juanmtc
e-mergencista experimentado
Con el desfibrilador a cuestas
El coordinador docente del 061 aconseja a las comunidades de vecinos instalar reanimadores ·· "Cada minuto que pasa, las posibilidades de éxito se reducen entre un siete y un 10%", advierte Iglesias ·· Sólo Lavacolla, el Parlamento, la piscina universitaria y Área Central disponen de uno
Si en cada esquina hubiese un desfibrilador se podrían salvar muchas vidas. Sólo con reforzar su presencia en los espacios públicos se reducirían las muertes súbitas entre un 10% y un 30%. Teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento en Europa, no estaría de más extremar las medidas de prevención. En Galicia se han dado muchos pasos. Es una de las pocas comunidades que ha adecuado su legislación para permitir a los primeros auxiliadores (que han recibido un entrenamiento previo) actuar en situaciones de emergencia. Pero todavía se puede ir más allá. "En una comunidad con más de 80 vecinos sería muy recomendable instalar un desfibrilador en el portal", advierte el coordinador docente de Urxencias Sanitarias de Galicia-061, Antonio Iglesias. "El tiempo es vital. Es importante intervenir muy rápido. Cada minuto que pasa las posibilidades de éxito se reducen entre un siete y un 10%". Por contra, si el desfibrilador se pone en marcha justo cuando se produce la parada cardíaca, las probabilidades de recuperación se multiplican por dos.
Según datos del 061, en Santiago sólo cuatro espacios públicos disponen por ahora de la todopoderosa herramienta que salva vidas: el aeropuerto, el Parlamento, la piscina universitaria y Área Central. Cuentan también con el aparato los centros sanitarios de la ciudad, los vehículos del 061 y las ambulancias de transporte no urgente. La recomendación de la UE es que en cualquier lugar por el que pasen más de 25.000 personas al día haya uno de estos sistemas. Frente a EEUU, la postura europea es un poco "laxa", critica Iglesias. En Estados Unidos estos reanimadores son habituales en estadios, centros comerciales, aviones y en los casinos.
Mientras Madrid sigue trabajando en la normativa estatal que regulará el uso de estos equipos, en Galicia la cifra de personal no sanitario formado para utilizar el sistema de emergencia no para de crecer. A estas alturas, por las aulas de Antonio Iglesias ya han pasado más de siete mil alumnos. Últimamente han asistido a sus clases los agentes de seguridad de las consellerías, que muy pronto podrán disponer de estas herramientas en buena parte de sus edificios.
PREVENCIÓN
El aeropuerto ya lo ha estrenado
El aeropuerto de Santiago estrenaba hace un año un desfibrilador con un paciente en parada cardíaca. Los otros tres sistemas (Área Central, piscina universitaria y Parlamento) todavía no se han utilizado. Aunque la terminal ya disponía del aparato, su uso era restringido porque estaba ubicado en la enfermería. Tras varias conversaciones con el 061, hace algo más de dos años se instalaba justo al lado del control de seguridad porque "es un punto por el que pasa mucha gente", señala Iglesias. Personal de la Guardia Civil y Bomberos recibieron formación para encargarse de su funcionamiento .
LAS CLAVES
Algo más de 150 unidades en Galicia
Galicia dispone de algo más de 150 disfibriladores semiautomáticos repartidos por toda la comunidad. Desde marzo de 2001 hasta hoy, en torno a 2.500 pacientes en parada cardíaca han sido atendidos con esta herramienta de reanimación.
Una herramienta de fácil manejo
Una vez valorado al afectado, el personal comprobará si realmente se encuentra en parada cardiorespiratoria para proceder al uso del desfibrilador. El aparato indicará lo que hay que hacer de forma automática. De inmediato, se avisará al 061.
Más de 40.000 muertos al año
Según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, los infartos, causados en su mayoría por la obstrucción de las coronarias, acaban cada año con la vida de 40.000 personas. Unas 27.500 fallecen antes de llegar a un centro sanitario.
El coste ronda los tres mil euros
En los últimos años se ha simplificado mucho el manejo de los desfibriladores, que posibilitan recuperar el ritmo cardíaco perdido por una fibrilación ventricular (una arritmia que el paciente no puede superar). Su precio ronda los tres mil euros .
El Correo Gallego
El coordinador docente del 061 aconseja a las comunidades de vecinos instalar reanimadores ·· "Cada minuto que pasa, las posibilidades de éxito se reducen entre un siete y un 10%", advierte Iglesias ·· Sólo Lavacolla, el Parlamento, la piscina universitaria y Área Central disponen de uno
Si en cada esquina hubiese un desfibrilador se podrían salvar muchas vidas. Sólo con reforzar su presencia en los espacios públicos se reducirían las muertes súbitas entre un 10% y un 30%. Teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento en Europa, no estaría de más extremar las medidas de prevención. En Galicia se han dado muchos pasos. Es una de las pocas comunidades que ha adecuado su legislación para permitir a los primeros auxiliadores (que han recibido un entrenamiento previo) actuar en situaciones de emergencia. Pero todavía se puede ir más allá. "En una comunidad con más de 80 vecinos sería muy recomendable instalar un desfibrilador en el portal", advierte el coordinador docente de Urxencias Sanitarias de Galicia-061, Antonio Iglesias. "El tiempo es vital. Es importante intervenir muy rápido. Cada minuto que pasa las posibilidades de éxito se reducen entre un siete y un 10%". Por contra, si el desfibrilador se pone en marcha justo cuando se produce la parada cardíaca, las probabilidades de recuperación se multiplican por dos.
Según datos del 061, en Santiago sólo cuatro espacios públicos disponen por ahora de la todopoderosa herramienta que salva vidas: el aeropuerto, el Parlamento, la piscina universitaria y Área Central. Cuentan también con el aparato los centros sanitarios de la ciudad, los vehículos del 061 y las ambulancias de transporte no urgente. La recomendación de la UE es que en cualquier lugar por el que pasen más de 25.000 personas al día haya uno de estos sistemas. Frente a EEUU, la postura europea es un poco "laxa", critica Iglesias. En Estados Unidos estos reanimadores son habituales en estadios, centros comerciales, aviones y en los casinos.
Mientras Madrid sigue trabajando en la normativa estatal que regulará el uso de estos equipos, en Galicia la cifra de personal no sanitario formado para utilizar el sistema de emergencia no para de crecer. A estas alturas, por las aulas de Antonio Iglesias ya han pasado más de siete mil alumnos. Últimamente han asistido a sus clases los agentes de seguridad de las consellerías, que muy pronto podrán disponer de estas herramientas en buena parte de sus edificios.
PREVENCIÓN
El aeropuerto ya lo ha estrenado
El aeropuerto de Santiago estrenaba hace un año un desfibrilador con un paciente en parada cardíaca. Los otros tres sistemas (Área Central, piscina universitaria y Parlamento) todavía no se han utilizado. Aunque la terminal ya disponía del aparato, su uso era restringido porque estaba ubicado en la enfermería. Tras varias conversaciones con el 061, hace algo más de dos años se instalaba justo al lado del control de seguridad porque "es un punto por el que pasa mucha gente", señala Iglesias. Personal de la Guardia Civil y Bomberos recibieron formación para encargarse de su funcionamiento .
LAS CLAVES
Algo más de 150 unidades en Galicia
Galicia dispone de algo más de 150 disfibriladores semiautomáticos repartidos por toda la comunidad. Desde marzo de 2001 hasta hoy, en torno a 2.500 pacientes en parada cardíaca han sido atendidos con esta herramienta de reanimación.
Una herramienta de fácil manejo
Una vez valorado al afectado, el personal comprobará si realmente se encuentra en parada cardiorespiratoria para proceder al uso del desfibrilador. El aparato indicará lo que hay que hacer de forma automática. De inmediato, se avisará al 061.
Más de 40.000 muertos al año
Según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, los infartos, causados en su mayoría por la obstrucción de las coronarias, acaban cada año con la vida de 40.000 personas. Unas 27.500 fallecen antes de llegar a un centro sanitario.
El coste ronda los tres mil euros
En los últimos años se ha simplificado mucho el manejo de los desfibriladores, que posibilitan recuperar el ritmo cardíaco perdido por una fibrilación ventricular (una arritmia que el paciente no puede superar). Su precio ronda los tres mil euros .
El Correo Gallego
