11-M.- Los trabajadores del SAMUR aseguran que tras el 11-M se toman la vida "de otra manera"

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e-mergencista experimentado
Recuerdan con horror el sonido de los móviles cuando se estaban recuperando los cadáveres de los fallecidos

MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

Francisco y Emilio estuvieron de servicio aquella mañana del 11-M en la que Madrid se despertó con la fatídica noticia de que varias bombas habían hecho estallar los trenes de la red de cercanías dejando un saldo de 192 fallecidos. A un año del atentado, ambos coincidieron en señalar que después ese día se toman la vida "de otra manera".

En declaraciones a Europa Press Televisión, Emilio José Muñoz, técnico en Transporte Sanitario, comentó que aquel día le llamaron porque le comentaron que había ocurrido "una catástrofe". En un principio, le comunicaron que tenía que acudir a la calle Téllez, pero en el camino le informaron de que hacía "más falta" en la estación de El Pozo.

Una vez allí, recordó, le prohibieron pasar porque había "una amenaza de bomba". Según destacó, esa espera fue "interminable" porque, dijo, "se veían los cadáveres" y no se sabía si se podía "llegar a encontrar algún herido". "Pensábamos en la angustia que podían estar pasando. Todo ese tiempo se hizo eterno", apuntó.

Cuando la Policía les dejó finalmente acceder, su labor principal se centró en "rescatar cadáveres", ya que, recordó, "no había ninguna persona viva. Estaban todos muertos". "A veces --subrayó-- pensabas que podías llegar a encontrar a algún herido, pero no había nadie con vida".

EL SONIDO DE LOS MÓVILES

Al respecto, señaló que "quien diga que está acostumbrado a ver un cadáver es mentira. A lo mejor no te afecta el tema anatómico, sino el tema psicológico de pensar que esa persona puede tener unos hijos, una familia que lo está esperando o que lo necesita".

En este sentido, Emilio José recordó con angustia cómo ese día en El Pozo "sonaban muchos teléfonos móviles". "Tú estabas sacando a alguien y a ese alguien le estaba sonando el teléfono y, quieras que no, tu cabeza se preguntaba quién le estará llamando. (...) Eso fue muy fuerte".

Después de aquel 11-M, dijo, "nos hemos tomando la vida de otra manera". "Puede que te pueda pasar algo en cualquier momento, por lo que entonces intentas vivir intensamente el día a día", manifestó este conductor de ambulancias.

Ese día también cambió la forma de vida de uno de sus compañeros, Francisco Torres García, un enfermero que aquel jueves salía a las ocho de la mañana de su guardia cuando recibió un "aviso de explosión" en Atocha, adonde acudieron tres unidades básicas y una de avanzada, según precisó, que se encargaron de realizar las primeras intervenciones.

DÍA QUE SE RECORDARÁ SIEMPRE

Según reconoció, en ese momento no se imaginaba cuál podría ser la magnitud de los atentados. "Sólo tienes una visión parcial de lo que está pasando, es decir, cuando llegas, no ves al completo lo que era todo el foco de la catástrofe", indicó.

A pesar del horror que los ojos de estos profesionales tuvieron que ver aquel 11-M, Francisco señaló que son "profesionales que están entrenados para este tipo de situaciones". No obstante, admitió que "es complicado" en estos casos "diferenciar la situación personal de la profesional".

Según manifestó, ese día lo recordará siempre. "Me jubilaré de este servicio y seguiré comentado lo que pasó porque es una situación que no puedes olvidar, no lo puedes olvidar porque lo has vivido" en primera persona, dijo este enfermero, que añadió que esta experiencia ha unido mucho a los trabajadores de emergencias. "Somos una especie de hermandad. Somos una gran familia", acotó.

Lo que sin ninguna duda más ha valorado este profesional ha sido la "colaboración" de la ciudadanía madrileña ante la catástrofe y su "agradecimiento" ante la labor realizada por los empleados de los servicios de emergencias. "Es común que la gente te agradezca el trabajo que has realizado en la calle cuando te ven con uniforme", señaló.
 
11-M.-Un policía municipal que ayudó a las víctimas de Atocha dice que lo peor del 11-M llegó cuando terminó su trabajo

11-M.-Un policía municipal que ayudó a las víctimas de Atocha dice que lo peor del 11-M llegó cuando terminó su trabajo

MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

Félix Gómez lleva diez años y medio trabajando en la Policía Municipal. Sin embargo, la mañana del 11 de marzo le tocó vivir una experiencia "incomparable" que desbordó el concepto que cualquier persona puede llegar a tener de una tragedia.

En declaraciones a Europa Press Televisión, Gómez comentó que lo peor de aquel jueves "vino después". "Una vez que finalizó todo lo que era nuestro trabajo y nos reencontramos con nuestros compañeros en la unidad, fue realmente cuando los sentimientos se nos pusieron a flor de piel y nos dimos cuenta de lo mal que lo estábamos pasando", señaló.

Según afirmó, los agentes de la Policía Municipal fueron los primeros junto a la Policía Nacional en llegar al foco de la catástrofe en Atocha. Ya en el lugar, dijo, "experimentamos muchísima preocupación e incertidumbre".

"Aquello fue incomparable. De todas las situaciones extremas que uno puede vivir, accidentes o situaciones de riesgo, aquello desbordó el concepto que cualquiera pueda tener de una tragedia, y más si lo estás viviendo personalmente", aseguró.

Indicó que la tarea de la Policía se centró, principalmente, en ayudar y sacar del lugar "a las personas que peor veíamos" mientras llegaban los servicios de emergencia.

Para este policía, como a tantas otras personas que les tocó vivir de cerca aquella masacre, la vida no ha vuelto a ser la misma. "Es inevitable que una catástrofe de este tipo, y más si te toca vivirla tan directamente, te haga cambiar muchos conceptos de tu vida", afirmó Félix, quien aseguró que después del 11-M disfruta más de sus seres queridos y valora cada momento que le toca vivir.
 
Solo un apunte, necesario (creo), para que la gente tenga todo lo sucedido en su totalidad, y no en una perspectiva particular.

Es cierto que a la unidad de Emilio (entre otras) se les bloqueó el acceso a la estación de El Pozo por una amenaza de bomba. Entiendo que su unidad formaba parte del grupo que venía por la avenida de Entrevías, y que recibió el alto a la altura del cruce con Ronda del Sur (en su cruce próximo al El Pozo). Desde ese punto no se apreciaban cadáveres, por lo que también es posible que estuviera detenida en otro punto. Creo que alguna unidad llegó desde la M40, accediendo por la calle Joaquín G. Walker, que sí tendría más visión de la magnitud del suceso.

La puntualización que quiero realizar es acerca del comentario de que a su llegada solo quedaban cadáveres. No es del todo cierto.

El frente de El Pozo hay que dividirlo en dos partes. Los accesos por la Avenida de Entrevías, y los correspondientes por Puerto de Balbarán.

El frente de acceso por la Avenida de Entrevías fue evacuado por completo antes de la llegada de estas unidades del SAMUR ante el riesgo de que se detonaran más bombas (más tarde se confirmaría la presencia de dos bombas por detonar, una de la que se hizo explosión controlada, y otra, que fue la desactivada por los TEDAX tras detectarse en la Comisaría de Entrevías).

Así pues, por el frente de la Avenida de Entrevías poco quedaba por hacer (y poco se hizo después, que a los vecinos poca atención se les ha prestado).

Por el otro frente, el de los accesos por Puerto de Balbarán, aun quedaban algunos heridos, que habían sido desplazados a la calle próxima Felipe de Diego. Después de que abrieran el acceso de nuevo a la estación después de la amenaza de explosión, los que estábamos en el frente de la Avenida de Entrevías pasamos al frente de Puerto de Balbarán (algunos por el paso interior de la estación, observando si quedaba alguien con vida).

Al llegar a puerto de Balbarán, si mal no recuerdo, vimos que estaban atendiendo a algunos heridos en Felipe de Diego. Tal vez serían dos o tres, la cifra exacta no la recuerdo. Se recibió un nuevo aviso de explosión. La única mujer herida que quedaba (al resto se les acababa de evacuar por los riesgos), fue llevada en camilla al patio de un centro de secundaria próximo, desde donde más tarde se la evacuaría a un centro hospitalario).

Quiero dejar a un lado los piques absurdos que en esos momentos se vieron entre algunas personas, pues es tema del que por mucho que hablemos no se tomarán medidas para solucionarlo.

Sobre el cambio de perspectiva frente a la vida, cada uno lo asimila a su manera. He visto compañeros, algunos muy amigos míos, que realmente han cambiado su perspectiva frente a la vida. Los hay que dicen querer vivir más el momento, los hay más depresivos. En mi caso, no sé, creo que sigo igual que siempre. Quizás tenga una actitud más crítica hacia la hipocresía que desde aquel día veo en sitios donde nunca me hubiese imaginado que pudiera alcanzar tales cotas.

PD: La puntualización la hago con intención de que no se olvide que gran parte de la labor de ayuda que se prestó el 11M no salió de SAMUR, sin que esto signifique que la gente de este servicio no hiciera una labor apreciable.
 
Re: 11-M.-Un policía municipal que ayudó a las víctimas de Atocha dice que lo peor del 11-M llegó cuando terminó su trab

polvora_PC dijo:
[...]Indicó que la tarea de la Policía se centró, principalmente, en ayudar y sacar del lugar "a las personas que peor veíamos" mientras llegaban los servicios de emergencia.[...]

Esto también lo escuché en la conferencia que dio el mando de Policia Municipal en las jornadas de SAMUR del añoa pasado, y sé que es fácil decirlo ahora, en frío, pero ¿No pensais que en vez de evacuar heridos la policía nacional podía haberse ocupado de asegurar el lugar y la policía municipal de establecer los accesos y las salidas de las zonas?

Lo digo porque los servicios sanitarios no tardarían en llegar (estamos hablando de un atentado terrorista en la ciudad de Madrid) y las labores de control de la escena por parte de las fuerzas de seguridad me parecen imprescindibles.
 
Además es una de sus funciones según el Platercam, que no las hizo nadie, creo que fue uno de los grandes fallos de ese día. De hecho, se corrió un grandísimo riesgo cuando hubo que salir corriendo porque iba a producirse otra explosión, ¿Cuánta gente podría haber allí interviniendo en el área de rescate? (partiendo de la base de que no se debe intervenir allí), pues nadie lo sabe, porque no hubo un control de accesos. Y si se podría haber hecho, porque a los trenes sólo debería haber entrado el personal de rescate, para hacer un triage en la entrada a la siguiente zona. Pero para eso volvemos a necesitar un control de accesos, para saber cuál es ese límite. A mi me parece imprescindible y bastante obvio.
 
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