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e-mergencista experimentado
Un humano Proyecto de preparación para desastres sobre riesgos sísmicos pone al descubierto una vez más el eje central de la Cruz Roja: el bienestar del hombre y el servicio a la comunidad
Por María Valerino San Pedro
Fotos Luis Carlos Palacios
Publicado: 13 de abril de 2005
Cuando en 1909 el doctor Diego Tamayo y Figueredo funda la Sociedad Cubana de la Cruz Roja, se abre para los cubanos una nueva etapa, en la que prevalecieron la Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad, principios básicos de esa institución.
Desde entonces, esa sociedad de socorro, auxiliar de los poderes públicos dedica su labor a favor de los más vulnerables, por lo que despliega una amplia y diversa labor encaminada a restablecer comunicación entre los miembros de las familias separadas; a velar por la seguridad de los bañistas, a la difusión de las normas jurídicas que regulan la conducción de los conflictos armados, así como aplica programas de preparación y respuesta ante desastres naturales o provocados por el hombre.
Son el bienestar del hombre y el servicio a la comunidad su eje central.
La Cruz Roja se estructura en áreas especializadas para la ejecución de su actividad, en esta ocasión, precisamente, traemos a las páginas de La Demajagua Digital (LDD) uno de los programas de Operaciones y Socorro, en la suroriental provincia de Granma.
Esa área planifica, en estrecha colaboración con la Defensa Civil, las acciones de la Cruz Roja Cubana para ayudar a preparar a la comunidad y a socorristas voluntarios de la institución en la prevención y recuperación de los efectos de los desastres naturales o provocados por el hombre.
EN LA COMUNIDAD
La localidad de Santa Rita, perteneciente al municipio granmense de Jiguaní, cuenta con un eficiente Comité Local inmerso desde el 2000 en un importante Proyecto de preparación para desastres sobre riesgos sísmicos, financiado por la Cruz Roja francesa.
La joven Dagmara Rodríguez, su presidenta y facilitadora del Proyecto, explica:
“Atesoramos buenas y hermosas experiencias de preparación a la población sobre qué hacer antes, durante y después de desastres, a través de charlas, conferencias y capacitaciones, en ello nos ha ayudado el círculo de interés conformado por estudiantes que cursan de quinto grado a decimoprimero.
“Desde hace tres años estos niños y adolescentes se han entregado con vehemencia al humano empeño, manteniéndose vinculados a la comunidad, haciendo las encuestas iniciales y finales, en apoyo a la Defensa Civil y a los voluntarios, en la entrega de guías comunitarias y protagonizando ejercicios demostrativos.
“Sobresale la labor realizada por ellos en la atención sicológica y el apoyo en la entrega de alimentos e higienización de los evacuados en la fase de alerta ciclónica ante la amenaza del potente huracán Iván.”
El entusiasmo distingue al grupo de muchachos y muchachas, capaces de expresar con increíble madurez criterios que mucho dicen del humanitario Proyecto.
Javier, Gilbert, Nadia, Dailín, Dagnelis, Claudia, Viviana, Frank, Aymeé y Danais, coinciden en señalar la satisfacción por pertenecer al círculo y sentirse útiles, por haber adquirido información y preparación que pueden trasmitir no solo a sus familiares, sino a todas las personas.
Conmueve escucharlos afirmar:”hemos adquirido valores, tales como respetar, querer y ayudar a los demás, sin tener en cuenta sexo, edad, raza o credo; además podemos enfrentar la salvación de una vida… por eso y mucho más amamos la Cruz Roja”.
INTERESANTE EXPERIENCIA
Los edificios ya no son tan jóvenes, pero sus moradores los cuidan y conservan lo mejor posible, sabedores de su vulnerabilidad a los sismos, quizás por ello se adentraron tan rápidamente en ese “nuevo invento”, como lo calificó un vecino entrado en años, devenido luego uno de los más fervientes adeptos.
Hoy es tema común y cotidiano qué hacer ante un desastre natural o provocado por el hombre; Miriam Labrada, por ejemplo, se siente preparada y trasmitió a sus ancianos padres esos conocimientos, adquiridos esencialmente a través de la Guía y el Manual que le fue entregado.
Para Roberto Cabrales y Yubisleidis Leyva constituyó también una interesante experiencia que mantienen presente.
Según datos suministrados por Roberto Vaillán, formador principal del Proyecto y responsable del frente de Operación y Socorro, se eligieron en el municipio dos comunidades para aplicarlo, la de los edificios de Santa Rita y la de Cautillo, capacitándose en total mil 24 personas, cifra superior a la planificada.
Destacó el sostén de todos los factores de la comunidad y el gran interés que despertó el Proyecto en la población, propiciando incluso que en Santa Rita los voluntarios llegaran a 49, de solo 20 existentes.
Varias personas manifestaron a la prensa que ahora sí conocen el verdadero rostro de la Cruz Roja.
A BUEN RITMO
Cuatro de los 13 municipios granmenses, Pilón, Niquero, Bayamo y Jiguaní, resultaron seleccionados en el 2000 para aplicarlo en su etapa inicial de preparación para desastres sobre riesgos sísmicos, extendido también a las provincias de Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba.
Fueron preparados en esa primera fase nueve mil 425 habitantes.
En el 2003 comenzó una segunda etapa que abarca 13 localidades de igual número de municipios, en los cuales los facilitadores capacitaron 40 mil 993 personas.
El futuro está ante todos, retándonos a estar cada vez más aptos para la vida, y la Cruz Roja es nuevamente el vehículo idóneo para lograr este propósito.
Link : https://www.lademajagua.co.cu/infgran2495.htm
Por María Valerino San Pedro
Fotos Luis Carlos Palacios
Publicado: 13 de abril de 2005
Cuando en 1909 el doctor Diego Tamayo y Figueredo funda la Sociedad Cubana de la Cruz Roja, se abre para los cubanos una nueva etapa, en la que prevalecieron la Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad, principios básicos de esa institución.
Desde entonces, esa sociedad de socorro, auxiliar de los poderes públicos dedica su labor a favor de los más vulnerables, por lo que despliega una amplia y diversa labor encaminada a restablecer comunicación entre los miembros de las familias separadas; a velar por la seguridad de los bañistas, a la difusión de las normas jurídicas que regulan la conducción de los conflictos armados, así como aplica programas de preparación y respuesta ante desastres naturales o provocados por el hombre.
Son el bienestar del hombre y el servicio a la comunidad su eje central.
La Cruz Roja se estructura en áreas especializadas para la ejecución de su actividad, en esta ocasión, precisamente, traemos a las páginas de La Demajagua Digital (LDD) uno de los programas de Operaciones y Socorro, en la suroriental provincia de Granma.
Esa área planifica, en estrecha colaboración con la Defensa Civil, las acciones de la Cruz Roja Cubana para ayudar a preparar a la comunidad y a socorristas voluntarios de la institución en la prevención y recuperación de los efectos de los desastres naturales o provocados por el hombre.
EN LA COMUNIDAD
La localidad de Santa Rita, perteneciente al municipio granmense de Jiguaní, cuenta con un eficiente Comité Local inmerso desde el 2000 en un importante Proyecto de preparación para desastres sobre riesgos sísmicos, financiado por la Cruz Roja francesa.
La joven Dagmara Rodríguez, su presidenta y facilitadora del Proyecto, explica:
“Atesoramos buenas y hermosas experiencias de preparación a la población sobre qué hacer antes, durante y después de desastres, a través de charlas, conferencias y capacitaciones, en ello nos ha ayudado el círculo de interés conformado por estudiantes que cursan de quinto grado a decimoprimero.
“Desde hace tres años estos niños y adolescentes se han entregado con vehemencia al humano empeño, manteniéndose vinculados a la comunidad, haciendo las encuestas iniciales y finales, en apoyo a la Defensa Civil y a los voluntarios, en la entrega de guías comunitarias y protagonizando ejercicios demostrativos.
“Sobresale la labor realizada por ellos en la atención sicológica y el apoyo en la entrega de alimentos e higienización de los evacuados en la fase de alerta ciclónica ante la amenaza del potente huracán Iván.”
El entusiasmo distingue al grupo de muchachos y muchachas, capaces de expresar con increíble madurez criterios que mucho dicen del humanitario Proyecto.
Javier, Gilbert, Nadia, Dailín, Dagnelis, Claudia, Viviana, Frank, Aymeé y Danais, coinciden en señalar la satisfacción por pertenecer al círculo y sentirse útiles, por haber adquirido información y preparación que pueden trasmitir no solo a sus familiares, sino a todas las personas.
Conmueve escucharlos afirmar:”hemos adquirido valores, tales como respetar, querer y ayudar a los demás, sin tener en cuenta sexo, edad, raza o credo; además podemos enfrentar la salvación de una vida… por eso y mucho más amamos la Cruz Roja”.
INTERESANTE EXPERIENCIA
Los edificios ya no son tan jóvenes, pero sus moradores los cuidan y conservan lo mejor posible, sabedores de su vulnerabilidad a los sismos, quizás por ello se adentraron tan rápidamente en ese “nuevo invento”, como lo calificó un vecino entrado en años, devenido luego uno de los más fervientes adeptos.
Hoy es tema común y cotidiano qué hacer ante un desastre natural o provocado por el hombre; Miriam Labrada, por ejemplo, se siente preparada y trasmitió a sus ancianos padres esos conocimientos, adquiridos esencialmente a través de la Guía y el Manual que le fue entregado.
Para Roberto Cabrales y Yubisleidis Leyva constituyó también una interesante experiencia que mantienen presente.
Según datos suministrados por Roberto Vaillán, formador principal del Proyecto y responsable del frente de Operación y Socorro, se eligieron en el municipio dos comunidades para aplicarlo, la de los edificios de Santa Rita y la de Cautillo, capacitándose en total mil 24 personas, cifra superior a la planificada.
Destacó el sostén de todos los factores de la comunidad y el gran interés que despertó el Proyecto en la población, propiciando incluso que en Santa Rita los voluntarios llegaran a 49, de solo 20 existentes.
Varias personas manifestaron a la prensa que ahora sí conocen el verdadero rostro de la Cruz Roja.
A BUEN RITMO
Cuatro de los 13 municipios granmenses, Pilón, Niquero, Bayamo y Jiguaní, resultaron seleccionados en el 2000 para aplicarlo en su etapa inicial de preparación para desastres sobre riesgos sísmicos, extendido también a las provincias de Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba.
Fueron preparados en esa primera fase nueve mil 425 habitantes.
En el 2003 comenzó una segunda etapa que abarca 13 localidades de igual número de municipios, en los cuales los facilitadores capacitaron 40 mil 993 personas.
El futuro está ante todos, retándonos a estar cada vez más aptos para la vida, y la Cruz Roja es nuevamente el vehículo idóneo para lograr este propósito.
Link : https://www.lademajagua.co.cu/infgran2495.htm