista se encuentra alejada de la carretera general, por lo que el primer vehículo medicalizado desplazado al lugar solicitó el refuerzo de otra ambulancia y un equipo de rescate.
La primera valoración del médico al ver al piloto fue que «su estado era grave». Había sufrido «una crisis convulsiva postraumática, estaba desorientado y en algún momento hasta agresivo, lo que hacía pensar en una posible lesión cerebral», explica el responsable de la DYA de Cantabria, Rafael Gómez. A las 22.10 horas, «se decidió su traslado a Cruces por cercanía y porque el estado del paciente requería de un hospital de primer nivel», continúa Gómez. Además, un hermano de la víctima que acudió al lugar del accidente indicó a los sanitarios que Eduardo había sido tratado otras veces en el centro y que allí figuraba su historial. El joven fue víctima de un grave accidente de tráfico hace unos meses, que le mantuvo en coma dos días a causa de un fuerte golpe en la cabeza.
Equipo médico de DYA Cantabria introduce al herido en la ambulancia
Tres preguntas
Los sanitarios de la DYA llegaron al mostrador de Urgencias de Cruces a las 22.35 horas. Segundos después, la camilla entraba en los boxes. «Allí, nos hicieron tres preguntas: ¿qué le ha pasado?, ¿de dónde viene? y ¿de dónde es?», recuerdan los sanitarios. La responsable del Servicio de Urgencias les aconsejó que llevaran al herido al hospital de Laredo. «Pero, si hay 40 minutos de viaje y el chico tiene un golpe en la cabeza», protestaron. A partir de ese momento se inició entre ambas partes un enfrentamiento verbal sobre los motivos del rechazo del paciente. El responsable de la DYA de Cantabria se puso en contacto con el médico coordinador del hospital vizcaíno, que insistió en negar el ingreso y recomendar su traslado a otro centro. «Ni le miraron», insiste.
Entretanto, el joven accidentado que seguía en el pasillo, «empezó a empeorar». A las 23.10 horas, «para evitar que muriera en la puerta del hospital, nuestra ambulancia salió a todo trapo hacia Laredo», donde ingresó a las 23.41 horas, recuerda Rafael Gómez. Cuarenta minutos después, a las 00.20 horas, tras comprobar la gravedad de su estado y al no poder tratarle con los medios adecuados, «una UVI móvil le llevó a Valdecilla». Le habían detectado dos coágulos de sangre en el cerebro y una costilla rota que le oprimía un pulmó. Ayer seguía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital santanderino con el mismo cuadro clínico, si bien evolucionaba favorablemente y su vida no corría peligro.
La familia de Eduardo no descarta emprender acciones legales y la asesoría jurídica de la DYA, por su parte, estudiará el caso al entender que ha podido existir una «omisión de auxilio» , en palabras del presidente de la DYA, Juan Antonio Usparitza. «Es un caso serio y muy grave», sentenció.
Noticia original en El Correo:
https://www.elcorreodigital.com/viz...ticias/Portada_VIZ/200505/26/VIZ-ACT-325.html