Consejos...
Si el paciente tiene posibilidades de vivir, no tendremos en cuenta demasiadas acciones en la escena del incidente, porque podrán contar con su testimonio. No obstante y para paliar posibles consecuencias es interesante seguir una serie de patrones...
En primer lugar, no tocar nada, la escena del crímen ha de permanecer invariable, si algo nos molesta, sacaremos al paciente del entorno hostil de la manera más rápida posible. Si el paciente se encuentra en una posición no natural para su evaluación y es potencialmente recuperable, lo colocaremos en la posición de decúbito supino recordando gráficamente la posición y estado inicial del paciente para comunicarlo a las autoridades judiciales.
En caso de regueros de sangre, utilizaremos siempre un camino común para acceder a la víctima (utilizaremos nuestras propias marcas del calzado para pasar todos los servicios de emergencia). Si se trata de la vía pública, balizaremos la zona tan pronto como sea posible en un perímetro considerable 4-5 metros a la redonda del paciente.
Todo lo que ocurra en la asistencia, es secreto judicial (no sólo profesional) y al encontrarnos un accidente de éstas características solicitaremos la presencia del cuerpo nacional de policía con carácter de urgencia para que narre acta de lo sucedido hasta la llegada de los servicios judiciales.
Evitaremos la irrigación prominente de cualqueir sustancia, en especial alcoholes y otro tipo de líquidos (terminantemente prohibido el uso de agua oxigenada en caso de desangramiento en la zona hostil).
En definitiva, lo mejor es trasladar al paciente a la unidad para examinarlo, en caso de no ser posible, actuaremos in situ siguiendo en la medida de lo posible éstas características.
Si la zona es oscura, de escasa visibilidad, con posibilidad de que el autor se encuentre en la zona, solicitaremos la presencia policial inmediata y no actuaremos hasta que garanticemos completamente nuestra integridad física.
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