Hablar de suicidio no incita a cometerlo, sino que reduce la ansiedad

Chema

e-mergencista experimentado
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Pues siempre había oido lo contrario. Es más, tenía oido que en algunos medios de comunicación de por aquí (igual es una "leyenda urbana"), no solían mencionar la causa de la muerte si era suicidio (simplemente decían que había fallecido al "atropellarle un tren" o al "caer desde un 5º piso") porque se disparaban los casos por imitación.
 
Como aquí habéis tocado mi terreno, me toca hablar del tema. Los medios de comunicación españoles y en general los de todo el mundo no suelen publicar los sucesos que son identificados como suicidios, excepto en ocasiones muy puntuales.
La razón viene de una serie de hechos que sucedieron creo que en Inglaterra. Tras la publicación en un periódico y el posterior seguimiento en el resto de medios de un suicidio adolescente (a lo romántico), se comenzó a observar un incremento desmesurado del número de suicidios adolescentes que seguían las mismas pautas y tenían los mismos motivos.
Por ello, los medios de comunicación en general convinieron en un pacto no escrito que se dejarían de publicar estos hechos.
Si nos fijamos en los libros de estilo de los principales periódicos y televisiones de nuestro país, esta cláusula sigue reflejada.

Por cierto, jl, no se suelen utilizar eufemismos. Si se sabe o se sospecha con un alto grado de seguridad que es un suicidio ni se publica. Otra cosa es que en un principio no se sepa y la policía no de datos y se saque como lo que ha sido. Por supuesto, si se sabe la causa a posteriori no se volverá a hablar del tema.

Esto es lo que pasó allí. Ahora, los medios se están planteando hacer lo mismo con la violencia de género, a ver si no es así, aunque este es un tema mucho más complejo.

Saludos

PD. Isis ahora te toca a ti poner las cosas en su sitio desde un punto de vista profesional.
 
Hola
Dejo aquí algunos artículos que he leído sobre el tema.

www.ilustrados.com

Para explorar la presencia de ideas suicidas actuales en el sujeto se sugieren las siguientes variantes de abordar el tema:

1ra variante: "Evidentemente usted no se siente bien y quisiera saber cómo ha meditado resolver su situación actual".

2da variante: "Usted me ha manifestado que apenas duerme y quisiera saber en qué piensa cuando eso le ocurre, pues sé que en esos casos se idean muchas cosas".

3ra variante: "¿Y durante este tiempo que usted se ha sentido así, ha tenido pensamientos malos?"

4ta variante: "Bien, yo quisiera saber si en su familia alguien se ha matado, es decir, se ha suicidado o ha intentado contra su vida" (Esperar respuesta y preguntar)."¿Cuantas veces usted ha intentado contra su vida o lo había pensado hacer?", "Y ahora, ¿sigue pensando matarse?

5ta variante: "¿Ha pensado usted quitarse la vida nuevamente?" (5)

Si de esta exploración se detecta una idea suicida actual, se sugiere continuar profundizando en su semiologia para lo cual se propone la siguiente secuencia de preguntas:

I.- ¿Cómo ha pensado repetir el intento de suicidio? Esta pregunta intenta descubrir el método suicida. Es mayor el peligro suicida si el método está disponible. Aunque cualquier método, en determinadas circunstancias puede ocasionar la muerte, los llamados métodos duros, como el ahorcamiento, el fuego, la precipitación de lugares elevados creados por el hombre o naturales, sección de grandes vasos, y otros, son más peligrosos

II.-¿Cuándo ha pensado suicidarse?

Esta pregunta no trata de averiguar una fecha específica para cometer suicidio sino más bien determinar si el sujeto está poniendo las cosas en orden, haciendo testamento, dejando notas de despedida, regalando posesiones valiosas, si espera la ocurrencia de un hecho significativo como la ruptura de una relación valiosa, la muerte de un ser querido, etc. Permanecer a solas es el mejor momento para cometer suicidio, por tanto, debe estar acompañado hasta que el riesgo desaparezca.

III.- ¿Dónde ha pensado suicidarse?

Mediante esta pregunta se intenta descubrir el lugar en que se piensa realizar el acto suicida. Por lo general los suicidios ocurren en los lugares frecuentados por el suicida, principalmente el hogar y la escuela o casa de familiares y amigos. Los lugares apartados y de difícil acceso, con pocas probabilidades de ser descubierto, y los elegidos por otros suicidas, conllevan un riesgo elevado.

IV.- ¿Por qué ha pensado suicidarse?

Con esta interrogante se pretende descubrir el motivo por el cual se pretende realizar el acto suicida. La pérdida de una relación valiosa y los conflictos familiares se sitúan entre los más frecuentes. Los motivos nunca deben ser evaluados a través de la experiencia del entrevistador y siempre considerarlos significativos para el suicida.

V.- ¿Para qué ha pensado suicidarse? Al enfrentarnos a una persona que ha realizado un acto de suicidio se debe intentar descubrir el significado del acto suicida para su manejo psicoterapéutico. En el caso del intento de suicidio los significados pueden ser disímiles como los deseos de mostrar a otros cuan grandes son los problemas, como grito de ayuda o socorro, deseos de escapar de una situación intolerable, deseo de expresar rabia, de reunirse con sus seres queridos fallecidos, para agredir a otros, etc. Sin embargo en los sujetos que cometen un suicidio frustrado el significado del acto suicida es el deseo de morir similar al del suicidio consumado.

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www.mailxmail.com/curso/vida/urgenciaspsiquiatricas/capitulo4.htm
En la entrevista con el paciente, que siempre debe realizarse a solas con él, es conveniente abordar el tema del suicidio con lentitud y de forma empática, de tal manera que se evite que el paciente perciba hostilidad o culpabilización, para conseguir aumentar su confianza y mejorar el contacto. Así pues, no se deben realizar preguntas directas hasta que no se haya entablado ya una buena relación con el paciente. El hecho de interrogar al paciente de forma directa sobre el suicidio, no le induce a hacerlo, es decir, no se debe eludir el tema del suicidio por temor a darle la idea al paciente, más bien al contrario, el paciente con riesgo suicida generalmente se siente aliviado cuando se le pregunta por ello, e incluso en ocasiones mejor comprendido. No hay que olvidar que la entrevista en sí, ya constituye una primera intervención terapéutica. Como norma general, nunca hay que banalizar ningún intento de suicidio, por manipulador que parezca, y así hay que crear el mismo clima de confianza empática que con cualquier otro paciente, pues en caso contrario, el paciente, tras la entrevista, puede acabar teniendo una visión negativa de sí mismo, que le predisponga a realizar un acto suicida de mayor gravedad.

No es infrecuente que el paciente suicida contacte telefónicamente con los servicios de urgencias, bien sea para comunicar sus intenciones ­aún de manera ambivalente y rechazando con hostilidad las posibles alternativas que se le ofrezcan­ o bien para pedir ayuda de una manera explícita. En algunas ocasiones, el paciente ha ingerido ya alguna sustancia con fines suicidas, en cuyo caso, el facultativo debe interrogar al paciente sobre el tipo de sustancia ingerida, y asesorarle sobre qué medidas adoptar. Excepto en casos de sustancias cáusticas, debe estimularse al paciente para que se provoque el vómito y acuda inmediatamente a un centro hospitalario, aunque nunca conduciendo ellos mismos, por lo que puede ser útil recabar ayuda de la policía o una ambulancia para trasladar al enfermo.
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Un saludo
Iris
 
Bueno... la noticia tiene su aquél...

Evidentemente se puede hablar con el suicida de tipo (yo digo que me voy a suicidar para que me hagan caso).
En éstos casos es muy probable que recordándole lo que verdaderamente es el suicidio (es decir la prohibicón absoluta de vida y la ausencia total del ser) podamos no solo controlarlo sino además evitar tendencias suicidas futuras.

Pero después existen aquellos suicidas convencidos que pillamos en un renuncio (llaman a los servicios de urgencia porque algo ha fallado en el plan del siucida). Que esperarán a que les quitemos la vista de encima para replantear su situación y tirarse por la ventana.

Evidentemente en algunos casos hablarle directamente del acto de siucidio a un suicida convencido provocará que acelere más todavía la maquinaria necesaria para consumir su "deseo". Es por ésto que el papel del psicólogo es de vital relevancia en éste tipo de conflictos.
Es muy difícil para un profano diferenciar un tumo cerebral de una mera cefalea, y desde la misma regla de tres diferenciar un psicópata de un maniaco paranoide por alguien que no sea especialista en la materia.

Es muy difícil dar un patrón común de actuación sin partir de las diferenciaciones. Vulgarmente se dice que el suicida de tipo (me quiero matar pero he fallado) se mata y punto, pero no contamos con el factor sorpresa.
Creo que como los médicos defienden su campo, los psicólogos han de defenser el suyo y es éste el motivo porque el deben de formar parte de los grupos de emergencia prehospitalaria.

Con respecto al tema en cuestión... si el propio suicida habla de su condición... podremos seguirle la corriente. Si por el contrario nos dice que no era su intención, que todo ha sido un error, que él para nada quiere morir... (uno, se debe de trasladar SIEMPRE a un centro especializado y dos, intentar seguir el hilo de sus exposiciones, si habla del tiempo, hablamos del tiempo), y SOBRE TODO, no perderlo de vista ni dejarlos acercar poderosamente a ventanas, fuegos, etc.
 
Respuesta: Hablar de suicidio no incita a cometerlo, sino que reduce la ansiedad

Hablar del suicidio para prevenirlo

Psiquiatras del hospital de Sant Pau proponen planes de información y ayuda para frenar el auge del cibersuicidio

DAVID CASALS.

Me quiero morir y he tratado de quitarme la vida, pero siempre me interrumpen, así que quiero que me recomienden algo para que me pueda suicidar a gusto". "He pensado en como sería mi muerte y algo que tengo claro es que no quiero agonizar". "Tengo una solución para una muerte sin dolor, contacta conmigo". Mensajes de este calado llenan páginas y páginas en la Red, un fenómeno que los especialistas han bautizado como cibersuicidio. Estos especialistas propugnan acudir a la Red para hablar del suicidio y contrarrestar estos mensajes con otros de prevención y ayuda.
El 80% de los menores de 30 años que han intentado suicidarse ha consultado Internet

El suicidio es una de las principales causas de muerte violenta en los países ricos, pero hablar de ello "es un tabú", según Carmen Tejedor, psiquiatra especializada en suicidología del hospital de Sant Pau de Barcelona. "Se cree que hablar del suicidio abiertamente es contagioso, lo mismo que se decía hace 20 años del sexo o las drogas". Por eso, la Red, sostiene, al ser un canal de información sin censura, se convierte en la válvula de escape donde muchas personas con ideas suicidas, especialmente jóvenes, exponen su dolor y sus preocupaciones. "Si no se habla del suicidio de forma normal, se hablará por otras vías", añade Clemente García, psiquiatra del mismo hospital.
Foros, chats y diarios personales (blogs) se convierten así en espacios de encuentro de "personas solas y desarraigadas, que no se sienten queridas". Allí exponen sus sentimientos y frustraciones, describen sus autolesiones, o detallan métodos para suicidarse. "Son páginas web hechas por gente con problemas que sienten la necesidad de comunicarse", indica García. El fenómeno apareció por primera vez, según Tejedor, en Japón en 2003 y desde entonces se ha extendido como la pólvora. "Ya a finales de los noventa observamos que Internet servía para intercambiar información sobre fármacos o sobre cómo escribir notas de despedida para amigos y familiares".
Los usuarios de estas páginas son sobre todo hombres y mujeres de entre 15 y 30 años. En esta franja de edad, el suicidio es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico. Según los datos del equipo de psiquiatría del hospital de Sant Pau, un 80% de los menores de 30 años que ha intentado suicidarse ha consultado antes Internet.
Pero, ¿es posible hablar sobre el suicidio con naturalidad? El equipo que lidera Carmen Tejedor responde con un sí rotundo y por ello ha creado una página web (www.suicidioprevencion.com) cuyo propósito, explica Clemente, es que los internautas con pensamientos suicidas puedan acceder a un espacio de prevención, que contrarreste los muchos que hay de pedagogía del suicidio.
Tejedor también forma parte de un proyecto pionero en España: un plan para prevenir las conductas suicidas en un barrio de Barcelona, concretamente, en la derecha del Eixample. El plan no sólo se dirige a los profesionales sanitarios, sino que facilita información a otros colectivos, como voluntarios sociales, bomberos, líderes vecinales o farmacéuticos. "Aquí este plan es una excepción, pero en muchos países europeos este tipo de planes son frecuentes", afirma Tejedor.
Julio Bobes, coordinador de la Red Nacional para Estudio y Prevención de las Conductas Autolíticas y doctor en psiquiatría de la Universidad de Oviedo, recuerda que durante muchos años ha predominado la pasividad y el conformismo frente al suicidio, "se pensaba que no se podía hacer nada", pero los planes de prevención que se han aplicado en otras ciudades de Europa han logrado una disminución considerable de las conductas suicidas. Por ejemplo, en la isla de Cötland, en Suecia, un plan de formación y sensibilización sobre el suicidio dirigido a los médicos de cabecera logró reducir en un 20% el número de suicidios. "El suicidio es un marcador muy fiable de la eficacia de las políticas de prevención y promoción de la salud mental", concluye Bobes.
En enero de 2005 los ministros de Sanidad de los 25 países de la Unión Europea acordaron en Helsinki (Finlandia) "desarrollar la misma estrategia de salud mental hasta 2010", que incluye "promover y prevenir patologías, como el suicidio". El propósito de este plan es elevar la dotación presupuestaria de salud mental desde el actual 4% del presupuesto sanitario al 10%.
Según las estimaciones del equipo de psiquiatras del hospital de Sant Pau, en la derecha del Eixample, donde viven 120.000 personas, se suicidan cada año entre 10 y 12 personas. La mitad son mayores de 65 años, el 20% son jóvenes y adolescentes y el resto, adultos. Además, entre 200 y 300 personas intentan suicidarse cada año y un 10% de quienes acuden a consultas de salud mental tienen ideas suicidas.
Estos datos son sólo estimaciones porque, según Tejedor, el "tabú" sobre el suicidio es tal que ni siquiera hay buena información oficial al respecto. Bobes estima que los datos oficiales de suicidios sólo recogen alrededor del 60% de los casos, lo cual plantea la necesidad de "crear un observatorio a nivel nacional" que permita obtener información más fidedigna.
Prevenir el suicidio es posible si se establecen los medios de ayuda adecuados. "Si podemos prevenir un infarto, también podemos prevenir el suicidio", sostiene Tejedor. La acción preventiva debe centrarse en los colectivos de riesgo. Se consideran especialmente vulnerables los enfermos mentales, las personas que tienen ideas suicidas o que ya han intentado suicidarse, las que padecen una enfermedad crónica o con dolor, las que se sienten aisladas y desarraigadas, y aquellas que viven un acontecimiento que genera fuertes sentimientos de rabia, miedo o depresión.

http://www.elpais.com/articulo/salud/Hablar/suicidio/prevenirlo/elpsalpor/20060905elpepisal_4/Tes
 
Respuesta: Hablar de suicidio no incita a cometerlo, sino que reduce la ansiedad

Aunque las demás intervenciones son MUY antiguas, salvo la de Bella, quiero hacer un inciso porque se han mezclado dos asuntos distintos.

Cuando hablan de lo positivo que es hablar del suicidio, como valvula de liberación de presión, se refieren a una persona DIRECTAMENTE con el suicida, o con aquel que tiene ideas suicidas. Otra cosa es la problemática que rodea a la publicidad de un suicidio en los medios de comunicación, avalada por estudios de la OMS, que tiene incluso su guía para medios de comunicación al respecto. ;-)

PD.- en otro tema al respecto ya pusimos los enlaces.
 
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