Víctor
Colaborador
La arritmología clínica, en creciente desarrollo dentro del ámbito de la Cardiología
Así se ha constatado en la VI Reunión Anual de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en la que han sido también objeto de debate las nuevas guías conjuntas de las Sociedades Científicas europea y americana de cardiología en relación con las arritmias y con la prevención de la muerte súbita

Así se ha constatado en la VI Reunión Anual de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en la que han sido también objeto de debate las nuevas guías conjuntas de las Sociedades Científicas europea y americana de cardiología en relación con las arritmias y con la prevención de la muerte súbita

Redacción, Granada (23-3-07).- Un conocimiento más amplio de los factores que influyen en la aparición de las arritmias –alteraciones del ritmo del corazón- junto al desarrollo de nuevas técnicas de tratamiento —hasta hace pocos años inimaginables— han propiciado un interés específico sobre esta patología cardíaca.
Estos factores han motivado que la arritmología clínica se convierta en una especialidad de la Cardiología con un importante desarrollo. De esta manera, “el nivel español en este campo es excelente —afirma el doctor Francisco Chorro, vicepresidente de la SEC— y perfectamente comparable al resto de países europeos y Estados Unidos”.
Precisamente, estos temas han sido abordados en la VI Reunión Anual de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en la que participan sus Grupos de Trabajo (Desfibrilador Automático Implantable y Síncope) y de Resincronización Cardíaca ha reunido en Granada a más de 500 cardiólogos. Asimismo, ha constituido objeto de debate las nuevas guías conjuntas de las Sociedades Científicas europea y americana de cardiología en relación con las arritmias así como la prevención de la muerte súbita.
Muerte súbita
El 20 por ciento de los fallecimientos que se produce en los países desarrollados corresponde a la muerte súbita cardiaca, de ahí su gran importancia socio sanitaria. En España, se calcula que fallecen por este problema aproximadamente 40.000 personas al año.
La muerte súbita tiene una causa cardíaca en el 90 por ciento de los casos, a pesar de que también puede ser debida a otras enfermedades (embolia pulmonar, hemorragia cerebral…) y consiste en una muerte inesperada, que se produce en una persona con o sin enfermedad previa conocida, durante la primera hora del inicio de los síntomas.
El principal mecanismo por el que las enfermedades cardíacas producen la muerte súbita es el desarrollo de un ritmo cardiaco muy rápido. Así lo explicó el doctor Rafael Peinado, presidente del Grupo de Trabajo del Desfibrilador Automático Implantable de la SEC, al afirmar que uno de los principales problemas que plantea la muerte súbita es que “es muy difícil de prevenir, ya que no existen pruebas que determinen la probabilidad de padecerla, dado que la principal causa de que se produzcan son las enfermedades de las arterias coronarias (infarto agudo de miocardio y angina de pecho)”.
Por otra parte, se calcula que sólo en torno al 5 por ciento de las personas que presentan una muerte súbita cardíaca sobreviven. La muerte cerebral y el fallecimiento irreversible pueden ocurrir en tan sólo 4-6 minutos después de que ocurra la parada cardíaca. Esta, puede revertirse en la mayoría de las víctimas si se trata en pocos minutos con una descarga eléctrica en el pecho —conocida como desfibrilación— para normalizar el ritmo cardíaco.
En general, por cada minuto que una persona está en parada cardíaca las posibilidades de supervivencia disminuyen entre un 7 y un 10 por ciento y pasados 10 minutos, los intentos de reanimación no suelen tener éxito.
En este sentido, el doctor Peinado considera que en los últimos años se está haciendo hincapié en la “disponibilidad de desfibriladores automáticos externos —aparatos que colocados en el pecho del paciente son capaces de reconocer
los ritmos rápidos del corazón que producen una parada cardíaca y tratarlos mediante descargas eléctricas— en zonas con gran aglomeración de personas, así como en la formación de personas no sanitarias para que sean capaces de realizar medidas básicas de reanimación en personas víctimas de una muerte súbita.
Desfibrilador implantable
Al margen de estas medidas, uno de los grandes avances en las últimas dos décadas para la prevención de la muerte súbita cardíaca ha sido el llamado desfibrilador automático implantable, un pequeño dispositivo electrónico que se implanta en el pecho y que vigila continuamente el ritmo del corazón. “En caso de que el corazón tenga un ritmo muy rápido, el dispositivo lleva a cabo un tratamiento eléctrico —bien estimulación eléctrica muy rápida o bien una descarga eléctrica— que en la inmensa mayoría de los casos corta la arritmia”, afirma el doctor Peinado.
Por otra parte, en caso de que el corazón vaya demasiado lento el desfibrilador automático actuará como marcapasos, lanzando impulsos eléctricos a una frecuencia cardíaca adecuada para el paciente.
Otro enorme avance de la electrofisiología durante los últimos años ha sido el desarrollo de las técnicas de ablación con catéter. “Las intervenciones con catéter se han situado como técnicas de primera elección, sustituyendo a las intervenciones quirúrgicas, y en muchos casos, desplazando a un segundo plano al tratamiento farmacológico”, aseguró el doctor Fernando Arribas, secretario de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC.
azprensa.com